Un blanqueo al capital inmobiliario

Escribe Emiliano Monge

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El Senado aprobó ayer por unanimidad la ley impulsada por el gobierno para promover inversiones en construcción de obras privadas con distintos incentivos fiscales, entre ellos un blanqueo de capitales. “La iniciativa, que ya contaba con la aprobación de la Cámara de Diputados, fue convertida en ley con 62 votos a favor, con un amplio consenso entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio” (El diario, 24/2). Los beneficios al capital inmobiliario y a los grandes evasores tampoco generan grietas.

Martín Guzmán, Ministro de Economía, tuiteó que "las inversiones en nuevas construcciones serán eximidas del pago del impuesto sobre Bienes Personales durante dos años", y añadió que "obtendrán crédito fiscal igual al 1% del desembolso". Esto mientras no existen créditos para vivienda. La legislación habilita a "declarar de manera voluntaria" ante la AFIP "la tenencia de moneda extranjera y/o moneda nacional en el país y en el exterior" para ser afectada "únicamente a las inversiones en obras privadas nuevas realizadas" en el país.

Iván Szczech, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, dijo: "Servirá para recuperar puestos de trabajo perdidos y lograr una mayor oferta de viviendas" (NA, 24/2). Un diputado del Frente de Todos dijo que "esta normalización de tenencias tiene una serie de requisitos que van a ayudar a prevenir el lavado de activos y financiamiento del terrorismo". Otro, de Juntos por el Cambio dijo que serviría para reactivar la industria y dar empleo. Un tercero agregó que sería “premiar a los que hicieron las cosas mal” pero que “el fin justifica a los medios” (ídem).

“Repatriación”

El Gobierno espera una “repatriación” de 5 mil millones de dólares que se fugaron del país mediante este blanqueo (Página12, 24/2).

Szczech dijo que "servirá para impulsar el desarrollo del sector, recuperar puestos de trabajo perdidos y lograr mayor oferta de viviendas" y que "estos son los incentivos que la industria de la construcción necesita para fortalecerse, generando mayor inversión y mayor actividad económica, y en consecuencia más empresas y más empleo formal". Sin embargo, el sector cuenta con uno de los índices de informalidad más grandes del país. La precarización y los bajos salarios son la regla" (ídem). En diciembre, el costo de la construcción fue de 529 dólares por m2, según Reporte Inmobiliario, un 9,2% más bajo que hace un año y un 55% menor al pico de 2017 (Página12). La mayor parte del “bajo costo” es la mano de obra devaluada e informal que representa el 80% del valor total de la construcción.

“Un empresario con una constructora con 600 empleados, que prefirió no ser mencionado, se mostró pesimista sobre la ley: ‘Nadie va a querer blanquear y quedar dentro del sistema, la construcción es fácil para ingresar dinero negro y luego vendés. Cada empresario sabe que esto no moverá la aguja’” (ídem). El objetivo es volver a fugar las ganancias, dejando un mayor agujero fiscal.que el precedente.

El sector pedirá que los fondos blanqueados en pesos puedan actualizarse en UVA (atada al dólar), para no perder valor, mientras millones de trabajadores ven sus ingresos devaluados. Además, “Los fondos blanqueados deberán ser destinados a cualquier tipo de obra privada nueva o avanzada hasta un 50 por ciento. El proyecto establece que se les concederá un “bloqueo fiscal” pese a haber evadido impuestos previamente. Además, el Gobierno cedió ante el pedido empresario: bajó el impuesto para los evasores, y extendió el plazo para que exterioricen el capital” (ídem). De acuerdo a esto, Lázaro Báez debería ser absuelto y consagrado como inversor.

Trabajadores contra el capital inmobiliario

Este blanqueo se convertirá en megatorres, emprendimientos como los de Costa Salguero, la privatización de la costa, terrenos ferroviarios y otras tierras públicas, negocio que viene creciendo año a año con el acuerdo entre peronistas y macristas. Los trabajadores se verán más hacinados, con menos espacios verdes y con precios inalcanzables para alquilar o comprar una vivienda.

Estos capitales se van a aprovechar de los bajos salarios y de una tasa elevada de explotación en comparación con otras inversiones. La medida, para algunos, implicará también una demanda grande de dólares por insumos importados. Muchos fondos ya fueron acaparando materiales de construcción a un dólar más bajo.

Uno de los objetivos del capital inmobiliario y de la construcción es hacerse de buena parte del presupuesto nacional para vivienda, que fue incrementado nominalmente. Jorge Ferraresi, Ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, prometió construir este año 100mil viviendas y que su construcción pase a manos de los intendentes. Se incentiva la formación de cooperativas (enormes precarizadoras de la mano de obra) y, de declararse la “emergencia habitacional”, como algunos indican, se podrían saltear licitaciones.

Durante el gobierno de Macri ya hubo una “repatriación”, que se utilizó para impulsar el negocio de la construcción y que significó un incremento en los valores de las propiedades y en la venta a precio vil de las tierras públicas para negocios inmobiliarios y comerciales. La situación para los trabajadores sólo empeoró.

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