Movilización internacional en apoyo a Palestina

Escribe Joaquín Antúnez

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Los bombardeos masivos contra la Franja de Gaza han desatado una gran movilización de repudio popular internacional El día de ayer, sábado 15 de mayo, se cumplía el 73 aniversario de la Nakba del Nakba (catástrofe, en árabe), en referencia a la expulsión poblaciones palestinas enteras de sus territorios y la confiscación de sus tierras de cultivo y viviendas. Es limpieza étnica ha sido ampliamente documentada por historiadores palestinos pero por sobre todo por los historiadores judíos. El auge de esta literatura revisionista tuvo lugar, no casualmente, cuando se desarrolló la primera Intifiada (en los años ochenta).

Las movilizaciones han cruzado el mundo, desde Canadá hasta Australia; la más numerosa tuvo lugar en Londres, más de 150 mil personas en Londres – la que enfrentó la mayor represión policial, París. Las multitudes no se reunieron sólo en las capitales, como lo prueban Almería, Granada, Lleida, Bilbao, Córdoba. En Francia, Marsella, Montpellier, Nantes, Rennes, Lille, Metz, Burdeos, Estrasburgo, Lyon, entre otras. La movilización en París no fue autorizada por el gobierno, que desplegó mil efectivos y una feroz represión desde el punto de encuentro de la convocatoria. En algunos barrios como en Barbes, al norte de París, hubo un enfrentamiento que duró toda la jornada. La crisis del Medio Oriente y en otras partes del mundo musulmán ha penetrado con profundidad en Europa. El fascismo ha tomado como eje de la demagogia social la cruzada anti-inslámica, en especial en Francia, Italia y Alemania. Militares de la reserva y de la activa han lanzado manifiestos amenazantes al orden constitucional en Francia, como consecuencia del agravamiento de la crisis social y en los barrios de las periferias. Como consecuencia de las guerras imperialistas y del acoso a quienes huyen de ellas por centenares de miles, Europa asiste a una llamada ‘crisis migratoria’, que encara con patrullajes aéreos y marítimos, campos de refugiados e incluso campos de concentración (Grecia).

En Berlín se concentró un millar de manifestantes que marcho por la ciudad. Lo mismo sucedió en Sidney (Australia), Montreal (Canadá) y una larga lista de los países. En Estados Unidos, hubo varias jornadas de movilización, destacándose la de Chicago, una movilización encabezada por la juventud negra, y Nueva York.

En todas las movilizaciones los manifestantes repudiaron los bombardeos israelíes sino también la ocupación ilegal de territorios y los continuos desalojos de pobladores palestinos y la confiscación de sus terrenos. En varias ciudades estuvieron presentes los hijos migrantes de refugiados palestinos

En Naplusa, Cisjordania, una multitud marchó hasta la frontera con Israel; también en Jordania, cuya población es palestina en su mayoría. Irak hubo una congregación masiva de chiitas y sunitas. El estado sionista ha logrado que se insurja la población palestina que habita dentro de Israel; que se una a ella la población expulsada; y que se disipen las divisiones entre distintos credos islámicos – chiitas, sunnistas, alawitas, druzos.

Los trabajadores portuarios de Livorno, Italia, se negaron a cargar un barco con armamentos y explosivos para Israel. La Unión Sindical de Base (USB) actuó para hacer efectiva esta medida. Las consignas a favor del boicot a Israel se han visto multiplicadas en todas las manifestaciones.

Los gobiernos de los países mencionados han mirado para otro lado, si no algo peor, a la espera de que Netanyahu desmantele la llamada infraestructura militar de Hamas y liquide a la mayor parte de sus líderes. Tienen bien en claro que este asalto sin cuartel le sirve a Netanyahu para acabar con la rebelión popular árabe dentro de Israel, que antecedió por lejos al conflicto militar. Al mismo tiempo, gana espacio para su propia supervivencia, no sólo política – si pierde el gobierno, debido a que no reúne una mayoría parlamentaria, irá a la cárcel por corrupción.

Los gobiernos imperialistas seguirán reclamando una tregua que no quieren imponer, hasta que las fuerzas armadas de Israel cumplan con los propósitos militares y políticos de la ofensiva militar.

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