El Frente de Lucha y la democracia obrera – respuesta a una falsificación

Escribe Polo Obrero (Tendencia)

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En un artículo reciente, en que denunciamos las agresiones patoteras del Polo Obrero (oficial), también denunciamos la ausencia de un repudio a ellas de parte de las organizaciones piqueteras y de los partidos y agrupamientos de izquierda. Ninguna de ellas advertía, en esos ataques, la reaparición de métodos de la época staliniana. Estas agresiones son repetidas – se manifiestan en la mayor parte de las manifestaciones populares en los dos años recientes. La advertencia fue premonitorio, aunque con yapa, porque luego de la agresión reciente el Frente de Lucha, en que actúa el Polo oficial, sacó un comunicado para denunciar la “actitud provocadora” y “hostil” del llamado (sic) PO Tendencia en la asamblea del 5 de abril pasado, a la cual nos habríamos ‘autoinvitado’. Dos cosas al respecto: quien no se ‘autoinvita’ a un evento que discute una lucha, es lo contrario de un luchador y habríamos sido denunciados como tales. Las jornadas de lucha no tienen “anfitriones”, ni jefes, ni patrones; esa es una concepción de aparato. Dos: los firmantes del comunicado no citan, porque no podrían hacerlo, ninguna acción patoteril de nuestra parte, algo que jamás haríamos, porque somos socialistas. Denuncian simplemente nuestra presencia y el temor a que usemos la palabra. Gravísimo. Es incluso una torpeza de parte de ustedes manifestarse con tanta claridad. Los firmantes han sido extorsionados, probablemente, a pronunciarse de este modo, pero de lo que no hay duda es que han mostrado su completa falta de principios. La defensa de la democracia obrera se encuentra totalmente ausente del comunicado. Para los firmantes del comunicado de marras sería “hostil” presentarse en una asamblea para presentar un saludo y, ni qué decir, un planteo. Es lo que piensa exactamente toda la burocracia sindical de Argentina frente a las agrupaciones y militantes clasistas. No sería hostil, en cambio, la acción de un grupo, que percatado de nuestra presencia en la asamblea, salió a patotear a nuestros compañeros y romperle los volantes. Quienes “acompañan” con su firma a Belliboni, deben considerar al patoteo un defensismo revolucionario. ¿Es así como se comportan en sus organizaciones? Afortunadamente, dirigentes intermedios de varias de algunas organizaciones –como Izquierda Latinoamericana, MTR Histórico- se han comunicado con nosotros para desmentir su aval al texto mentiroso. Con estas demarcaciones, las firmas del comunicado son un fraude. En vísperas de una explosión de masas, acicateada por el hambre y la falta de horizonte, los firmantes se arrogan un derecho de admisión, como los patrones o patovicas de boliche. Que les recomendemos lo contrario sería incurrir en ingenuidad. Pero si creen que defienden principios que no parecen tener, les recomendamos tener presente que algunos de ellos son cómplices de haber dado quórum a Capitanich, para que privatice terrenos públicos, que deberían estar destinados a viviendas de desocupados, o el mismo presupuesto, y la lista sigue. Pongan en claro las posiciones de unos y otros entre ustedes, en lugar de respaldar el patorerismo de aparato, que sólo se anima cuando son más contra los que están menos. En la pandemia, debemos defender el derecho del desocupado a no circular entre el virus, por medio de un apoyo social adecuado – sin embargo, en las filas de los acusadores militan los partidarios del ‘presencialismo escolar’, que los Fernández juraron ‘proteger’. Hemos reclamado un repudio al patoterismo y los dirigentes del Frente de Lucha nos responde de manera torcida: el provocador es el Polo (T), por autoinvitarse a una asamblea. Están lejos del gaucho que tenía las puertas del rancho siempre abiertas.

En momentos en que la crisis social y humanitaria exige romper todas las barreras que los aparatos politicos y sindicales interponen entre los trabajadores, las direcciones firmantes avalan el patoterismo. Son diferencias cualitativas de método. Ante divergencias políticas y de métodos de organización, nosotros hemos reclamado derecho de Tendencia en el PO, para salvar la unidad del partido mediante un debate de alcances estratégicos. Los firmantes en cuestión copian al aparato ocasional del PO, que prefirió romper el partido, mediante la expulsión sumaria de 1200 militantes, y ahora quiere convertir a ese método liquidacionista en un producto de exportación, que los firmantes reciben con entusiasmo. De cualquier modo, como el Polo Tendencia no lucha “con tarjeta de invitación”, intervinimos en la jornada del 8 con importantes piquetes en la Panamericana, en Liniers, en el Puente Pueyrredón, en Tucumán, Jujuy, Misiones y Santiago del Estero (oportuamente ofreceremos un balance más completo), y con enorme impacto y protagonismo. Salimos a la calle a defender un planteo integral frente a la crisis, no un planteo corporativo.

La exclusión del Polo Tendencia, y el encubrimiento a la patota del Polo Oficial interpela severamente a organizaciones de lucha que se proclaman independientes del gobierno, o que se han movilizado contra él. La regimentación de las movilizaciones y de las asambleas constituye, objetivamente, un principio de injerencia estatal dentro del movimiento de masas. La destrucción de la democracia en las organizaciones obreras y sindicales amordaza a quienes quieren luchar contra ese Estado. La proclamada “independencia del gobierno” o el Estado es incompatible con las manipulaciones desde “arriba” y con los métodos punteriles. El Polo Obrero oficial pretende trasladar al movimiento de desocupados los métodos que ha impuesto ampliamente al interior de sus asambleas, y que, con justa razón, ha despertado un debate y una delimitación en muchos de sus elementos más concientes y activos. Es una refracción de la misma violencia que, en el Partido Obrero, rechazó el derecho de Tendencia y procedió a la expulsión de militantes.

La inmensa catástrofe social y sanitaria de Argentina reclama una dirección política socialista, o sea clara. Calificar a la defensa de posiciones propias como provocación, y defender la provocación en las filas populares, es repudiable.

Queda abierto el debate.

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