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La Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (FASTA) es una organización que actualmente administra 23 colegios, un instituto y una universidad, distribuidos en todo el territorio nacional.
En los últimos días han sido publicadas una serie de notas en el diario Página /12 abordan las denuncias impulsadas por denuncias de un grupo de ex-alumnos vía Instagram. En estos artículos se abordan el origen de FASTA, sus vínculos con militares y nazis, los métodos militares que utiliza con sus alumnos, el material usado en las aulas, cómo se tratan los casos de sacerdotes pedófilos y, finalmente, el financiamiento del Estado a esta institución profundamente reaccionaria.
FASTA se constituye en 1962 como una “milicia juvenil” con el objetivo de “hacer penetrar en la sociedad los principios cristianos”. En 1971, es nombrada Fraternidad Laical de la Orden Dominicana, aprobada por el cardenal Primatesta, uno de los prelados más cuestionados por sus vínculos con la última dictadura militar. FASTA comenzó a formar parte del sistema educativo en 1978, cuando funda su primer colegio, y a partir de la década del 90 comienza a expandirse con velocidad, absorbiendo colegios de congregaciones que ya existían con anterioridad.
Cuando inaugura la sede de la Universidad de Bariloche, se hace bajo un convenio con la Agrupación Germana Argentina, presidida por el nazi Erich Priebke. Más tarde, el fundador de FASTA se solidarizó con Priebke cuando Italia lo extraditó para juzgarlo por los crímenes de las fosas ardeantinas.
Según testimonios de ex-alumnos, esta institución utiliza los peores métodos contra sus estudiantes: castigos físicos, promoción del hostigamiento entre compañeros, instrucción extracurricular militarizada e incluso encubrimientos sistemáticos a un sacerdote abusador de menores, que era trasladado de escuela en escuela cada vez que aparecía una denuncia.
Uno de los manuales más utilizados en la institución, llamado Nueva Evangelización y Cultura, es un compendio de las ideas más nefastas y reaccionarias, en el que se cultivan la homofobia y la transfobia, pasando por los planteos contra el divorcio, los métodos anticonceptivos, el aborto y el matrimonio igualitario, entre otras. Incluso hay alumnos que cuentan que los obligan a participar de las movilizaciones para que el aborto continúe en la clandestinidad.
Todo esto con el claro fin de ejercer un control físico e ideológico sobre los alumnos. Los mismos métodos oscurantistas y reaccionarios que la Iglesia católica sostuvo a lo largo de muchísimos siglos.
La investigación publicada en Página/12 da cuenta que el 76% de las escuelas recibe subvención estatal, la mitad de las cuales está subvencionada al 100%. Entre las beneficiarias, se encuentra esta “fraternidad” ultrareaccionaria. Es decir, el Estado financia a una institución oscurantista, que disciplina a sus alumnos con los peores métodos conocidos.
Este caso pone de relieve toda la urgencia de la separación de la iglesia y el estado. El Estado financia a la Iglesia porque la utiliza como herramienta de contención social. La Iglesia, para el Estado capitalista, es un brazo más mediante el cual descargar su violencia para disciplinar a la clase obrera. Por eso, reclamamos la inmediata separación de Iglesia y Estado.
Así debemos ir a la organización y deliberación independiente de las trabajadoras y los trabajadores, para acabar con la alianza clerical y estatal. De esta manera habremos generado mejores condiciones para lucha por un gobierno de los trabajadores, el único capaz de acabar de raíz con todas las formas de explotación.