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Los músicos fuimos sorprendidos el martes 9 de junio por el anuncio de algunos medios de comunicación: “Los músicos vuelven a los escenarios”, rezaban los titulares.
Poco después, en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires, nos encontramos con una resolución del gobierno porteño que, en realidad, comprende un largo protocolo sanitario para retornar a las salas de ensayo y de conciertos, sin público. La habilitación en cuestión permite realizar conciertos en vivo para ser trasmitidos por plataformas virtuales. La resolución enumera, además, una larga lista de requisitos, como la permanencia de un máximo de diez personas en simultáneo en la sala o una persona cada 15 m2. También se restringe, con excepciones, la presencia de artistas y técnicos mayores de 60 años, embarazadas o cualquier persona que esté dentro de los grupos de riesgo. “Al mismo tiempo, se consideran solo aptos a realizar un evento aquellos que cumplan al menos una de estas condiciones: tener un disco editado por una disquera tanto independiente como multinacional, ser socio de SADAIC/ AGADU /SGAE, de AADI o bien ser socio de ACCMA o AADET (minutouno.com, 9/6). De este modo, florecerá la oferta de shows en vivo vía transmitidos por streaming, en la modalidad ´pay per view´. Entre las plataformas que ofrecen los servicios de transmisión del evento hasta la venta de tickets y la publicidad en redes sociales, se encuentran Ticketek, Livepass, Platea Net, entre otras.
La habilitación responde a una demanda de la industria, que se encuentra en un completo impasse desde que se declaró la cuarentena. La suspensión de shows en vivo y eventos masivos probablemente se dilate aún bastante.
Esta alternativa no contiene a una inmensa cantidad de músicos, como aquellos que ofrecen servicios en fiestas y eventos privados, músicos callejeros o viven de dar clases particulares. La Asamblea de Trabajadores de la Música presentó una carta al Ministerio de Cultura de la Nación -que hacemos extensiva al Gobierno de la Ciudad- para que el Estado subsidie con el equivalente a dos sueldos mínimos a los músicos, como medida elemental para paliar esta crisis fenomenal.
La resolución del gobierno porteño, por otra parte, no contiene ninguna propuesta cultural dirigida a la población, cuando podría poner a disposición los teatros y centros culturales y los recursos de la Ciudad para financiar un ciclo gratuito de conciertos en vivo, pagando un cachet que debe salir de la partida sin ejecutar del Ministerio de Cultura. Larreta habilitó a los ´runners´, con el argumento de que “la gente no aguanta más”, pero no ha dispuesto un plan cultural para llevar la música y el teatro porteños a los hogares de las familias en cuarentena. Esta rehabilitación de los shows en vivo continúa la lógica de un relajamiento de la cuarentena bajo la presión capitalista.
Por otro lado, los músicos debemos poder opinar sobre los protocolos establecidos. El Sindicato Argentino de Músicos, que debería estar al frente de la defensa de nuestro sector, no ha hecho nada hasta hoy, que ha publicado en su página oficial publica esta noticia, sin dar cuenta de la situación de conjunto de los trabajadores.
Entendemos que esto es solo un pequeño parche para un puñado de artistas. Pero en esas reuniones de las entidades musicales y managers con el gobierno, la enorme mayoría de los músicos y creadores quedamos afuera, como si no existiéramos.