El bloqueo a Venezuela es un reforzamiento del bloqueo a Cuba

Escribe Aldana González

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Donald Trump anunció el bloqueo de todos los buques sancionados que vayan o vengan de Venezuela, lo que significa que plantea seguir robando el petróleo de ese país que es trasladado a través de aguas internacionales.

El primer atraco de este tipo fue sobre un buque iraní cargado con 2 millones de barriles de petróleo venezolano que iba con destino a Cuba, no por casualidad.

Venezuela sigue abasteciendo de combustible a la isla, pero gran parte de ese petróleo el régimen cubano lo desvía a China para intercambiarlo por otros bienes que precisa el país.

Uno de los objetivos principales de esta parte del operativo sobre Venezuela es, justamente, ajustar la horca sobre el pueblo cubano, culpable de haber hecho una revolución hace 66 años para luego declararla socialista en las narices de Miami.

Dan Restrepo -el director para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante el gobierno de Barack Obama- pronosticó que las acciones militares estadounidenses en las Américas no estarán limitadas a Venezuela y que, por lo menos para el secretario de Estado Marco Rubio, el objetivo de la presión contra Venezuela es lograr que ese país suspenda la asistencia que otorga a Cuba (La Jornada, 18/12).

A Trump ni siquiera le preocupa respetar una línea argumental y ahora dice sin reparos que el bloqueo naval a Venezuela continuará hasta que Washington logre tomar el control del petróleo de ese país. El problema del narcotráfico pasó a un segundo lugar, a pesar de que hace solo unos días declaró al fentanilo como un “arma de destrucción masiva”.

Trump declaró: “Recuerden que ellos nos quitaron todos nuestros derechos de energía. Tomaron todo nuestro petróleo no hace tanto y lo queremos de regreso”. Repitió que “tomaron nuestros derechos de petróleo, teníamos mucho petróleo ahí. Echaron a nuestras empresas. Y lo queremos de regreso”.

Las declaraciones de Trump son tan vagas que no sabemos si se refiere a la nacionalización del petróleo en 1976 o a la expropiación de las empresas que hizo Hugo Chávez. En cualquiera de los dos casos, a las empresas se las indemnizó fuertemente, tanto en 1976, cuando se creó PDVSA, que pasó a controlar toda la cadena del sector, como en 2007, cuando las empresas que no aceptaron las condiciones de Chávez se fueron del país. Aún hoy, la única empresa que opera y tiene pretensiones de quedarse en Venezuela es Chevron, aun si es derrocado Maduro.

La que sí expropió sin resarcimiento fue la justicia norteamericana a la misma Venezuela, quitándole su mayor activo en el exterior, la petrolera CITGO. El fallo fue posible gracias al “patrocinio legal” del abogado que el gobierno yanqui pagó para que represente al presidente títere Juan Guaidó.

Clarines de guerra

Este miércoles fracasó en Estados Unidos un intento de la Cámara Baja de votar una prohibición de utilizar fuerza bélica contra Venezuela sin aprobación del Congreso, lo que debería considerarse una redundancia ya determinada por el primer artículo de la Constitución.

La verborragia bélica sube al mismo tiempo que un tercio de los activos navales de Estados Unidos se concentra en el Caribe, y varios analistas señalan que toda esta escalada militar se asemeja al escenario previo a la guerra del Golfo.

Según fuentes de Tucker Carlson, se esperaba que Trump anunciara una declaración de guerra en estos días.

El exdirector de política para América Latina de la Casa Blanca de Obama también pronosticó que la presión del gobierno de Trump se intensificará contra Colombia y México. Recordó que Trump muchas veces ha mencionado la posibilidad de ataques similares contra objetivos de esos países. “Francamente, creo que ahí es hacia donde nos dirigimos” (ídem).

La respuesta de Venezuela

Nicolás Maduro ordenó a la Armada escoltar a los buques petroleros, lo que aumenta las posibilidades de un enfrentamiento armado.

Ya partieron buques no sancionados por Estados Unidos con derivados del petróleo desde el puerto de José, con escolta militar. Otros cuatro buques “fantasmas” que iban hacia el país sudamericano desviaron su rumbo cuando se conoció el asalto al buque iraní.

Desde que comenzó el hostigamiento en el Caribe, este bloqueo naval es el que ha significado el golpe más duro a la economía venezolana. La tasa de inflación se disparó al 556% en los 12 meses hasta el 17 de diciembre, frente al 219% a fines de junio y el 45% en 2024, según un índice semanal compilado por Bloomberg News (Bloomberg, 17/12).

El bolívar ha perdido más del 80% de su valor desde enero. Si bien la economía está dolarizada -se estima que el 90% de los trabajadores del sector privado gana en dólares-, los venezolanos aún dependen del bolívar para sus compras diarias. Además, hay inflación en dólares y algunos comercios comenzaron a fijar precios en euros, que es un poco más caro.

De los 900.000 barriles que produce Venezuela, el 80% va a China y el 30% se transporta en barcos sancionados, por lo que el bloqueo de Trump pone en riesgo la economía del país. Los países compradores están en condiciones de pedir mayores descuentos por el peligro que el Comando Sur le implica al comercio con Venezuela, lo que erosiona aún más los ingresos.

Hay muchas contradicciones que condicionan las decisiones de Trump. Por un lado, necesita aumentar el flujo de crudo para bajar el precio de los combustibles como ancla antiinflacionaria e incentivo para la producción interna, cuando la extracción yanqui a través del fracking proyecta una desaceleración -cuando no un estancamiento- para 2026. Pero una caída del precio desalienta aún más la inversión en este sector.

La sarta de versiones falsas que hace correr Reuters son tan burdas -una negociación entre Trump y Cuba para entregar a Maduro, por ejemplo- que ya no pueden cumplir con la finalidad de engañar a ningún venezolano madurista, sino que parecen orientadas a calmar a los gusanos de Miami que piden sangre para ayer. Y la intervención militar que estos claman a gritos desata la furia de la base MAGA, que no quiere más gastos en guerras. El mismo Trump va a necesitar una guerra al final de su mandato para declarar el estado de excepción y suspender las elecciones, pero quizás le venga bien ahora, cuando lleva 23 elecciones locales derrotado, incluso en Miami y en manos de otra “socialista”. El clima de contienda es el ambiente natural de los fascistas para eliminar todas las garantías, no solo contra los inmigrantes sino contra todos los trabajadores norteamericanos.

La escalada bélica del Comando Sur es contra todos los trabajadores de América.

Revista EDM