Escribe Combativos Mercantiles y Telemarketers en Lucha
¡Paritarias 2021 ya!
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Los trabajadores de comercio somos uno de los sectores más expuestos a la pandemia en tanto esenciales. Los protocolos en los grandes y pequeños comercios son casi inexistentes. Ante los contagios no hay medidas de aislamientos y desinfección de los lugares de trabajo. En los pequeños comercios han habido despidos masivos ya que la mayoría no tienen bajo precariedad laboral o en negro. La ley de “anti despidos” no ha frenado los despidos encubiertos como tampoco suspensiones o retiros voluntarios. Ahora, con la apertura de las actividades estamos siendo super explotados con jornadas extensas. Todo este cuadro lo enfrentamos con salarios licuados. Las paritarias se han pagado a cuentagotas. Del otro lado, las patronales han sido beneficiarias de subsidios estatales. El gobierno ha pagado el 50% de los salarios con nuestros propios fondos de ANSES y ahora continúan con el REPRO II. Toda esta masa de subsidio ha ido a parar a la especulación financiera. Las vacunas no llegaron para nosotros ya que no estamos en el esquema de prioridades como si lo están los compadres del gobierno nacional y de las provincias con las vacunaciones VIP.
Los trabajadores de comercio venimos de un acuerdo que implicaba el pase al básico de los $4.000 de un DNU y $2.000 de las paritarias del 2019, que ya veníamos cobrando, y un bono de $30.000 en seis cuotas de $5.000, no remunerativos, a cobrarse de octubre 2020 a marzo 2021. En concreto, por 48 horas semanales, cobramos un básico de 48 mil pesos mensuales, mientras que la canasta básica familiar ya supera los $ 120 mil. Nuestros salarios han caído un 50% en el transcurso de 5 años. En el caso de los trabajadores de call center es peor la situación por el no reconocimiento de la insalubridad de la tarea lo que acarrea el pago del salario equivalente a una jornada reducida y el impacto ha sido más fuerte ya que debimos hacernos cargo de la conectividad y las herramientas de trabajo que las patronales desconocen. Las paritarias que deben discutirse en abril no están en la agenda de la patronal ni de la burocracia.
Los trabajadores de call center venimos de importantes conquistas al inicio de la pandemia donde logramos el home office contra la intención de las empresas de obligarnos a continuar con la presencialidad, aunque sin las herramientas provistas por ellas mismas, como corresponde. Sin embargo, con la apertura de la actividad, muchos hemos debido volver a las plataformas sin protocolos, en espacios reducidos y compartiendo las vinchas. En la empresa Atento ha habido despidos encubiertos ("retiros voluntarios") lo que ha sobrecargo de tareas a los asesores con multiskills para los que no fueron contratados. El esquema de tercerización, por excelencia, de las patronales de los call center lleva al extremo la precarización y, por ende, la sujeción a los ritmos de trabajo. El acuerdo ruinoso que homologó Cavalieri con las patronales de call center, a principio de marzo, no llega ni a la canasta de pobreza ya que el asesor con la mayor carga horaria, 36 horas (no mayor por insalubridad), cobraría en mayo $43.253 de básico, por debajo de la canasta de pobreza que supera los $55.000. Se han facilitado suspensiones masivas con reducción salarial, lo que ha permitido a las empresas contar con esta herramienta de presión para forzarnos a los trabajadores a ceder a sus exigencias en cuanto a ritmos de trabajo, flexibilidades de todo tipo y disponer nosotros mismos de los recursos que deberían invertir ellas. No obstante todo esto, la dirección nacional de la FAECyS en manos de Cavalieri les regaló a las patronales de call center un nuevo convenio por rama flexibilizador y entreguista del salario.
En los supermercados hay una sobre explotación para llegar a fin de mes y un avance en una super flexibilización de las tareas, multiplicándolas. Todo esto bajo la responsabilidad patoteril de la burocracia sindical de Muerza, que domina los COTO y Carrefour en Capital, junto a la patronal y el gobierno, garantes de los contagios y muertes por la pandemia. Ante casos de Covid-19 asintomático se obliga igual a trabajar o también si el PCR es negativo, aún teniendo síntomas que ameritan reposo médico sea o no Covid-19.
El rol de las direcciones sindicales ha sido de una completa colaboración con las patronales y el gobierno nacional. A cambio está el negociado con las cajas de las obras sociales. Ahora el gobierno ha suspendido, por segundo año, las elecciones gremiales en nombre de la pandemia, una ofrenda al entreguismo de más de 30 años por parte de Cavalieri a uno de los gremios más numerosos con más de un millón de afiliados. Resulta que los trabajadores podemos ir a los lugares de trabajo, pero no a una asamblea, órgano de democracia obrera, para discutir y resolver sobre nuestras condiciones salariales y laborales y con qué dirección vamos a pelearla. Denunciamos esta maniobra que atropella nuestras conquistas democráticas para disciplinarnos. No debemos permitirlo. La famosa revisión de la paritaria 2020 solo ha significado un 35% de aumento en cuotas de abril del 2020 a marzo del 2021 que, pagados en cómodas cuotas, resulta muchísimo menos. El salario ha perdido frente al proceso inflacionario interanual del 41%.
Los trabajadores de comercio que, mediante la deliberación y lucha, venimos de lograr bonos en los supermercados por trabajar con alta exposición al Covid-19, de pelear por protocolos para prevenirlo, obtuvimos también la reapertura de las paritarias que no estaba en la agenda de Cavalieri. Por eso habiendo tomado nota de nuestras conquistas llamamos a poner en pie asambleas en los lugares de trabajo donde votemos delegados con mandatos revocables y estructuremos un plan de acción como han realizado los compañeros aceiteros, que han conquistado un salario de base de $93.000, un gremio con menor cantidad de afiliados que el nuestro. El rubro de supermercados ha logrado ganancias récord, aun en pandemia, como lo demuestran la cadena de mercados Día que anunció que en 2021 abrirá 32 nuevos locales oficiales, al igual que Makro unos 10 locales más. En el mismo sentido, las empresas que explotan el negocio del call center nunca dejaron de estar productivas durante de la pandemia, aumentando aún más su actividad como resultado del crecimiento de servicios y comercio virtual ("e-commerce") como señalamos, descargando costos en nuestros hombros con suspensiones y subsidios estatales, no dejaron de facturar y amasar su fortuna a costilla nuestra.
Para quebrar la política hambreadora del gobierno de Alberto Fernández y la burocracia entreguista tenemos que unirnos todos los trabajadores de comercio y profundizar la lucha y organización independiente con cuerpos de delegados electos y con mandatos revocables.
Aumento del 50% del salario indexado por inflación. Salario mínimo igual al costo de la canasta familiar hoy en $120.000. Protocolos sanitarios aprobados y controlados por los trabajadores.
Reducción de la jornada laboral en comercios y supermercados a 6 horas sin afectar el salario. Cierre de supermercados a las 18 horas.
Provisión de herramientas de trabajo y un plus por conectividad a trabajadores de call center.
Vacunación masiva a los trabajadores con tareas presenciales.
Pase a planta permanente para terminar con la precarización laboral. Fin de la tercerización.
Reconocimiento de la insalubridad en los call center y salario igual a toda jornada completa.
Abajo los despidos y suspensiones. Reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario.
82% móvil del salario del trabajador en actividad del gremio.
Apertura inmediata de las paritarias de abril.
Abajo la intervención estatal en los sindicatos. Elecciones sindicales ya. Fuera la burocracia enquistada. Recuperemos los sindicatos para los trabajadores.