San Isidro: movilización contra los cierres de cursos

Escribe Federico Cano

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El lunes 7 por la tarde llegó a varias escuelas secundarias de San Isidro la arbitraria decisión de las autoridades de cerrar por lo menos seis cursos. La noticia generó inmediatamente la reacción de la docencia y la comunidad educativa de las escuelas secundarias 3, 5 y 6.

El cierre de cursos en pandemia constituye un ataque a toda la comunidad educativa, a los y las jóvenes que ven interrumpida su trayectoria educativa, y aquellos docentes que no pudieran ser reubicados y perderían sus horas, en uno de los momentos más críticos para la desocupación y la subocupación docente. Un agravante: los cursos cerrados, primeros y segundos años, constituyen la base de crecimiento de cualquier escuela; su cierre impacta a futuro sobre los cursos superiores y pone en perspectiva el cierre de turnos o modalidades enteras. Primó, para las autoridades, el criterio del Excel y el ajuste, dejando de lado los criterios pedagógicos y la posibilidad de un trabajo más cercano con adolescentes que transitan con pesar y malestar el encierro necesario de las medidas sanitarias.

Inmediatamente conocidos los cierres, se realizaron asambleas virtuales en cada escuela. En ellas se votó un plan de acción: visibilizar rápidamente el conflicto, coordinar con las familias, coordinar a su vez entre las escuelas afectadas y convocar a todas las escuelas y sus delegados y delegadas a participar de una acción votada para este jueves.

La veloz intervención de la docencia (con petitorios que superaron las 300 firmas, la exposición de la decisión antieducativa en las redes, el apoyo de las familias y los comunicados que delegados y delegas de otras escuelas fueron enviando en solidaridad) comenzó a convertirse en un fenómeno político del distrito que gobierna Gustavo Posse, lobbista de la apertura escolar criminal y abanderado de la educación privada. Esto apuró a la conducción Celeste de SUTEBA a perfilarse detrás de las escuelas en lucha. El martes el Frente de Unidad Docente (junto con FEB y UDOCBA) sacó un comunicado repudiando los cierres en pandemia y el miércoles se convocó a una reunión de delegados para tratar exclusivamente este tema. Simultáneamente, comenzaron a moverse las familias (con un aguerrido grupo de madres y abuelas a la cabeza) que consiguieron el pronunciamiento de referentes políticos del distrito como alertaron a la Jefatura Regional sobre la situación.

Finalmente, este jueves 10 nos movilizamos casi una centena de las y los docentes de las escuelas 3, 5 y 6, con sus delegadas y delegados a la cabeza, acompañados por las familias. Antes de comenzar a marchar, ya nos había llegado la noticia de que los ceses iban a darse de baja y que en pandemia no se cerraría ningún curso. Con todo, nos dirigimos a la SAD distrital, donde está Jefatura, para hacer entrega de los petitorios de cada escuela. En ella no estaban los inspectores, con lo que permanecimos en asamblea hasta que la responsable del distrito se comunicó con nosotros para efectivizar la vuelta atrás de los cierres de cursos. Producto de la rápida intervención de la docencia y las familias se derrotó una política de ajuste y sin sentido pedagógico alguno que ponía en riesgo la continuidad escolar de decenas de jóvenes tanto como la estabilidad laboral de la docencia.

Con el triunfo, la docencia de San Isidro consiguió un logro muy importante, aunque parcial. Quedó establecida, como perspectiva, una agenda de reivindicaciones para la comunidad educativa: conectividad y dispositivos para todos los y las estudiantes y docentes; obras de infraestructura que tienen un retraso fenomenal. El camino trazado contra el cierre de cursos es una plataforma sólida -junto a la lucha que se había dado contra la presencialidad en pandemia- para ir por estos reclamos.

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