No hay dos, sin tres: nuevamente sobre la izquierda y la deuda

Escribe Ana Belinco

Tiempo de lectura: 3 minutos

En una nota publicada en Prensa Obrera "No hay una 'tercera posición' respecto a la deuda Eduardo Salas, le pasa una factura al MST.

La nota en cuestión denuncia que "Un grupo de organizaciones políticas (entre ellas el MST, Poder Popular), sindicales (seccionales de ATE y CTA, dirigidas por Rompiendo Cadenas, entre otras), referentes como Nora Cortiñas, Adolfo Pérez Esquivel, Claudio Lozano, Luis Zamora, el Perro Santillán, María del Carmen Verdú, y así de seguido, han lanzado una “autoconvocatoria hacia una amplia campaña de movilización popular ¡Suspensión del pago e investigación de la deuda!”.

Varios de los mencionados integran el FIT-U o fueron solicitados para integrarlo en las recientes elecciones. Lo que le molesta a Salas es que el MST haya participado de esa convocatoria bajo una línea política reñida con la independencia de clase y luego haya participado del acto del acto del FIT-U. Esto, según el articulista, implica que "el MST debe esclarecer de qué lado se coloca finalmente". Curioso. Hasta hace poco tiempo, el trabajo de caracterizar el lugar y función de cada partido en la lucha política, el PO no lo cedía a sus adversarios, sino que lo tomaba bajo su propia responsabilidad. “Estoy ‘desorientao’", parece decir Salas, como en el tango

El juego al escondite

Como señalamos en la nota El FIT-U y la deuda: la quiebra alcanza a la izquierda el programa del FIT-U adolecía de una ambigüedad profunda. Reivindicaba "desconocer la deuda", pero desde las bancas del Congreso o en una audiencia televisiva, no mediante una agitación política para la acción, algo extraño en quien se define “un partido de combate”. En concordancia con esto, los referentes públicos del PO y del PTS exigen, una y otra vez, que se investigue la deuda y se pongan en funcionamiento los mecanismos parlamentarios de control del Congreso, como si la deuda fuera una cuestión de legalidad y no un método de confiscación capitalista. Cuando esa confiscación amenaza afectar al capital nacional e internacional el Congreso no tiene reparos en declarar el default o respaldar el que ha tenido lugar en la práctica. El default de 1890 produjo el retorno a Europa de un millón de inmigrantes. Un partido obrero debe llevar las crisis políticas y económicas a la lucha de clases, no a la Oficina Anticorrupción o a la Justicia Federal.

Pasar factura sin pagar las propias

Por otra parte, lo que pareciera desconocer (?) Salas es que este pivoteo del MST de novedoso no tiene nada. Partiendo de su actuación en el conflicto del campo allá por 2008 hasta los frentes con Luis Juez en Córdoba, nadie podría esperar una "independencia política" por parte de esta fuerza. A lo mejor el MST caracteriza que el FIT ‘ya fue’ como fuerza electoral y distribuye sus apuestas. Hace lo mismo que el aparato del PO.

Lo que evade Salas es que la incorporación del MST al FIT careció de discusión previa; se trataba solamente de arrimar el puchito que pudiera faltar para meter un diputado. Salas teme ahora perder ese puchito, porque en esa reunión que denuncia se encuentra otro aliado del FIT-U: Poder Popular. Si se trata de esto, sería mejor para Salas seguir una línea ‘amigable’, porque es más que claro que es inútil un debate entre dos organizaciones que rechazan los principios. Crea, además, un clima sofocante, sólo permitido para rentados a dedo. El desplome del FIT en el terreno electoral intentó ser saneado no por medio de una discusión estratégica sino con cooptaciones. El PTS había propuesto un partido electoral a los mismos que Salas dice criticar, y que el FIT incorporó. Al final, el FIT-U adoptó el programa del MST, por aquello de que en todo acuerdo sin principios prima el menor denominador.

En resumidas cuentas, Salas le pasa factura al MST porque lo exaspera sufrir un detrimento electoral. Muchos militantes expusimos la necesidad de un balance político de la crisis del FIT y denunciamos este viraje oportunista dentro de nuestras organizaciones, pero se acallaron las discusiones con cientos de expulsiones o haciendo valer, casi a libro cerrado, las decisiones ya tomadas de los aparatos.

Después de los ‘desaires’ de los fondos internacionales a los ‘reperfilamientos’ de Kicillof y a los ‘canjes’ de Alberto Fernández, Argentina se aproxima a pasos firmes a un default y a una crisis política excepcional. La consigna es: “Abajo los acuerdos con los fondos y los bancos”; “fuera el FMI”; “defendamos nuestros salarios, paritarias y jubilaciones”; Coordinadoras de luchas”; “por un Gobierno de Trabajadores".

La "independencia política” de Salas significa preparemos las elecciones de 2021.

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