Escándalo por venta de tierras fiscales en Merlo
Escribe Gustavo Guida
La podredumbre e impotencia de un régimen político.
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En el marco de la crisis habitacional nacional más grande de la historia reciente, que puso al descubierto la pandemia de Covid 19, estalla en el partido de Merlo un escándalo de corrupción cuyas consecuencias son impredecibles.
Mientras Kicillof-Berni, con el apoyo de los Menéndez-Othacehé, reprimían a cientos de familias que luchaban por un pedazo de tierras donde construir sus casas, en Merlo, los máximos funcionarios de la Subsecretaria de Tierras y Viviendas del municipio, “usurpaban” tierras fiscales y las vendían a precio vil.
Ni lerdo ni perezoso, Menéndez intentó desembarazarse del asunto presentándose como “víctima” de la estafa de sus propios funcionarios. En declaraciones a Infobae (21/11) el Intendente planteó que “La causa se inició por una denuncia que realizamos desde el propio municipio a instancia de los vecinos que contaban que funcionarios nuestros estarían involucrados en usurpaciones de tierras. Tierras que después vendían”. En base a esta maniobra comunicacional, los victimarios intentan posar de víctimas. Menéndez no puede ocultar que el titular de la Subsecretaria de Tierras y Viviendas, Hernán Acuña, es su funcionario político. Al Director y sub-director de la Subsecretaria de Tierras y Viviendas los puso Menéndez y dependían directamente de la Secretaria de Desarrollo Social, Karina Menéndez, hermana del intendente.
Acuña y Abud usurpaban tierras fiscales e inmuebles en litigios judiciales para luego venderlos en el mercado inmobiliario. Una política similar impulsó el ex intendente Othacehé quién aplico una política sistemática de expropiación a vecinos que tenían deudas por Tasas municipales para luego, adivinen, sí, venderlas a precio de remate en el mercado inmobiliario.
Menéndez intenta zafar de la responsabilidad política sobre sus funcionarios planteando que “no se puede tener el control sobre 5.000 funcionarios” (unmediomoron.com) como si Acuña y Abud nacieran de un repollo. El intendente conoce muy bien el paño porque el mismo, en 1996, fue expulsado del gobierno de Othacehé con acusaciones de venta de tierras fiscales (m.perfil.com, 24/10/2013).
El estallido de este hecho de corrupción, en el gobierno de Menéndez, no puede ser más oportuno porque expone, a los ojos de los trabajadores sin viviendas, la verdadera política habitacional del municipio: usurpar los bienes públicos en beneficio de los funcionarios del Estado municipal y los capitalistas. En cambio, para los trabajadores sin tierra y sin techo, no hay otra política que la represión. Menéndez bautizó su gobierno reprimiendo a cientos de familias que, detrás del sueño del techo propio, ocuparon un predio ocioso en Merlo Gómez en febrero de 2016.
El fracaso de la política habitacional del gobierno municipal y su impotencia política para desenvolver un plan de viviendas se contrapone al lucro privado de funcionarios del municipio de primera línea. Esta contradicción pone al desnudo la completa descomposición de este régimen y pone a la orden del día la necesidad de discutir una salida por tierras y viviendas para miles de trabajadores.
