Escribe Jorge Altamira
Se pincha otro globo ‘unitario’ del elenco divisionista.
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El cierre de alianzas electorales ha dejado expuesto otro episodio de una crisis terminal del llamado Frente de Izquierda Unidad. De un lado, el PTS ha impuesto al PO oficial la mayor parte de sus exigencias en materia de candidaturas; del otro lado, el MST ha “proclamado” las de Bodart y Ripoll. El MST, desairado en el reparto de fortunas, se apresta a disputar las Paso a un bloque que formarían el PTS, el PO oficial e Izquierda Socialista. No existe en todo esto una cuestión de principios sino de cálculo: ´no perdemos nada con ir a unas Paso, y de paso evitamos la posibilidad de no pasar a las generales ni dejamos de cobrar los aportes económicos del Estado, que se reparten en término iguales entre todos los participantes de la interna´. En 2019, el FIT había hecho entrar por la ventana al MST a lo que pasaría a llamarse FIT-U, y ahora el MST lo retribuye disputando un lugar para sus propios candidatos en las Paso. En el entrevero no tuvo lugar ninguna discusión política. Los llamados a una interna de toda la Izquierda, por parte del MST y el PTS, demostraron ser lo que habíamos advertido desde la Tendencia – operaciones publicitarias para apropiarse del slogan de la unidad, mientras se posicionaban hacia una calculada división. El PTS estafó la buena fe de numerosas personas con una campaña a favor de una “interna de toda la izquierda”, mientras operaba para ocupar los primeros puestos en el FIT-U. En las últimas horas, el MST y el PTS cerraron el último paso de la maniobra, adjudicando a nuestra Tendencia una variación de propósitos siniestros. El PTS, primero, nos imputa establecer condiciones para una interna general de la izquierda, algo que nunca hemos hecho y que no podrán probar, y en las últimas horas denuncia que no comulgamos con el programa del FIT-U. El MST, más breve, dejó también sus “internas de toda la izquierda”, con la excusa de que nuestra Tendencia plantea “reparos insólitos”. En realidad, el único que ha puesto condiciones, para peor tardías, ha sido el PTS, sin reparar que el ultimátum acerca de aceptar el programa del FIT-U está en contradicción con la propuesta de una “interna de toda la Izquierda” que no comparte ese programa. Las ‘propuestas’ de “unidad” han terminado en una doble división – el FIT-U se corta por su lado, con referencia al resto de la izquierda, pero no por eso evita las Paso, o sea la competencia por cargos entre grupos que dicen sostener el mismo programa.
En el subsuelo de toda esta aparateada, yace el cuerpo inanimado del PO oficial. Cede la primera posición en las listas de la Capital y la Provincia de Buenos Aires al PTS, cuando en 2015 había ocurrido lo contrario en las internas del FIT. El recule podría ser mayor, porque se desconocen otros términos del acuerdo para formar la lista (semi) unitaria en el FIT-U. El aparato se justifica, sin el menor asomo de vergüenza, en que el PTS los aplastaría en unas Paso, debido a la mayor “instalación mediática” de su rival. Una de dos: o está vendiendo su programa frente al éxito pubicitario del PTS, lo cual es sinónimo de auto liquidación política, o, de otro lado, no tiene ninguna diferencia de programa con el PTS y entonces carece de las condiciones más elementales para la pelea política por su liderazgo en las listas del FIT-U – lo cual es otra evidencia de su liquidación política. En la provincia de Santa Fe, siempre con la intención de no ser derrotado en las Paso, el oficialismo del PO cedió la candidatura municipal en Rosario -la única con alguna posibilidad de éxito- a cambio del primer lugar figurativo en la lista de diputados nacionales. Para añadir a esta ofensa una injuria, el PTS tomó la decisión insólita de no presentarse para las inalcanzables elecciones provinciales, con el objetivo de preservar su personería electoral (algunos disputan esta caracterización y aseguran que el PTS no ha conseguido la personería electoral). A fuerza de no querer perder en las Paso ante el PTS, el aparato del PO entrega las victorias electorales que obtuvo el PO en las Paso de los principales distritos en 2015. El encubrimiento de todos los grupos del FIT-U al otorgamiento de quórum del aparato del PO para que Capitanich consiga el presupuesto de ajuste y luego la privatización de tierras públicas, se añade el voto conjunto a favor del negociado de la rezonificación de Boedo, como prueba de que no es el ‘éxito mediático’ del PTS lo que lleva a la liquidación del PO, sino la pérdida completa de su identidad histórico-política. No olvidamos, por supuesto, el voto del FIT a favor del acuerdo Netanyahu-Trump sobre antisemitismo, solicitado en la Legislatura por los bloques de JxC y el FdT, ni el apoyo de arrepentimiento a la Autoridad Palestina, que opera al servicio de las fuerzas de ocupación de Israel.
Nuestra Tendencia apoyó la iniciativa de “internas abiertas de toda la izquierda”, que partió del PTS y el MST, porque abría una posibilidad de deliberación política, que era la consecuencia del impasse del FIT-U, que se ha estancado desde 2015, e incluso ha retrocedido en varios distritos donde había tallado alto – como Córdoba, Mendoza, Jujuy, Salta. El retroceso político es considerablemente mayor, pues el FIT-U ha mostrado una tendencia a la integración parlamentaria al Estado. El ‘éxito mediático’ que el aparato del PO atribuye al PTS no es otra cosa que la traducción de esta integración a las redes sociales, mediante denuncias que no salen del formalismo, y el abandono del lenguaje de la lucha de clases y del ataque al Estado capitalista. El intento de cerrar esta deliberación está condenado, sin embargo, al fracaso, como ya ocurrió con Izquierda Unida, que se ´comió´ al partido comunista y al MAS. En principio, enfrentan unas Paso no queridas, debido al ‘descontento’ del MST. El MST ha recorrido todo el espinel de la política argentina en la búsqueda frustrada de puestos parlamentarios.
El aparato del PO ha procedido a una liquidación política sistemática del Partido Obrero. Ahora anuncia que no tiene condiciones ni medios de librar una lucha política en su ámbito de actuación, el FIT-U. Es una declaración de bancarrota. El propósito de ella es desmoralizar a la militancia, para forzarla a aceptar un camino que sólo interesa a quienes rascan el fondo del tacho para conseguir un cargo parlamentario.
Llamamos a los militantes del PO oficial a tomar en serio esta situación, en primer lugar. En segundo lugar, a abrir un debate con la Tendencia, la cual se formó, precisamente, para luchar contra este liquidacionismo. Nuestros pronósticos y caracterizaciones acerca del impasse final de esta nueva izquierda democratizante (con numerosos protagonistas de la vieja) han sido confirmados sin reservas. Nadie sale inmune de una expulsión sumaria de centenares de militantes. Todo este desarrollo permite entender mejor el propósito del esfuerzo que hemos empeñado en nuestra legalización electoral – desarrollar la presencia política de la corriente histórica que ha sido realmente independiente del capital, el Estado y sus lacayos, y establecido una referencia política de clase en la clase obrera de Argentina.