Edenor: de una ´burguesía nacional´ a otra

Escribe Jacyn

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Finalmente se concretó la venta de Edenor de manos del grupo Pampa Energía, que conduce Marcelo Mindlin, a Edelcos, un consorcio encabezado por Daniel Vila, José Luis Manzano y Mauricio Filiberti.

Los compradores pagaron U$D 100 millones por el 51,8% de una empresa que apenas en febrero de 2018 había llegado a cotizar U$D 2.500 millones en la bolsa de Nueva York, cuando “el sendero de tarifas” del macrismo todavía no había colapsado bajo el peso de la devaluación, la fuga de capitales y la hecatombe política de aquel gobierno. Actualmente, las tarifas permanecen congeladas desde hace 10 meses. En virtud de las elecciones legislativas que se avecinan, esta situación podría prolongarse incluso hasta 2022. Algo similar había ocurrido en 2002, cuando el colapso llevó al retiro de Electricité de France, para pasar la empresa al grupo Mindlin.

“Con tarifas congeladas desde febrero del año pasado, la situación financiera de Edenor hoy es delicada. En 2019, ganó $ 12.129 millones, casi el doble que en 2018. Pero ese congelamiento impactó más este año. En nueve meses de 2020, perdió $ 1.838,77 millones, contra una ganancia de $ 17.058,64 millones en igual período del ejercicio anterior. En su informe de resultados, lo atribuyó a la falta de actualización de sus tarifas, frente a costos -en su mayoría, en dólares- que continuaron subiendo” (El Cronista, 28/12). En 2002, EdF no podía girar dividendos a los accionistas de la bolsa parisina.

El valor de mercado de Edenor, por el total de la compañía, hoy no superaría los U$D 150-160 millones. Pero, además, “los compradores aclaran que, a ese monto, hay que deducirle u$s 100 millones de pasivos que tiene la empresa”. La diferencia, según Vila-Manzano-Filiberti, es la prima que pagaron para comprar a precio de remate. La transacción fue saludada con un aumento del 14% de sus acciones en Wall Street.

Edenor es una distribuidora que abastece de electricidad a 3,2 millones de clientes -unos 9 millones de personas- y representa aproximadamente el 20% de la demanda total de electricidad en el país. Su proveedor mayorista es la empresa mixta Cammesa, con la cual Edenor acumula una deuda por U$D 225 millones. La sociedad Vila-Manzano es también dueña de otra distribuidora eléctrica, Edemsa, que abastece a Mendoza. Edemsa acumula con Cammesa deuda por otros U$D 120 millones. En ambos casos, las deudas se generan como resultado del desfasaje tarifario entre el precio mayorista y el de los usuarios hogareños. Las distribuidoras aseguran que sus ingresos, en estos niveles, apenas cubren los costos operativos y de mantenimiento de la red. Pampa es el mayor generador privado de energía, la sexta productora de hidrocarburos del país y la tercera de la Cuenca Neuquina. En un comunicado, desde Pampa aseguraron que vendieron su participación en Endenor “para concentrar sus inversiones en la generación eléctrica y la producción de gas”.

Enjuague ´pan-peronista´

Según Clarín, (28/12), la venta de Edenor a Vila-Manzano-Filiberti fue patrocinada tras bastidores por el gobierno., una versión que niegan los protagonistas. Mindlin habría consultado a “Wado” De Pedro “qué actitud suya sería bien vista [por el gobierno] y le contestaron que la venta de Edenor contaría con la simpatía del kirchnerismo”. El caso es que la adquisición de Edenor por parte de Edelcos, ahora, deberá ser aprobada el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (Enre), que ha sido copado por el ala K de la coalición gobernante.

La tríada Vila-Manzano-Filiberti insinúa haber comprado un boleto de apuesta a un próximo tarifazo a mediano plazo. "El sector hoy está en dificultades pero el Gobierno dijo que va a normalizar la situación. Creemos en eso, y Edenor es una gran empresa", recogió El Cronista (ídem anterior). “Desde el lado de los compradores, están dispuestos a lidiar con el congelamiento de tarifas, porque tienen una mirada a largo plazo. Suponen que el Gobierno terminará reconociendo mayores costos para el sector”, coincide Clarín. Esto es una entelequia, por ahora. El mismo Midlin desembarcó en Edenor luego de la devaluación de Duhalde, ya bajo el gobierno de Néstor Kirchner, cuando los dueños anteriores -la francesa Electricité de France (EdF)- habían entablado una demanda en el Ciadi contra Argentina por la pesificación de las tarifas. La ´normalización´ macrista, como ya se dijo, tampoco prosperó, bajo el imperio de una situación social explosiva. ¿Será esta la oportunidad de Vila-Manzano-Filiberti? Como reaseguro, Mindlin se aseguró el 50% de la ganancia generada durante el primer año posterior al cierre de la transacción, en el caso de que los compradores decidan su reventa a un tercero. El cambio de manos de la empresa entre ‘burgueses nacionales’ no implica el alejamiento del capital extranjero; al igual que Mindlin, los nuevos propietarios buscarán financiamiento internacional. El parasitismo ‘nacional y popular’ está a la vista – sólo recoge la porción que le dejan los ‘mercados internacionales’. La rueda sigue girando.

Carlos Pagni aporta, en su editorial de Odisea (28/12), otro dato: asegura que Vila, Manzano y Filiberti, son íntimos amigos de Sergio Massa. Y que Massa agregó un artículo al Presupuesto Nacional, que no estaba en el que venía desde Economía, que es el artículo 87, donde se establece que toda la deuda de las distribuidoras eléctricascon Camessa va a ser materia de negociación, no con el acreedor, sino con la Secretaría de Energía. Es decir que, como mínimo, habría un jubileo de la deuda de Edenor con Cammesa. Según el columnista de La Nación, la maniobra tiene antecedentes en el gobierno anterior: “en el Presupuesto 2017, Massa le pidió a Mauricio Macri una cláusula similar en favor de las distribuidoras eléctricas. Y obviamente le dijeron que sí”. Se puede agregar un detalle adicional, de actualidad: Filiberti es dueño de Transclor, principal proveedor de AySA, la empresa estatal de agua que preside Malena Galmarini, la esposa de Massa. Según Pagni, además, un testaferro de Mindlin habría comprado obligaciones negociables (deuda) emitida por Edenor a precio de remate, bajo el acuerdo de que la nueva controlante las repagaría, a su turno, a mejor precio. La deuda, siempre.

La venta de Edenor describe un negociado K tan clásico de estas pampas, a esta altura, como el mate y el dulce de leche. Una camarilla de negocios ´nacionales y populares´ parasita los recursos del Estado, para financiar el aprovechamiento de lo que les ha dejado una bancarrota sin precedentes.

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