Escribe Ariel Osatinsky
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2019 fue un año de profunda crisis para nuestro partido, el Partido Obrero. Se trata de un proceso que se inició antes, pero que adquirió una magnitud impensada el año pasado, como consecuencia de la brutalidad de los métodos que llevó adelante la Conducción Nacional, en pos de cortar de manera abrupta un debate político, que nunca puso en riesgo ninguna de las acciones y campañas votadas por el Congreso partidario. Cabe señalar que hubo miembros de la Dirección Nacional que cuestionaron estos métodos como es el caso de Alejandro Crespo, secretario general del SUTNA. La intención de estas líneas es poner de manifiesto las acciones que tuvimos que soportar decenas de militantes del Partido en Tucumán, que compone la gran mayoría de la regional.
Participé como congresal del 26 Congreso del partido. En los 20 años que llevo en el partido, jamás viví cosas como las que se dieron en ese congreso, y que hicieron que el debate político pasara a un segundo plano. Antes de ir al Congreso, en el debate interno del partido a nivel nacional, y ante algunas sospechas que se rumoreaban, expresé que me parecía un gravísimo error dejar afuera de la Dirección a Ramal o Altamira. Más allá de no compartir todos sus puntos de vistas, se trata de organizadores y constructores del partido que, por su capacidad, no podían no estar en la Dirección. Sin embargo, en el Congreso es lo que terminó sucediendo.
Para lograr ello, inventaron un relato plagado de mentiras, sin dar ninguna prueba de lo que afirmaban, y lo difundieron ampliamente entre los congresales,: “que Ramal y Altamira eran los organizadores de los ataques que en las redes realizaban toda una cantidad de personajes descompuestos contra el partido”. ¿Cuál eran las pruebas para semejante acusación? Unos mails, que Marcelo Ramal había recibido, repito HABÍA RECIBIDO (NO ENVIADO) de algunas de esas personas. Cabe aclarar que Marcelo Ramal es un referente público y debe recibir decenas de mails. Es decir, no había ningún intercambio de mails entre esas personas y Ramal, no había mails enviados por Ramal a esas personas, sino unos mails que recibió!!! Eso bastó para que inventaran todo tipo de falsedades. Pero lo más grave de todo: para obtener esos mails, realizaron una tarea de ESPIONAJE contra Ramal. ESPIONAJE!!! ESO FUE PASAR TODO LÍMITE, ¿Cómo vas a espiar a un compañero/a? La respuesta fue que la culpa era de Ramal por dejar abierto su correo en la computadora del local del Partido. TREMENDO. En el local del partido, donde somos todos compañeros y compañeras y debería haber un respeto mutuo.
Volvía del Congreso y no podía creer lo que había sucedido, sin embargo, era el comienzo de una serie de hechos lamentables.
EXPULSIONES E INTERVENCIÓN:
Es conocido por todos que la Conducción Nacional expulsó a todas/os los militantes que se agruparon en la Tendencia del Partido Obrero (al comienzo uno 370, luego unos 1200 militantes). Como lo expresé en su momento, me PARECE UNA LOCURA estas expulsiones, cuya causa es tener un punto de vista crítico a la orientación de la Conducción Nacional. Jamás se me ocurriría tomar semejante decisión. Así, fueron separados referentes sindicales, del movimiento de mujeres, de la juventud, del Polo Obrero, referentes políticos de distintas zonas y provincias.
En el mismo momento que se produjeron las expulsiones, quitaron la administración de las páginas de Facebook a diferentes referentes del partido, páginas que figuran con los propios nombres personales. Es decir, pasaba a tener un “Gran Hermano” que controlaba los contenidos que se subía a la página. Tremendo!!!
En Tucumán, tuvimos un adelanto de lo que se venía, ya que en la madrugada previa al nefasto sábado en que se produjeron las expulsiones, ingresaron al local del partido para llevarse las computadoras, impresoras y otras cosas de valor, y poner un candado para impedir el ingreso de la mayoría de la regional. Hasta el día de hoy, me parece incomprensible que intenten impedir el ingreso de los militantes al local o el uso por ejemplo de una computadora.
Pero eso no era todo, sino que un par de días después resolvieron INTERVENIR la regional del PO de Tucumán. Primero se expulsa a la mayoría de la militancia, incluida casi toda la dirección provincial, y luego se nombra desde arriba una Intervención. Para colmo de males, en ese proceso amenazan con acciones penales mediante carta documento a mi compañera Alejandra del Castillo, quien lleva hace años las tareas legales del PO y el FIT en la provincia con enorme sacrificio y responsabilidad.
Fruto de cuestionar las expulsiones, el candado en el local y el retiro en la madrugada de bienes de valor que pertenecen a toda la militancia, yo también, sin ser parte de la Tendencia, fui separado del Partido Obrero.
UNA CAMPAÑA ELECTORAL SIN RECURSOS Y MARGINADO DE TODA ACTIVIDAD
En las elecciones nacionales encabecé la lista del Frente de Izquierda y de Trabajadores UNIDAD en Tucumán como candidato a Diputado Nacional. Debido a mis críticas a los atropellos que mencioné anteriormente, la Conducción Nacional del Partido decidió dejarme al margen de toda propaganda. Así, fue la primer campaña electoral que realizo sin volantes, tuve que mendigar que me dieran votos para repartir siendo quien encabezaba la lista, tuve una escasa cantidad de afiches, el voto de Tucumán y mi candidatura no figuraban entre las candidaturas y votos de otras provincias que se difundían desde la página web del partido. Ninguna de las entrevistas u opiniones realizadas durante la campaña le dieron difusión en las redes por el Facebook o twitter, y hasta llegaron a dejar al margen de la difusión los spots grabados con los otros candidatos del FIT Unidad.
También fui excluido de todo acto, charla y actividad organizada por la Conducción Nacional en Tucumán. Se llegaba al ridículo de realizar un Acto en apoyo al Frente de Izquierda UNIDAD, sin invitar a quien encabezaba la Lista como candidato del PO, e invitando a los otros candidatos de las otras fuerzas políticas que integran el FIT UNIDAD. Incomprensible. Para justificar ello, llegaron a mentir mediante un comunicado que yo me negaba a participar de esas actividades. Nada más falso. Públicamente manifesté que iba a concurrir a toda actividad que me invitaran como siempre lo hice. Para sostener tamaña falsedad, no tuvieron mejor idea que difundir una conversación privada de WhatsApp (UN WHATSAPP PRIVADO!!!) en la que yo afirmaba en relación a los spots de campaña, que se coordinara con las personas que siempre habían coordinado su realización, a lo que se negaron ya que los habían expulsado. A partir de allí, en base a una conversación privada referida a los spots, “interpretaron” que me “autoexcluía” de las charlas y otras actividades. Increíble. Quiero decir también, en relación a la difusión una conversación privada de WhatsApp, que parece un incidente menor pero no lo es, todo lo contrario, pienso que es algo gravísimo, que atenta contra la confianza que debe prevalecer entre compañeras/os más allá de los puntos de vista divergentes que pudieran existir sobre diversos temas.
La realidad es que se buscó con mi exclusión de las charlas, actos y otras actividades de campaña, que no pudiera difundir determinados planteos. Lo más increíble es que eran planteos que forman parte del Manifiesto Político del 26 Congreso del PO, se puede poner más o menos énfasis en su difusión, pero no negar que son planteos que conforman dicho manifiesto.
En síntesis, desarrollé la campaña electoral con una escasez total de recursos, y agradezco el apoyo que brindaron las y los militantes de la Tendencia del Partido Obrero a mi candidatura.
¿RATIFICAR LAS RESOLUCIONES DE UN CONGRESO INEXISTENTE?
Luego de todo lo sucedido, me llamó la atención recibir por carta documento una convocatoria como congresal del partido, a participar de un “Congreso Nacional Extraordinario” del Partido, que se llevaría a cabo en la sede central del Partido en CABA el 2 de noviembre de 2019. ¿El motivo de la Convocatoria? Ratificar lo resuelto en un “Congreso Ordinario” que supuestamente había tenido lugar el 11 de Mayo de 2018. Pero en 2018 el XXV Congreso del Partido Obrero había tenido lugar entre el 29 de Marzo y el 1° de Abril, único Congreso que hubo aquel año, por lo que me resultaba extraño que hablaran de un supuesto Congreso en Mayo. Justamente en 2019, tuvo lugar el XXVI Congreso del Partido Obrero. Por lo tanto, teniendo en cuenta que en Mayo de 2018 no hubo ningún congreso partidario, ni ordinario ni extraordinario, ¿Cómo se va a ratificar algo que nunca existió?
Lo que sucede es que la Conducción Nacional no tiene potestad para intervenir las regionales, como lo hicieron en Tucumán. Entonces inventaron que hubo un Congreso en mayo de 2018 que habría modificado la Carta Orgánica del Partido dando ese derecho a la Dirección Nacional, lo que jamás sucedió. INCREÍBLE.
Obvio que rechacé avalar semejante truchada, y reclamé una vez más que se reincorporen a todas/os los militantes expulsados, se reconozca el derecho de tendencia, y se ponga fin a la intervención del Partido en Tucumán y a todos los atropellos.
Espero que más militantes del partido, en particular los que no integran la Tendencia como es mi caso, puedan conocer estos hechos y rechacen estos métodos que constituyen verdaderos atropellos. No se puede llegar a buen puerto en la lucha política que llevamos adelante hace años como partido, actuando de esta manera.
Agradezco a Política Obrera la posibilidad de poder expresar estas palabras.
Ariel Osatinsky
Militante del Partido Obrero
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