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El agua comenzó a operar en la bolsa de Nueva York, en el mercado de futuros de materias primas, como ya lo hacen el oro, el petróleo, los productos agrícolas y otros bienes de carácter primario. Esto se debe a la escasez internacional del agua, que está ligada al crecimiento de la población a nivel mundial y al uso intensivo y sin controles de diferentes ramas de la producción industrial, minera y agrícola. La anarquía que plantea el capital sobre los recursos naturales y en este caso el agua, es el motor de mayores desequilibrios económicos, sociales y políticos, no a futuro, sino que están en curso con diferentes enfrentamientos y rebeliones que luchan por el acceso al a este recurso.
Como señala la agencia RT (7/12) “la empresa estadounidense CME Group Inc lanzará contratos vinculados al agua al contado de California, un mercado de 1.100 millones de dólares”. De acuerdo con la compañía, los contratos a futuros ayudarán a gestionar el riesgo y alinear mejor la oferta y la demanda. Los precios a futuro del agua se establearan a partir del Nasdaq Veles California Water (NQH2O), que es el índice de referencia que establece el precio del agua en este estado. Al día de la fecha cotiza a unos 486,53 dólares los 1.233 metros cúbicos. La escasez de agua en California llevo a que el precio se duplicara en el último año.
Ante la escasez (solo el 1% se puede consumir como agua potable) y sequias, desde la órbita empresarial se esgrime el argumento de que se debe ir a un control del suministro y la gestión de los mismos, que necesitan de nuevas tecnologías y equipos. Esto, en manos privadas, va en detrimento del acceso al agua de más de 2.000 millones de personas en todo el mundo.
La historia del agua es la historia del desarrollo de la civilización. En ciertos momentos históricos, el control de la misma representaba el grado de desarrollo de una sociedad determinada. Es así como las grandes civilizaciones de la antigüedad desarrollaron presas, acueductos, baños públicos y canales de riego, fundamentales para la expansión de las fuerzas productivas, ligadas en ese momento, a la expansión agrícola y la cría de ganado. El suministro de agua potable se remonta a tres milenios antes de Cristo en el valle del Indo. Durante todas las épocas históricas la humanidad se esforzó en hacer llegar agua potable a las poblaciones, con el fin de evitar enfermedades. El desarrollo industrial, a partir del siglo XVII, y la utilización de agua por parte de las actividades productivas, llevo a que la población de las ciudades consumiera agua contaminada. De esta manera, el desarrollo del capital, por un lado expandía las fuerzas productivas como nunca antes y a la vez, se convertía en factor de propagación de enfermedades y pandemias, como el cólera.
En la actualidad, la crisis por el abastecimiento de agua potable, está estrechamente vinculada a la crisis del capitalismo y reviste un carácter geopolítico. La revista Fortuna, en el año de 2003, aseguró que “el agua promete ser lo que fue el petróleo en el siglo XX, el bien que determina la riqueza de las naciones”. Según informes del Pentágono, las principales cuencas acuíferas del planeta se encuentran en riesgo, lo que afectaría a la producción de alimentos y energía, influyendo de manera directa al mercado de alimentos a nivel mundial, a la vez que se prevé, tensiones y choques por el abastecimiento y la calidad del agua.
Los principales grupos de inversiones a nivel mundial, están señalando que el agua debe convertirse en un commodities. Detrás de esta orientación, se encuentran los grandes fondos de inversión como Black Rock y Goldman Sach, que promueven la privatización del recurso, ligado de lleno a la industria de la alimentación. Que uno de los mayores tenedores de deuda argentina, como lo es Black Rock, este detrás de la commoditizacion del agua, tendrá consecuencias directas sobre la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, por el acuífero Guaraní, convirtiéndose en una botín de disputa y rapiña por parte de los capitales financieros de todos los colores.
La depredación de los recursos naturales por parte del imperialismo y el capital financiero, ha provocado choques de carácter internacional. La lucha por el acceso al agua potable por parte de los trabajadores, es una tarea inmediata, en el marco de la crisis del Covid, entrelazada con todas las reivindicaciones de la clase trabajadora, poniendo en pie asambleas por el agua, que discutan y resuelvan sobre la base del agotamiento de un régimen social, una salida de conjunto de la sociedad, inmersa en una crisis sin precedentes para la humanidad.