Escribe Luciana Diaz
Para el rescate de las clínicas privadas y garantía para el pago de la deuda.
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Durante la pandemia, la atención de IOMA a los afiliados empeora día a día. A cientos de pacientes se les niega o dilata la entrega de medicamentos y tratamientos, incluso hasta la muerte. Ahora se suman los casos sospechosos de COVID-19 que tienen una espera sin fin para que se les haga el hisopado. Hay cientos de afiliados que no consiguen médico que les realice la receta online o dentista que los quiera atender de urgencia.
En medio de este cuadro de desatención que obliga a muchos afiliados a pagar por prácticas que debieran estar cubiertas por la obra social, el gobierno provincial decidió hace 20 días subsidiar con un préstamo a tasa cero -y un año de gracia- a las clínicas privadas que alegan estar en crisis. Se trata de 410 millones de pesos mensuales, provenientes de la caja del IOMA, mientras dure la pandemia.
IOMA cuenta con este dinero porque usa la cuarentena de excusa para aumentar la desatención. La cantidad de prácticas y consultas que los afiliados han tenido que pagar de su bolsillo para poder ser atendidos es aún mayor que antes. Hay afiliados que hasta han pagado el hisopado para detectar el covid en forma privada por la falta de respuesta.
Como denuncia la Comisión IOMA abandonó a Gaby, durante la actual gestión continúa habiendo pacientes que mueren esperando la prestación y ya son 27. Contra esto y en contra del rescate a las privadas es que se movilizó el 23 de junio, junto con los acompañantes terapéuticos que hace meses que no cobran.
A todo esto, el Consejo Consultivo Gremial que reúne a todos los sindicatos de trabajadores afiliados a IOMA se pronunció en apoyo a las medidas tomadas por Homero Giles, garantizando que va a seguir habiendo libre elección y respaldando las causas y auditorías iniciadas contra los médicos.
Muchos de esos sindicatos, como el SUTEBA, ya habían apoyado anteriormente el subsidio a las clínicas, haciendo la salvedad que deberían utilizarse fondos de la provincia y no del instituto.
Es decir que, mientras hay afiliados que mueren esperando la autorización del IOMA para sus tratamientos y el instituto ajusta hasta la cantidad de pañales de adultos que entrega por mes, los sindicatos se preocupan por hacer de usina del gobierno y de las grandes clínicas privadas. Tampoco dicen nada acerca de los trabajadores a los que IOMA no les paga las prestaciones, acompañantes terapéuticos, cuidadores, docentes integradores también.
Los intereses de los afiliados, la atención sin pago de coseguros, el acceso a medicamentos y prestaciones sin trámites burocráticos, no están en la agenda ni del gobierno ni de las conducciones sindicales. A la orden del día están, en cambio, el salvataje de las grandes clínicas privadas y la reducción de costos. El IOMA es utilizado por el gobierno como prenda de ajuste y garantía para la negociación de la deuda de la provincia. La burocracia aplaude.
Con el avance de la pandemia se hace necesario la organización centralizada del sistema de salud para brindar la asistencia sanitaria que necesita la población, bajo control de los pacientes y los trabajadores, no del rescate de los sanatorios privados.