Escribe Jorge Altamira
Discurso de cierre del acto del 1 de Mayo.
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Mis saludos socialistas e internacionalistas a todos los asistentes a este acto internacional que ha organizado el Partido Obrero Tendencia, y un abrazo fraternal a los compañeros de las organizaciones revolucionarias de otros países y al conjunto de sus militantes.
El 1° de mayo es el día por excelencia, históricamente, en que se fija la agenda internacional de los trabajadores. Se podrán hacer más actos o menos actos, pero hay una agenda común, que domina el 1° de mayo y que le da este carácter internacional a la fecha, con independencia de circunstancias particulares. En algún momento fue la jornada de 8 horas, en otro momento fueron las luchas contra la guerra, la lucha por transformar a las guerras imperialistas en luchas revolucionarias, y la agenda de hoy, en este 1° de mayo, es la crisis humanitaria, no exactamente la pandemia.
La pandemia se convierte en una peste irresistible en la organización social en que ella ocurre, y la crisis humanitaria que tenemos hoy, es una manifestación, de la decadencia del capital en todos sus aspectos. En primer lugar, como responsable de la pandemia, a través de una destrucción sistemática del medioambiente - en busca, naturalmente, de maximizar el lucro privado. Aquí en América latina, esto resulta enormemente claro con lo que está pasando en la Amazonia brasileña, y en la Amazonía en general, porque es una región que abarca a diferentes países. Hay un trabajo implacable de destrucción en beneficio de los intereses de los grandes ganaderos, madereros, y sojeros, tanto brasileños como internacionales; y todos los científicos coinciden en que esta alteración descomunal, la destrucción misma del medioambiente, es el campo orégano de los virus, que despierta, en la naturaleza misma, una reacción violenta, contra la acción de los seres humanos, que en realidad es la acción de la organización capitalista de la sociedad, porque los seres humanos no existimos en forma individual.
Otra manifestación aguda de esta crisis humanitaria tiene que ver con la destrucción del sistema público de salud, que ha tenido lugar en todos los países del mundo, de un lado por la quiebra financiera de los estados, de otro lado por la voracidad capitalista en transformar a la salud en una industria para el lucro privado. Las grandes farmacéuticas son las compañías que dominan todas las bolsas internacionales importantes, y llevan adelante una política, muy consciente, muy establecida, de crear una humanidad medicamento-dependiente, porque toda superación significativa de los temas de salud va en contra de sus negocios. Así hemos tenido, hace muy poco (y supongo que todavía, en pleno desarrollo), la gigantesca epidemia opioide en los Estados Unidos.
Esta pandemia, en las condiciones del capitalismo, no solo ha provocado el contagio de 152.000.000 de personas, y 3.000.000 y medio de muertos. Hay que tener presente que, en virtud de lo que acabo de señalar, los servicios de salud han postergado el tratamiento de enfermedades urgentes, que no están contabilizadas las muertes provocadas por esa demora en los tratamientos, no está contabilizada, naturalmente, en las estadísticas del Covid. Por lo tanto, el punto esencial del momento histórico que vivimos es que supera, en cualquier medida y en cualquier carácter, lo que históricamente se llama “la crisis capitalista”, porque no se trata de una crisis económica solamente, no tiene que ver con la sobreproducción, ni tiene que ver con la tasa de beneficio, es la culminación de la decadencia capitalista en la forma más clara, en el desarrollo sistemático de una fuerza de destrucción. Sin una caracterización de esta naturaleza, no es posible encarar una lucha franca, internacional, para superar esta crisis humanitaria.
La cuestión de las vacunas ha puesto de manifiesto esto de un modo absolutamente extraordinario. Naturalmente, los capitalistas se felicitan entre ellos por lo que llaman “la rapidez” con la que, en relación al pasado, han podido crear nuevas vacunas, o las vacunas adaptadas a esta situación, pero el resultado de ello, no solo es la aprobación de vacunas de emergencia, que a medida que se van aplicando manifiestan límites de distinta naturaleza, sino una lucha mundial descarnada por el control del mercado de vacunas, que se va a transformar en un mercado “exponencial”, porque va a abarcar al 80% de la población mundial durante varios años. Una manifestación aguda de esta crisis humanitaria, no son solo las muertes y los contagios, ly en a expansión del virus, les que la expectativa de vida en muchos países ha comenzado a caer, por ejemplo en Brasil, cuando la curva histórica de esta expectativa de vida, por lo menos desde la segunda guerra mundial, venía creciendo. Ustedes comprenden: se trata de una crisis que tiene que ver con la existencia del género humano, no se trata de otra cosa, y acá la crisis capitalista interviene como un aspecto de la organización capitalista de la sociedad, que en circunstancias extraordinarias, sale al rescate del capital y deja de lado el problema de la salud y de la vida de los trabajadores.
Esta es la agenda objetiva del proletariado mundial en este 1° de mayo, y esta agenda objetiva se manifiesta en forma más o menos consciente, más o menos inconsciente, en el desarrollo de luchas crecientes, y en algunos casos de luchas revolucionarias.
Nosotros estamos haciendo un acto virtual, pero hoy, en la provincia de Neuquén, miles y miles de trabajadores marcharon por las calles el 1° de Mayo, y todos sabemos perfectamente bien que es la consecuencia de la enorme lucha librada por el personal de Salud de la provincia, contra la burocracia sindical y contra todos los laderos de la burocracia sindical. Entonces, cuando hablamos de una crisis, en este momento, no podemos referirnos a una crisis epidemiológica, estamos ante una crisis humanitaria. Lo que convierte a esta crisis en humanitaria, es que la organización social que tiene que ver con esta crisis, es una organización social capitalista en completa decadencia.
Quiero detenerme sobre la lucha por las vacunas. No solo es una lucha por el mercado mundial, y una lucha despiadada. Probablemente muchos de ustedes, quizás no todos, habrán leído los avatares de la Sputnik V y de la AstraZeneca. Estados Unidos. Biden ahora, y Trump con anterioridad, han reflotado una ley de seguridad nacional de 1950, para prohibir la exportación de todos los insumos necesarios en la fabricación de vacunas. Esto lo ha denunciado hasta el semanario The Economist, y naturalmente, no tuvo más remedio que decir que esto afectaba enormemente la capacidad para superar esta crisis humanitaria, porque en ausencia de esos insumos, los principios activos no pueden ser convertidos en vacunas, El motivo de esta suspensión es que los Estados Unidos quieren reglamentar integralmente este mercado. Aca, en Argentina, estamos viendo que después de los coqueteos con la Sputnik V, o con Rusia, y con AstraZeneca, es decir con Gran Bretaña y con México, el gobierno nacional está volviendo a una negociación con Pfizer. Esta negociación con fizer, ocurre una semana después de que vinieran en tanda a la Argentina, el jefe del comando sur de los Estados Unidos, un asesor de Biden, y otras figuras políticas ligadas al FMI. Lo que hicieron fue muy simple, le dijeron “vas a Pfizer o hundimos políticamente a tu gobierno”, y este es el motivo de la reanudación de estas negociaciones con Pfizer.
Brasil tiene un instituto, equivalente al instituto Malbrán de Argentina, que se llama Amvisa. Amvisa no autoriza a la importación de la Sputnik V. Estados Unidos no le ha dado autorización clínica a la AstraZeneca, aunque tiene millones de dosis de ella en Estados Unidos y no permite su reexportación. Ahora, el significado de esta pelea no es el lucro solamente, es una guerra imperialista, es doblegar a los estados explotando a fondo las consecuencias de una crisis humanitaria. Como decía Lenin cuando estalló la guerra mundial (la primera), “acá hay un cambio de época”, y aunque la época sigue siendo la época del imperialismo; asistimos dentro de esta época del imperialismo a un salto cualitativo. Esta es una conclusión fundamental, ¿Por qué es una conclusión fundamental?, Porué quiere decir que todo lo que sea reformismo, centrismo, está agotado, no tiene futuro; la perspectiva parlamentarista, no conduce a ningún lado.
Hay que hablarle francamente a los trabajadores señalando la naturaleza de la confrontación a la que tenemos que hacer frente. Bolsonaro acaba de sacar un decreto, que allá se llama “medida provisoria”, que prácticamente autoriza el desempleo total y completo, de cualquiera y por cualquier motivo, inclusive con contratos individuales, cuando el país ha llegado a una tasa de desocupación absolutamente descomunal. También autoriza rebajas de salarios, en lugar de establecer un subsidio a las personas sin empleos, en un país que tiene 400.000 muertos y 13.000.000 de contagiados. ¡Esta es la naturaleza de esta crisis!, Quienes no lo ven así, como la izquierda democratizante, han caído en algo que en el pasado nos acusaban a nosotros - en el reduccionismo económico. Ahora, con el reduccionismo económico hay un problema muy serio, porque Joe Biden, ha lanzado un plan económico para incentivar a la economía norteamericana, y según los medios, el producto bruto de Estados Unidos crece el 6,2 %. Son muchos los economistas que dicen que se viene un periodo de crecimiento económico, un crecimiento económico post pandemia, porque la pandemia ha impedido una serie de gastos, y ha impedido una serie de inversiones; hay mercados que no están absorbidos. Estiman, entonces que, como ocurrio despues de la segunda guerra mundial, se produzca un ascenso económico generalizado.
¿Cuál es el problema aca?, Primero que el periodo post pandemia no existe, todos los pronósticos señalan que, por un largo periodo, habrá que convivir con un virus que todavía no está bajo control, que muta en la medida en que menos está bajo control y más se prolonga en el tiempo. Tiene posibilidades de mutación que puede afectar incluso las vacunas ya establecidas. Pero el problema fundamentales que la palabra recuperación económica no significa absolutamente nada, porque es, antes que nada, una utilización de los recursos del Estado para una lucha despiadada por el mercado mundial. La llamada “recuperación económica” solamente advierte que Estados Unidos se va a dotar de todos los medios económicos necesario para vencer en su competencia a China, a Rusia, e incluso la Unión Europea. Mientras que las delegaciones que vinieron a ver a Alberto Fernandez le reclamaron que no insistiera con la Sputnik V, Alemania quiere recibir esa vacuna. Hay una pelea abierta en este sentido, y, entonces, lo que va a venir, o lo que se plantea como tendencia, es un agravamiento de todas las contradicciones internacionales, y de recaídas en nuevas recesiones, en un mundo donde sólo la deuda pública, de 500 billones de dólares, es superior en 5 veces a un producto mundial de 100 billones de dólares. ¿Quién paga todo eso?
Entramos, por lo tanto, en un periodo de grandes choques económicos, donde el concepto de recuperación económica resulta inconsistente. En alusión a todo este proceso de guerras que van acompañando estas crisis humanitaria, señalemos, a título de ejemplo, la inminencia, recientemente, de choques por el oriente de Ucrania, que vio un despliegue de fuerzas militares de un lado y de otro, tan serio, que algunos anunciaban la inminencia de un conflicto armado. O la guerra misma que ha habido entre Turquía y Armenia, los conflictos en el Mediterráneo por los pozos petroleros. Pero aca en Argentina, un desliz de la derechista Patricia Bullrich puso de manifiesto algo mucho más profundo. Estados Unidos quiere desalojar a China de Argentina, y para eso, no solo ejerce una brutal presión en esta pandemia, sino que además, ha desplegado submarinos atómicos en el Atlántico sur, y Gran Bretaña ha reforzado la base militar de Malvinas, que ahora definitivamente, es un gran problema político, para cualquier gobierno argentino - en considerable mayor medida que lo que llevó a la guerra de 1982. Es prácticamente, una base militar de control integral del Atlántico sur, donde pululan los barcos pesqueros chinos, que van a ser desalojados a cañonazos.
La crisis humanitaria es la crisis pandémica en el cuadro del capitalismo en decadencia. Se manifiesta por sobre todo en América Latina. En Chile hay huelga generales en medio de la pandemia; en Colombia acaba de haber una huelga general; las elecciones en Ecuador y en Perú, han sido desestabilizantes, obviamente, no tanto en Ecuador, pero claramente en Perú; la fragmentación política es completa; hay unas guerras en las fronteras de Venezuela y Colombia; y hay un levantamiento popular, que no aparece como extraordinario, o no aparece como enjundioso, en Brasil, donde la gente organiza entierros simbólicos en las playas de Río de janeiro, para ver si puede voltear al gobierno y suscitar una reacción popular. En Argentina hay también una enorme rebelión, ¡en la docencia!, en el plástico, en los choferes que cortan las rutas, con una característica importante, especialmente para la historia de la lucha política de la Tendencia. Se están formando coordinadoras, autoconvocados. En la polémica que nuestra Tendencia tenía con el aparato dentro del partido, se mofaban de que teníamos la pretensión de querer volver al Cordobazo, ¡de ninguna manera! Pues eso es, sin embargo, lo que está ocurriendo ahora, eso es lo que ha ocurrido en Neuquén.
Guillermo Pereyra, del sindicato petrolero, se jactó de que puede mover a 30.000 petroleros para derrotar al personal de la Salud, ¡y no ha logrado mover ni a su familia!, y si lo hubiera hecho se habría derrumbado toda la Argentina. Alberto Fernandez aborda esta crisis desde el ángulo del FMI: no hay ningún tipo de subsidio, no hay ningún tipo de apoyo económico a la población que lo necesita, la línea frente a la pandemia es ‘administrarla’, vamos viendo, más muertos, menos muertos, es decir, primero los muertos y después administramos. Es un derrumbe, y ahora, que no le puede imponer a Larreta en la ciudad de Buenos Aires una política común para el AMBA, se la quiere poner al movimiento obrero, prohibiendo el tránsito de manifestaciones de gran Buenos Aires a la Ciudad de Buenos Aires, a Plaza de Mayo.
América Latina es un polvorín que ya está estallando, y la iniciativa es una iniciativa de las masas, y lo que empuja esa iniciativa de las masas, es la lucha por la vida, la reivindicacion historica por excelencia de los explotados a través de toda la historia. Esta es la cuestion aqui, de manera que tenemos que trazarnos una perspectiva que esté inscripta en la realidad. No se trata de exhortar, hace esto o lo otro, acá se trata de asumir responsabilidades frente a lo que efectivamente ha desatado esta crisis capitalista. Por ejemplo, ha desatado una crisis brutal de salud, los diarios internacionales lo confiesan todos los días. La Nación, de Argentina, le ha encontrado la solución, en la post pandemia, hay que privatizar todo lo que tenga que ver con la Salud; es la gran oportunidad, porque la tecnología moderna solamente va a venir del capital privado. El capital privado de la educación en Argentina está impulsando el sabotaje a la lucha contra el virus, porque es el lobby principal de las aperturas de escuelas.
Este es el rumbo político fundamental. En Argentina se traza, mejor que en otro lugar, la dielimitación política dentro de la izquierda. La izquierda democratizante entiende que esta pandemia es un accidente natrual que se supera con una vacuna; luego habrá que esperar a que caiga la bolsa de Nueva York. Esto no solo es un reduccionismo económico, es un analfabetismo político de características inusitadas. Ahora ¿por qué ocurre? Porque se ha ido adaptando al estado; están adaptados a una política de compromiso con el estado, no pueden ver la realidad, porque esa realidad ya contra con sus propios intereses. En Argentina, la lucha política en torno a esta crisis humanitaria empezó el mismo dia del virus de Wuhan, cuando el Frente de Izquierda Unidad dijo que se oponia a toda forma de cuarentena, y promovia al pensador, filósofo, italiano, Giorgio Agamben, que sostuvo que la cuarentena era el punto de partida de la instalación de un régimen totalitario. Ahora, lo curioso es que los totalitarios no querían la cuarentena. ¿A que me refiero? Trump, Piñera, Boris Jonshon, Macron, Bolsonaro, es decir, la derecha fascistizante era libertaria, y la izquierda acusaba a la protección de la salud, como un atentado al estado de derecho. De golpe tuvimos una izquierda que descubrió el estado de derecho, nunca le había prestado atención, ni siquiera intelectual, y de repente lo descubre en medio de una pandemia.
En esta pandemia, quienes hemos defendido una caracterización que corresponde al proceso histórico de la decadencia capitalista; que hemos alentado estas luchas autoconvocadas, todas las auto convocatorias que hay en Argentina, en materia de educación, por el cierre de las escuelas, y el rechazo a la presencialidad; tiene como factor impulsor, exclusivamente, al Partido Obrero Tendencia. Estoy hablando de los hechos - de un reclamo que es apoyado cada vez más por numerosos docentes, seccionales enteras de Suteba, que algún izquierdista, o algun burocrata, creia que tenian atadas bajo cuatro llaves; están perdiendo votaciones a manos de las mociones huelguisticas que impulsa el Partido Obrero Tendencia. El desarrollo político, ha demostrado la vigencia de la posición que hemos asumido en la crisis del Partido Obrero. Esto es absolutamente fundamental, es una cuestión decisiva.
En medio de esta cuestión decisiva, miren ustedes lo que está ocurriendo. La Cámara de Senadores dio media sanción a una ley, por la cual se suspende la obligación de los partidos políticos reconocidos a completar la cantidad de afiliados que deben tener para mantener su legalidad, debido a los obstáculos que plantea la pandemia. Porque hay muchas desafiliaciones en los partidos, y cuando bajan de cierta cantidad el número de afiliados, la tiene que recomponer para mantener la legalidad. La media sanción del Senado exonera a los partidos de esa obligación; ahora lo va a aprobar la Cámara de Diputados. El Partido Obrero Tendencia, en la pandemia, ha lanzado la lucha por la legalidad! ¡desde cero! Estamos, ahora, virtualmente, con el reconocimiento de la personería provisoria en la ciudad de Buenos Aires, y prácticamente, el reconocimiento integral nacional, federal, en la provincia de Buenos Aires. Estamos luchando por llegar al reconocimiento total en la Capital, y por obtener en la provincia de Buenos Aires, también el reconocimiento provincial. Lo estamos haciendo en todos los distritos industriales de la provincia de Santa Fe, con avances incuestionables y objetivos que se han alcanzado, ocurre en Catamarca, en Tucuman, y va a comenzar ahora en Jujuy. La lucha por nuestra legalidad muestra la tenacidad de una fuerza política, y muestra la madurez de su programa, la madurez de su estrategia, el reconocimiento de que acá está la tradición histórica del Partido Obrero.
Ahora, para abordar esta etapa, necesitamos la IV Internacional, y la IV Internacional, tiene una crisis total, completa y absoluta. Para avanzar en la reconstrucción de la IV Internacional hay que discutir la crisis del PO, porque la crisis del Partido Obrero, concentra, con un vigor inusitado, un desarrollo nunca visto, la totalidad y un poco más de los problemas que enfrenta la vanguardia revolucionaria en el mundo. La del Partido Obrero, es una crisis internacional. Cada dia que se demora ese debate a nivel internacional, cada dia que se demora la comprensión del lugar histórico que ocupa nuestra Tendencia en el campo del movimiento obrero revolucionario y en el campo de la IV Internacional, cada vez que se demora eso, es un paso atrás en la construcción de la IV Internacional, que debiera ser realmente, el coronamiento de la lucha por la vida. Porque la IV Internacional se fundó para defender la vida, la vida de los revolucionarios rusos, de las masas rusas, y la vida de todos los que murieron en la segunda guerra mundial, como consecuencia de las políticas traidoras, de la burocracia stalinista y de su aparato a nivel internacional. Por lo tanto, tenemos por delante de nosotros un trabajo extraordinario. En ese trabajo extraordinario, en ese desafío, es necesario desarrollar una fuerte comprensión del momento histórico presente, porque en cierto modo, vivimos bajo la presión de una izquierda, que cree que el mundo sigue sin cambios, de que lo que importa es la elección que viene. Esto es muy importante.
En este sentido, quiero reivindicar, en particular en este acto del 1° de Mayo, al Polo Obrero de la Tendencia. Lo quiero reivindicar, porque es el único caso, en la historia del movimiento piquetero, que una corriente piquetera se forma en base a la experiencia de lucha y a la delimitación política, con los aparatos democratizantes. Estamos con los compañeros que simplemente salen a la lucha, y estamos con ellos por el hambre y la desocupación. Pero a eso nosotros le añadimos, o mejor dicho, nuestras compañeras y compañeros del Polo Obrero le añaden, la comprensión política que tienen, o que han alcanzado, de la evolución de todo este movimiento de desocupados, de sus perspectivas, y al servicio de quiénes tienen que luchar. Me sorprendo gratamente, me emociono. Los militantes del Polo Obrero Tendencia son los que más están contribuyendo a la conquista de la legalidad del Partido Obrero Tendencia. En este 1° de mayo, mando un saludo especial a las compañeras y compañeros del Polo Obrero Tendencia de todo el país. Este saludo es un reconocimiento a la experiencia, extraordinariamente positiva, que estan desarrollando.
La crisis del Partido Obrero ha sido la concentración de los problemas políticos de la crisis de toda la vanguardia obrera, ni que hablar, de aquellos que ni siquiera tienen vínculos con la clase obrera, y operan en la superficie digital, como supuestos intelectuales de izquierda. Acá hemos tenido una experiencia vigorosa. Esta crisis se ha anticipado a la crisis humanitaria, y en ese sentido sirve como un factor enorme de construcción, porque ha puesto antes los ladrillos para enfrentar esta situación. Imaginen ustedes si hubiéramos estado, en esta crisis humanitaria, con la confusión que nos planteaba el aparato, con sus maniobras sucias, con su violencia contra los estatutos del partido. Estaríamos completamente desarmados, no estaríamos ayudando a la clase obrera.
Por eso quiero señalar lo siguiente al final. Viva la clase obrera. Viva el socialismo internacional. Viva la IV Internacional. ¡Pero viva, viva y viva a los compañeros que forman el Partido Obrero Tendencia, porque están desarrollando, y lo probará el futuro próximo, una tarea histórica y gigantesca!