Estamos en el 2021

Escribe Julio Gudiño

Tiempo de lectura: 2 minutos

El artículo PBI: no volvimos al 74 publicado en politicaobrera.com tiene una importancia fenomenal porque polemiza con la vulgaridad de que la economía argentina se encuentra, desde el punto de vista de la creación de valor, como hace 50 años. Esta caracterización del “estancamiento crónico” es defendida por “nacionales y populares” y liberales por igual.

Los liberales, en base a cálculos matemáticos tales como PBI per cápita, quieren mostrar que “el hecho maldito del país burgués” es el peronismo porque esta fuerza política supuestamente corta el ciclo de crecimiento económico desde 1880 a 1946, exceptuando del período a la crisis de 1930. En base a esta pseudo caracterización reclaman la reforma laboral, la privatización total de la economía y un ajuste fiscal en regla.

Por su parte, los “nacionales y populares” abogan por una fuerte “industrialización” del país para generar las premisas elementales del “gran despegue” comandado por la “burguesía nacional industrial” donde la clase obrera debe subordinarse a la burguesía. Una vez puesta en marcha la “industrialización” se generarían las condiciones materiales para erradicar la pobreza, el desempleo, etc.

Altamira, desmorona la pretensión “científica” de evaluar el estancamiento de la economía argentina en base al PBI per cápita o el PBI a precios constantes y diferencia entre creación de riqueza social (valor) en un momento dado y capacidad instalada de la economía (frontera de la producción). Crecimiento del PBI a precios constantes no es sinónimo de expansión económica puesto que esta puede ser el resultado de la utilización de capacidad ociosa instalada en un momento dado.

Para poner en números que la economía argentina no es y tampoco se parece a lo que era en 1970, tomemos el ejemplo de la rama automotriz. Según Adefa en 1974 argentina produjo en total 286.312 automotores, siendo el pico de la década 1973 con 293.742 automotores. A su vez, en 1974 la industria automotriz ocupaba en total 57.400 obreros. En promedio, una unidad de trabajo producía 5 automotores. En cambio, en 2019 la producción total de automotores fue de 314.787 y el pico de producción de la década lo tenemos en 2011 con 828.771. En 2011 la industria ocupó casi 35 mil obreros. En promedio, en 2011 cada unidad de trabajo produjo 23 automotores. Esta simple comparación es muy elocuente porque pone de relieve que la rama automotriz argentina hoy es muy superior en capacidad de producción que la existente en 1970 y que la productividad del trabajo es 500% mayor. Este estado de cosas no es el resultado del “estancamiento” de la economía argentina, sino que es resultado de inversiones de capitales enormes que explican en parte esta situación. Esta rama de la industria es objeto a nivel mundial de un profundo proceso de centralización de capital que todavía no termino.

Tanto “nacionales y populares” como liberales sostienen que la miseria social creciente y la desocupación crónica es la consecuencia del “estancamiento” del capitalismo vernáculo cuando en realidad es exactamente al revés. La pobreza inmensa en la que está sumida la población obrera argentina y la desocupación crónica que la acecha es resultado del desarrollo capitalista y por tanto la resolución de estos males sociales no se resuelve con “más o mejor capitalismo” sino con la superación de éste.

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