Reforcemos el desarrollo de la lucha en común para enfrentar con más fuerza la catástrofe sanitaria y la miseria social creciente

Escribe Polo Obrero (Tendencia)

Declaración nacional del Polo Obrero.

Tiempo de lectura: 4 minutos

Con la escalada a 7.369 mil casos diarios de coronavirus en todo el país, los trabajadores enfrentamos mayores desafíos en nuestra organización y lucha en defensa de nuestros intereses. Hay un crecimiento sostenido de los contagios y muertes por covid-19 sobre todo en los lugares de trabajo, como ocurre en el ingenio Ledesma, los supermercados Coto, las fábricas alimenticias y del neumático, etc., como así también en las barriadas populares.

Como el hilo se corta por lo más fino, Fernández y los gobernadores encubren a las patronales que desconocen a diario protocolos y medidas de seguridad sanitaria, siendo las industrias y grandes comercios los mayores focos de contagios. El gobierno, frente al incremento de la propagación, tira la pelota para otro lado responsabilizando a los “individuos” y sus “contactos sociales”, cuando la realidad de esta masacre social es la falta de centralización del sistema de salud público y privado, la nula inversión en salud, protocolos y en los recursos que garanticen a los trabajadores poder realizar la cuarentena. Por eso los que claramente estamos pagando los platos rotos de esta “nueva normalización” a favor de las patronales y el capital, somos los trabajadores con más muertes en la salud, dirigentes barriales y trabajadores fabriles.

Ante las alarmantes cifras de muertes, de contagios diarios y el inminente colapso sanitario, se vuelve fundamental discutir entre todos los trabajadores una acción que frene la circulación del virus, las patronales imponen la política de la “inmunidad de rebaño” que pretende la mayor cantidad de trabajadores contagiados para continuar el ciclo productivo sin interrupciones. Hay que discutir los términos de una huelga general en defensa de la salud y la vida de las familias trabajadoras.

El estado intenta contener al movimiento desocupado ante el miedo de un estallido social en ciernes, con migajas y bonos miserables por las cuales las organizaciones “de lucha” abandonaron las calles. En los barrios el planteo de la huelga general debe ser la respuesta a la tregua en la que se encuentran éstas con el gobierno.

Ahora más que nunca necesitamos extender y ampliar la deliberación y organización popular, a través del frente único de los trabajadores, por cada una de las reivindicaciones. Impulsemos la organización masiva de las ollas populares y coordinadoras en todas las barriadas del país contra el hambre, por los elementos de bioseguridad y por todos nuestros reclamos. Desarrollemos la unidad de los trabajadores ocupados y desocupados como lo hacen los compañeros en Buenos Aires, Salta y también en Tucumán con la Coordinadora de Lucha de docentes, personal de la salud, trabajadores del citrus y compañeros desocupados.

Defendemos la tradición de organización y lucha independiente del estado del movimiento piquetero que protagonizó el Argentinazo y echó a De la Rúa con los métodos de acción directa y rechazamos la cooptación e integración estatal de las actuales organizaciones populares y sindicatos que crecen a la sombra del estado y parasitan del presupuesto estatal, como los actuales Cayetanos y las burocracias de la CGT y CTA.

Frente al colapso y desbarranque capitalista internacional, agudizado por la pandemia, y en el marco del proceso de rebeliones populares en todo el mundo, tenemos que desarrollar un programa independiente de los trabajadores que plantee una salida política de los explotados superando la actual división y atomización del movimiento obrero.

Repudiamos el pago de la deuda externa por usurera, fraudulenta e ilegítima y planteamos el no pago. Denunciamos que Fernández y Guzmán, con el apoyo de los empresarios y de todo el arco de la oposición patronal, se arrodillan ante las exigencias de los acreedores internacionales y el FMI llevando a la Argentina a la quiebra y la sangría popular con más ajuste, una nueva reforma previsional y laboral que pretende destruir las condiciones de vida del conjunto de los trabajadores. Como si no bastara esto, el gobierno nacional en connivencia con la Utep (CCC, Somos Barrios de Pie, Movimiento Evita, etc.) pretende imponer el trabajo precario y consagrar como mano de obra barata a los desocupados a través de las llamadas Unidades Ejecutoras. Estas unidades serán financiadas con millonarios fondos estatales que servirán para reforzar la cooptación e integración estatal de las organizaciones sociales a un régimen político hambreador y antiobrero así como sucedió cuando apoyaron la Ley de Emergencia Alimentaria votada durante el gobierno Macri.

Al contrario de esta política de conciliación de clase y sumisión al gobierno desde la Tendencia del Polo Obrero planteamos a los compañeros del plan “Potenciar Trabajo” la lucha por el pase a planta permanente, trabajo bajo convenio colectivo y rechazo de todo tipo de precarización laboral.

En todo el país venimos impulsando la coordinación de las luchas y movilizándonos contra el hambre y por el trabajo genuino junto a otras organizaciones con cortes de ruta y movilizaciones. En la Argentina de los más de 13 millones de desocupados, defendemos el derecho al trabajo.

Hoy en día más de 3 millones de familias no cuentan con una vivienda. En todos lados crecen las olas de ocupaciones de tierras porque es intolerable el hacinamiento, la imposibilidad de costear un alquiler o acceder algún plan de lotes de los gobiernos. Se va abriendo paso la lucha por la tierra y la vivienda en las provincias como San Juan, donde con la lucha arrancaron 1000 viviendas. En consonancia con los reclamos más elementales que levantan los vecinos de Florencio Varela, Salta Capital, Colonia Santa Rosa, Lanús planteamos la necesidad de una lucha por un plan de obras públicas que contemple redes e infraestructura eléctrica, mayor inversión en aguas y cloacas, y obras de urbanización de villas y barrios.

La lucha por todas estas reivindicaciones sociales nos encuentra en momentos críticos de nuestra existencia pero con la diferencia de que ingresamos a una nueva etapa revolucionaria munidos de una experiencia crítica que tenemos que hacer valer para desarrollar la fuerza de los trabajadores.

Pongamos en pie comités barriales, coordinadoras de trabajadores y un congreso de los trabajadores para establecer entre los explotados una estrategia de poder frente a un gobierno a la deriva.

11-08-20

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