Escribe Emiliano Monge
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El colectivo Docentes contra la Presencialidad en Pandemia CABA organizó el jueves un conversatorio con científicos y docentes que intervienen en la lucha contra la presencialidad en las escuelas. Los docentes están dando una denodada lucha por la suspensión de las clases presenciales durante la pandemia. Desde el Gobierno nacional como desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires han declarado en muchas oportunidades que las escuelas están libres de contagio y son “ámbitos seguros”. Esto es desmentido por investigaciones científicas que demuestran lo contario.
Durante el conversatorio, Oscar Atienza, médico, magister en Salud Pública y docente de la Universidad Nacional de Córdoba, señaló que “Lo único que no hay que hacer es movilizar gente durante la pandemia”. Sin embargo, al forzar la vuelta a las clases se movilizó a casi 20 millones de personas en todo el país. También la vuelta a las actividades presenciales de los trabajadores no esenciales, sumando varios millones más a la circulación.
“Lo único que quiere este virus es encontrar gente en la calle. Es una locura que abran las escuelas”. Resaltó que “hay que romper con el paradigma creado de que las aulas son seguras”. Están muriendo más de 500 argentinos por día y se contagian casi 30.000 sin necesidad de que eso ocurra, remarcó Atienza.
“El mecanismo que elige un virus para comenzar su replicación es a través del contacto directo, por eso es necesario prohibir las clases”. Es una locura pensar que encerrar a 12 millones de jóvenes en las escuelas de todo el país no generaría un aumento de contagios, dice el especialista.
Las escuelas han sido el foco de nuevas mutaciones. Si abrimos las escuelas el virus va a mutar y esto se va a transformar en una nueva pandemia donde los anticuerpos generados por la vacuna no van a ser efectivos, como indican diferentes estudios científicos. Los chicos tienen menos chances de morir, pero infectan y también permiten la mutación del virus mediante la replicación y la transmisión.
“Hay pediatras que insisten que no existe la transmisión horizontal entre niños, es una barbaridad”, enfatiza. “Sería la primera enfermedad que no se transmite entre los niños. Hay cientos de niños fallecidos”. La presencialidad ya sabíamos que iba a ser un fracaso y una situación completamente evitable: “13 docentes fallecidos en Jujuy, con qué necesidad”. “Los que se metieron con los niños fueron los que impulsaron la presencialidad”.
El virus interactúa particularmente con cada persona, según sus antecedentes, según cada caso. “Lo dejaron circular el Sudáfrica y generó mutaciones con determinado grupo étnico, lo mismo en Brasil. Debemos saber conducir la pandemia y si lo dejamos circular va a generar mutaciones que van a hacer que la vacuna no sea efectiva”.
Rodrigo Quiroga, investigador bioquímico y Doctor en Ciencias Químicas, asesor científico de la PBA, remarcó que “deberíamos evitar los contagios, porque llevan a mas ocupación de camas y más fallecidos”.
“Lo que nos lleva a tener contagios es por medio de aerosoles, gotas de saliva al hablar y respirar, en interacción con otras personas. El riesgo es mayor mientras más tiempo estemos con otras personas. Cuando expulsamos estos aerosoles puede venir otra persona y aspirarlas y contagiarse. Estas partículas pueden quedar flotando en el aire por mucho tiempo. Por eso es indispensable el uso de barbijos”. Los que más contagian son los asintomáticos porque no se dan cuenta que están contagiados.
“Si el niño en vez de ir a la escuela está en su casa con sus padres, el riesgo va a ser menor que en la escuela. La escuela implica un cierto nivel de contagio, y también el transporte público y los autos que son ambientes pequeños y cerrados. Recién ahora se están dejando abiertas las ventanas del transporte público”. “los grandes riesgos son los contagios de docentes”. El otro riesgo de las escuelas es aumentar la transmisión comunitaria. Hoy CABA tiene 3,5 veces (700 contagios cada 100.000, con pocos testeos) más de las recomendadas para cerrar las escuelas y actividades de alto riesgo.
Quiroga indica que “Muchas organizaciones internacionales llamaron a abrir las escuelas, pero muchos países se dieron cuenta que era imposible contener la pandemia y los contagios con las escuelas abiertas, porque con éstas y las actividades económicas esenciales alcanzaba para que los casos aumenten”. La virtualidad resalta y profundiza las desigualdades ya existentes. La virtualidad “Es responsabilidad del ministerio, no puede ser que haya chicos sin conectividad y computadoras para acceder a la virtualidad”
Mientras “Cambiemos impulsó la presencialidad de manera absoluta, el gobierno nacional restringió la nocturnidad y otras actividades menores para priorizar la presencialidad, pero igualmente los casos subieron. Hasta que no se cierren las escuelas no va a haber una caída de los casos sin que muera una cantidad enorme de gente como en Chile o Brasil”.