La manipulación del sitio digital del Partido Obrero debe ser repudiada por toda la izquierda y todos los demócratas

Declaración de la Mesa Nacional del Partido Obrero (Tendencia)

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En los últimos días, se ha verificado una grave manipulación en los contenidos del sitio www.prensaobrera.com, manejado por el Partido Obrero (oficial). (Ver nota)

En particular, en lo que refiere a la sección “Archivo”, que contiene los periódicos partidarios publicados de 1993 a la actualidad, desaparecieron de un plumazo todas las referencias a los autores de las notas en el período que va de 1993 a 2004. En lugar del nombre del autor, apareció el de “Archivo”. Tras el eco de las denuncias sobre este agravio que recorrieron las redes sociales, la firma “Archivo” fue sustituida por la de “Archivo en reparación”. Finalmente, al cabo de varios días, las firmas de los autores fueron restituidas, dejando, sin embargo, un tendal de vínculos (links) rotos, como resultado de la modificación del formato de la URL y otros manoseos. Todo esto ocurrió sin la menor información de carácter público de esta anomalía y de sus causas, en el sitio oficial del PO o en cualquier otro lugar. En comentarios por redes sociales, personas presuntamente a cargo de aspectos técnicos de la página, o sea, sin responsabilidades políticas, prometieron que la anomalía será subsanada.

Pero esta “anomalía” está asociada a otra grave cuestión: la desaparición de los artículos de Jorge Altamira de los motores de búsqueda en Internet. Al googlear los nombres de diferentes dirigentes o redactores del PO, podrá encontrarse una página de autor -“Notas de…- con todas sus notas, compiladas por orden cronológico inverso. Pues bien: el único caso donde esto no ocurrirá es con las “Notas de Jorge Altamira”. En efecto, quien decida googlear “Prensa Obrera Jorge Altamira” o incluso la más exacta -y menos frecuente- “site:prensaobrera.com Jorge + Altamira”, no encontrará los artículos del fundador, principal dirigente y director de Prensa Obrera de los últimos 40 años. Por el contrario, la búsqueda arrojará, entre sus primeros resultados, los artículos agraviantes que ese aparato responsable de la expulsión de 1.200 militantes revolucionarios escribió contra Altamira. Tampoco podrá el lector llegar a “Notas de Jorge Altamira” a través del buscador interno de prensaobrera.com: solo el avezado que navegue al interior del sitio podrá encontrar, no sin dificultad, la página con los artículos de autoría de Altamira, con la salvaguarda de que, entre los años 2011 y 2012, se registran numerosos artículos -y hasta ejemplares enteros de Prensa Obrera- donde los nombres de los autores de los artículos figuran como “Redacción”. (Podrá argumentarse que la supresión, en este caso particular de Redacción afecta a todos los firmantes, con independencia de la posición que hayan adoptado en la crisis del Partido Obrero. Pero los artículos o actividades de los usurpadores del PO, sin embargo, continúan presentes y actualizadas en la página del aparato oficial.)

Estamos hablando de nada menos que de aproximadamente 2000 notas firmadas por Altamira entre los años 1993 y 2019, periodo que cubre el archivo digital de Prensa Obrera. Tratándose de un archivo, la destrucción de los motores de búsqueda equivale a la destrucción del material en sí mismo, ya que los materiales históricos se consultan o se buscan, principalmente, por esa vía. Esta manipulación de enlaces, para que el lector entienda, equivale a que en una biblioteca pública fuera destruido el fichero clasificador de los materiales y libros compilados. Incluso si los libros están, nadie puede llegar a ellos. Para que se vea el alcance de esta malversación, véase el siguiente concepto: “Si bien los motores de búsqueda y las redes sociales no son generadores de información, son los principales vehículos de la misma, permitiendo su difusión masiva." (Extraído de nic.ar, sitio de NIC Argentina, Dirección Nacional del Registro de Dominios de Internet).

La legislación argentina de Internet ha regulado sobre el “derecho al olvido”, esto es, la posibilidad de que una persona requiera ser ´desligada´ de los motores de búsqueda, a su pedido, por diversas razones de privacidad. En este caso, el “derecho al olvido” es ejercido en forma inversa, es decir, como método de censura y confinamiento político, incluso histórico o retrospectivo, contra Altamira.

Antecedentes

La eliminación de los artículos de Jorge Altamira correspondientes al periodo 1993 -2019 no ha comenzado con estos alegados “errores”: el link al curso de “El Capital” que Marcelo Ramal dictó en enero de 2019, también ha sido eliminado de tales búsquedas y ocultado en el canal de YouTube del Partido Obrero, lo que equivale a su supresión.

Estamos, en definitiva, ante los primeros pasos de una manipulación cuyo propósito es la censura de contenidos políticos, con un alcance aún indeterminado. Sin embargo, no comienza ahora. Desde 2018 fueron rechazados numerosos artículos de Altamira y en algunos casos confinados a una columna de “opinión”, a pesar de que no tenían un carácter polémico con la línea editorial de Prensa Obrera. Los campeones del ‘centralismo democrático’ ejercían la proscripción sin informarle a la militancia, salvo en los corrillos del aparato, Más tarde se prohibió a Altamira a dar charlas sobre el Cordobazo, para las cuales había sido invitado por los comités partidarios. En el aniversario del Cordobazo, el aparato editó un folleto con numerosos artículos de aquel momento, la mayor parte escritos por Altamira, disfrazados bajo la firma de Redacción.

En el último Congreso, el documento disidente del oficial no fue impreso, cercenándose su discusión en los plenarios precongresales, a los que se les impidió participar a Ramal y Altamira en el 99% de los casos, a pesar de ser miembros del Comité Nacional, aunque sí pudieron hacerlo como informantes miembros del aparato que no pertenecían al Comité Nacional del PO. Más tarde se produjo el espionaje a correos electrónicos, el rechazo a nuestro derecho de Tendencia, acompañado de la expulsión sumaria (sin derecho a defensa) de 1.200 militantes, seguido de la confiscación de las páginas de Facebook de diferentes regionales y compañeros del PO que adhirieron a la Tendencia. Este es el prontuario de antecedentes de las alegadas “anomalías” en la página web de Prensa Obrera.

Significado

Dejamos a la imaginación de los lectores la comparación entre esta metodología de supresión de textos y sus mismos protagonistas, con otros, por supuesto más graves, de un pasado ominoso, que arranca con el Index de la Inquisición. La operación política que denunciamos es una confesión tan irrefutable como pedagógica, para quien quiera verlo, de que el aparato que ha usurpado el PO renuncia a la historia de nuestro partido, y se convierte por este motivo en un cuerpo extraño a él, un virus que se aloja en un espacio que no es el suyo, con el propósito de reproducirse en forma parasitaria.

La construcción ´digital´ de una historia oficial es un atentado al derecho de todos los trabajadores a conocer las raíces históricas del PO, o sea las fuerzas sociales que lo llevaron hacia adelante y la función que ha tenido en el desarrollo de una conciencia de clase emancipadora. Ese es el crimen político que significa la supresión de la autoría de Jorge Altamira de los motores de búsqueda. La pretensión de la camarilla de representar la continuidad histórica del PO ha quedado arruinada. Pisotea el derecho a la verdad y a la memoria. El PO del aparato quiere sacar al Partido Obrero de su lugar histórico y convertirlo en un sello aprobado por Servini de Cubría, la jueza electoral. Sin historia, un supuesto partido no es más que un amontonamiento, solamente capaz de darle quórum al Presupuesto de Capitanich o votar una ley que consagra el delito de opinión cuando se trata del sionismo.

Es necesario que la militancia del PO y de la izquierda, los luchadores y todo demócrata se pronuncien sobre esta situación. Exigimos que el archivo digital del Partido Obrero y Prensa Obrera sea restituido a su condición original, indexado en su totalidad, con acceso pleno a todos sus contenidos en las mismas condiciones, de acuerdo a la historia del partido, no de la conveniencia o apetito de la camarilla dirigente. No es propiedad de un aparato sino de la clase obrera y de la historia argentina y mundial. Que el aparato del PO adopte otros métodos para lidiar con sus propios demonios.

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