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Un 26 de julio tuve la oportunidad de conocer a un joven, que luego me acompañó en varias luchas y que cada vez que lo veía me recordaba a mi hermano como tantos otros jóvenes que veo diariamente en cada lucha.
Hoy es un día de esos que da coraje por todos lados y que con gran entereza me pongo de pie, para seguir luchando para que no tengamos días como estos tan duros difíciles para toda la clase trabajadora y desocupada.
Hoy es un día más de lucha.
A los compañeros de Mariano, a su familia, a sus amigos, a las organizaciones que hoy se hacen presentes en este décimo aniversario de un crimen contra la clase obrera, y a los compañeros de la Tendencia del Partido Obrero.
Por motivos personales hoy no me puedo hacer presente en este acto. Pero no quería dejar de estar, aunque sea por este medio.
El crimen de Mariano, 8 años después del de Maxi y Darío, puso de manifiesto que los asesinos del Puente Pueyrredón volvían contra las luchas de los trabajadores para garantizar la opresión, la explotación y el hambre a la que nos quieren condenar los gobiernos, que son garantes de los patrones y explotadores. También mostró que los responsables políticos de ambos crímenes populares eran los mismos. Desde el gobierno de CFK, aliada a la burocracia sindical de Pedraza y la Policía, buscaron garantizar la impunidad de personajes nefastos como Aníbal Fernández y los funcionarios de turno como Tomada y otros más.
También mostró que la movilización popular dirigida a encarcelar a los responsables es el único camino que tienen los trabajadores si quieren obtener una victoria. Y esa lucha encarada por todos ustedes logró meter en la cárcel a Pedraza y a los que apretaron en gatillo.
Pero Mariano también mostró que pertenecía a una generación que despertó a la lucha y la desarrollo con la claridad de que es necesario cambiar de raíz al régimen explotador y cambiarlo por otro régimen. El que se funde sobre los intereses de los trabajadores.
Mariano fue un luchador, como Maxi y Darío, y hoy quiero reivindicar los objetivos de esa lucha que desarrollaron siendo parte de una juventud decidida a cambiarlo todo.
Maximiliano, Darío y Mariano son presentados como un símbolo de lucha. Pero ellos tenían objetivos en su lucha. Reivindiquemos esos objetivos y su tenacidad en desarrollarlos. Que las nuevas generaciones que hoy se enfrentan a los atropellos sepan que nuestros mártires querían cambiar la historia, y esa tarea se nos presenta con más fuerza ahora que las condiciones de vida de los trabajadores se tornan más duras, agravadas por la pandemia, y donde el gobierno sólo tiene como horizonte salvar a los opresores. Reivindiquemos hoy la Lucha Obrera y Socialista de Mariano y llevémosla a la Victoria
Los abrazo fuerte, Vanina Kosteki (hermana de Maximiliano Kosteki)