Cuenta regresiva para la reapertura de Agronomía: una victoria arrancada con organización, asambleas y piquetes

Escribe Julián Asiner

El centro de estudiantes anunció la apertura al público a partir del 1 de septiembre.

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A través de sus redes sociales, la presidencia del Centro de Estudiantes de Agronomía, la agrupación FANA, comunicó la reapertura al público del parque de Agronomía para actividades recreativas a partir del 1 de septiembre. La metodología informal del anuncio, sin comunicado oficial de la UBA ni convocatoria a los vecinos, generó malestar en los barrios adyacentes que se vienen organizando en el Movimiento Agronomía Abierta. Tras un debate en asamblea, el movimiento solicitó precisiones a las autoridades, seriedad en las comunicaciones y un pliego programático que incluye la apertura de todos los accesos cerrados durante los últimos años (se pasó de 7 accesos a solo 2) y la implementación de un plan conjunto de manejo del parque, debatido democráticamente entre la universidad y la comunidad barrial.

Tras largos meses de lucha, asambleas, cortes de calle y múltiples actividades, la reapertura de Agronomía es una clara conquista arrancada a través de la organización independiente de vecinos y trabajadores. Enfrentada al despotismo del título de propiedad que se atribuye la UBA (cedido por gobierno que fue el resultado de un golpe de Estado), la comunidad de los barrios de Agronomía debió desplegar los métodos históricos de lucha propios de la clase obrera y los explotados, desde el inicio mismo de la pandemia en marzo de 2020. Todo esto es lo que no dice el FANA en su escueto anuncio, que oculta esta historia y la experiencia recorrida por los vecinos. No es casualidad, ya que esta agrupación, que votó a la actual decana Marcela Gally y ahora oficia como su vocera, le dio la espalda a las diferentes iniciativas y propuestas del movimiento.

No se nos debe escapar que la reapertura del parque de Agronomía viene de la mano de un documento emitido por el Rectorado de la UBA, que invita a las facultades a un retorno “gradual y alternado” a la presencialidad. El rector Barbieri picó en punta en este aspecto, habilitando cursadas masivas ni bien el gobierno de Larreta declaró su voluntad de desmantelar burbujas y cuidados. En el Nacional Buenos Aires, los docentes que se autoorganizaron en asambleas y resolvieron la huelga contra esta imposición al contagio fueron sancionados con importantes recortes salariales. La universidad, que en los festejos de sus 200 años olvidó mencionar que durante la pandemia no aportó un peso a sostener la conectividad virtual, abandonando a docentes y estudiantes a su suerte, propone ahora una presencialidad sin garantías cuando el virus acecha con nuevas variantes y las vacunas aún escasean.

Todo este escenario promete nuevos choques y luchas al interior de la universidad, entre las autoridades y su política de ajuste y privatización, de un lado, y la masa de estudiantes, docentes y no docentes que tendrá que poner el cuerpo en condiciones extremadamente precarias. Un síntoma de estas tensiones es la decisión de postergar, una vez más, toda elección estudiantil para un futuro lejano (primer semestre 2022), con la complicidad de las actuales direcciones adaptadas a las autoridades. Es de estas contradicciones que puede valerse el movimiento vecinal, invitando a estudiantes y trabajadores de la UBA a un frente único por todos los reclamos planteados, que en definitiva significa sustraer a la universidad de la órbita de los negociados privatistas y del corporativismo que proponen sus actuales direcciones, para colocar la totalidad de sus recursos humanos, científicos y materiales al servicio de las grandes mayorías.

Frente a lo incierto de las comunicaciones oficiales, el Movimiento Agronomía Abierta decidió no quedarse en el molde. Para este fin de semana, se organizó un festival por el día de la infancia y se programan nuevas actividades de agitación y de lucha. La reapertura de Agronomía, de la totalidad de sus accesos y su manejo democrático a través de representantes electos por la comunidad, debe ir acompañada de una defensa integral del pulmón verde de la Comuna 15. Nos referimos a la necesaria lucha a emprender contra el nuevo código votado por la Legislatura porteña, que habilita a la construcción de megatorres de 17 pisos en el parque de la Isla de la Paternal, lindero a la facultad de Veterinaria. La defensa de la Isla y su integración a Agronomía en los términos de un gran parque central de la ciudad, como diseñaron Rawson y Tays a principios del siglo XX, es un desafío que requiere de la unidad de las comunidades barriales con los estudiantes y trabajadores de la universidad.

En una época de capitalismo pandémico, donde la preservación de la naturaleza y de los espacios verdes al aire libre se convierte en esencial para la supervivencia de los trabajadores, la reapertura de Agronomía es un triunfo que abre nuevos horizontes de lucha.

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