Escribe Daniela Magoc
Tiempo de lectura: 4 minutos
El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, por sus siglas en inglés) que depende de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), votó el viernes 5 de diciembre, por mayoría, a favor de retrasar la vacuna contra la Hepatitis B para recién nacidos. La recomendación indica que para los bebés nacidos de mujeres con resultado negativo para el antígeno de superficie de la hepatitis B (HBsAg), se recomienda la toma de decisiones individualizada, en consulta con un profesional de la salud, para que los padres decidan cuándo o si administrar la vacuna contra la hepatitis B, incluida la dosis al nacer. Para aquellos que no reciben la dosis de la vacuna contra la hepatitis B al nacer, se sugiere que la dosis inicial se administre no antes de los 2 meses de edad.
El ACIP realiza recomendaciones al director de los CDC sobre cómo se deben usar las vacunas aprobadas. Las recomendaciones de este comité, entre otras cosas, obligan a las aseguradoras a pagar las vacunas. Cabe recordar que los miembros de este comité asesor fueron seleccionados personalmente por el Secretario de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., Robert F. Kennedy, luego de despedir a los 17 miembros que fueron reemplazados por defensores antivacunas, y de despedir a la ex directora de los Centros para el Control y Prevención de enfermedades, Susan Monarez, por su desacuerdo con los lineamientos antivacunas de Mr. Kennedy.
El argumento esgrimido por quienes votaron a favor de esta modificación es que es innecesario vacunar a todos los niños contra el virus cuando la gran mayoría no está en riesgo de infección. A su vez, el comité planteó preocupaciones teóricas sobre el "efecto acumulativo" de las vacunas y de ingredientes específicos como los adyuvantes de aluminio y se ha encomendado investigar si los dos diferentes adyuvantes de aluminio aumentan el riesgo de asma. De esta forma pretenden realizar modificaciones al calendario de vacunación.
Quienes votaron en contra manifestaron que “estamos causando daño al cambiar esta redacción” (Dr. Cody Meissner) y que “Esto tiene un gran potencial para causar daño, y simplemente espero que el comité asuma su responsabilidad cuando se produzca este daño” (Dr. Joseph Hibbeln)
El rechazo a esta recomendación, se extendió a diversas asociaciones profesionales. La Academia Americana de Pediatría (AAP) calificó el retraso como "una amenaza directa para la seguridad infantil", advirtiendo que "contradice todos los principales cuerpos de evidencia científica acumulados en cuatro décadas." Por su parte la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América (IDSA) calificó a la votación como "un abandono de los estándares que protegen a los niños de enfermedades prevenibles." La Asociación de Gestores de Inmunización, que representa a los programas estatales y territoriales de inmunización, advirtió que este cambio " socavará la integridad de los calendarios de vacunación a nivel nacional." También se posicionaron en contra miembros de la Asociación de Antiguos Alumnos de los CDC, así como ex líderes de la Oficina de Seguridad en la Inmunización, quiénes señalaron que la decisión "no tiene sentido científico y viola el principio de precaución que ha guiado la política de inmunización durante décadas."
Por su parte, Donald Trump defendió la decisión argumentando que los recién nacidos en su gran mayoría no corren riesgo de contraerla. A su vez anunció a través de su red Truth Social que firmó un memorando presidencial que ordena al Departamento de Salud y Servicios Humanos que acelere una evaluación exhaustiva de los calendarios de vacunación de otros países del mundo y armonice mejor el calendario de vacunación estadounidense para que finalmente “se base en el criterio de referencia de la ciencia y el sentido común". El objetivo de Trump es actualizar el calendario de vacunación infantil básica de Estados Unidos "para que se ajuste a la evidencia científica" y se alinee con "las mejores prácticas de países desarrollados similares", como Canadá, Japón y Alemania. Según el presidente de los Estados Unidos el calendario de vacunación de los Estados Unidos exige una gran cantidad de inyecciones para los bebés, lo que calificó de exagerado.
Al contrario de lo sostenido por Trump, a la vacunación contra la Hepatitis B al nacer, recomendada desde 1991 por los CDC y la Academia Estadounidense de Pediatría, se le atribuye una caída del 99% en las infecciones en niños y adolescentes. A nivel general, las vacunas infantiles rutinarias habrán prevenido aproximadamente 508 millones de casos de enfermedad a lo largo de su vida, 32 millones de hospitalizaciones y 1.129.000 muertes, entre aproximadamente 117 millones de niños nacidos entre 1994 y 2023, de acuerdo a un estudio publicado por los CDC (8/08/2024) que analiza el impacto del Programa de vacunas para niños en Estados Unidos (VFC, por sus siglas en inglés).
La votación del comité asesor y las declaraciones de Trump son una escalada más en el desmantelamiento del Sistema de salud de Estados Unidos y su privatización. Las consecuencias de esta política ya están a la vista con la proliferación de enfermedades prevenibles, como el Sarampión o la tos convulsa.
Fuentes:
Beneficios para la salud y económicos de las vacunas infantiles rutinarias en la era del Programa de Vacunas para Niños — Estados Unidos, 1994–2023 | MMWR
EEUU.- Trump ordena una "revisión exhaustiva" de los planes de vacunación infantil en EEUU según estándares globales - LA NACION
La recomendación actualizada en Estados Unidos para la vacuna de hepatitis B en recién nacidos: qué dice y por qué ha sido controversial | EL PAÍS US
