Salta: los límites inocultables de la victoria de Sáenz

Escribe Julio Quintana

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En las elecciones provinciales del 15 de agosto, los candidatos del gobernador de la provincia han conquistado 9 de las 12 bancas en juego en el senado, 19 de las 30 en diputados y 38 sobre 60 convencionales constituyentes. Según el propio Sáenz, su triunfo se debió a “una ingeniería electoral arriesgada”; es decir, el armado de dos frentes oficialistas y la suma de varios sellos provinciales, todos compitiendo entre sí. Sus funcionarios saludan un “espaldarazo” de la población y el gobernador habla del nacimiento de una nueva fuerza política en Salta, haciendo referencia a su alianza “Unidos por Salta”, integrada por romeristas, macristas y radicales y que le dio la victoria en capital y en varios departamentos más.

“Hinchazón”

Pero este resultado evidencia más “hinchazón” que “gordura”. El abstencionismo electoral promedió el 40% con picos de hasta un 55%. Varias encuestadoras y la poderosa huelga docente en curso han dejado en claro que ese abstencionismo refleja un fuerte repudio al oficialismo provincial y al conjunto del régimen político; y no un miedo al contagio de Covid, como intentó justificar el oficialismo y hasta la izquierda. Comparados con la votación de las generales del 2019, los candidatos del oficialismo retroceden en todas las categorías en las principales localidades, obteniendo como máximo un 32% de los votos -un 20% con respecto a la totalidad del padrón-.

Unidos por Salta se ha impuesto en capital ocultando su carácter de rejunte macrista-romerista y oficialista, llevando como candidatos a una serie de periodistas encabezados por el candidato a senador a Emiliano Durand, empresario de los medios, dueño de Que pasa Salta y otros medios de comunicación. Estos se presentaron como ajenos a “la política” y se cuidaron de emitir opinión sobre la huelga docente, más que de contagiarse de Covid.

Por otro lado, Sáenz oculta ahora que sus fichas estuvieron puestas en su otro frente oficialista, Gana Salta, conformado por el PJ y sectores k y del FdT, en tanto éste fue vapuleado en la capital salteña, que concentra casi el 60% del padrón electoral. Allí fueron derrotados el Vice gobernador Antonio Marocco, candidato a convencional constituyente, el secretario general de la gobernación Matías Posadas y el presidente del PJ provincial y ex vice gobernador de Urtubey, Miguel Isa. Posadas, a pedido del gobernador se dedicó a atacar la masiva huelga docente autoconvocada, lo que le valió una feroz derrota, quedando tercero con menos de 12 puntos. La incorporación del PJ de Urtubey al frente oficial ha redundado en una suerte de implosión de este aparato, más que en un fortalecimiento de Sáenz.

La victoria del saencismo se vio inflada también por las escasas conquistas de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, producto de las defecciones y divisiones que ambas coaliciones sufrieron al momento de la conformación de las alianzas electorales.

Lucha obrera y perspectivas

El impacto de la huelga docente autoconvocada sobre la elección fue evidente. El día de la elección, cientos de docentes renunciaron a oficiar como presidentas de mesa y muchas más asistieron a votar con delantal y carteles haciendo referencia a su lucha y sus reivindicaciones. El propio Posadas tuvo que reconocer que el repudio de la docencia determinó su derrota y la de Gana Salta, pues en la mañana de la elección, Sáenz arremetió personalmente contra la huelga. Pamela Ares, candidata a senadora capitalina del FdT, también afirmó que su derrota expresaba un repudio de la docencia y la población al gobierno municipal, provincial y nacional. La izquierda, por su parte, ha estado lejos de capitalizar electoralmente el torrente de lucha y de bronca contra el gobierno, aunque ha mejorado sus resultados electorales con respecto al 2019 (ver artículos aparte).

Para muchos, la euforia de Sáenz en su mensaje de balance electoral fue más bien una muestra de disconformidad y nerviosismo que de alegría. La huelga docente autoconvocada sigue con todo vigor después de sus ataques y las elecciones: este lunes se retomaron los cortes de ruta en el norte y el sur provincial y se prepara una nueva y gran marcha provincial. Lo mismo sucede con la lucha de los precarizados de la salud y los municipios que confluyen con la docencia en sus piquetes.

Por otro lado, Sáenz teme que la mayoría agravada obtenida en ambas cámaras, se ponga en cuestión ante una agudización de la crisis nacional, ya que en definitiva Sáenz es tributario de ambos lados de “la grieta” y no al revés. Su acuerdo con los Fernández para incorporar al PJ local al FdT de cara a las elecciones nacionales, por su derrumbe electoral el domingo pasado, ha quedado en duda en cuanto a su eficacia. Hay que ver si Unidos por Salta puede imponerse bajo una eventual polarización nacional en setiembre y noviembre próximos. Esta misma jugada llevó a la tumba la candidatura presidencial de Urtubey en 2019.

Bajo una tendencia inflacionaria que no amaina, la amenaza de una “tercera ola” mucho más mortífera por la variante Covid Delta y un sistema de salud diezmado, y un acrecentamiento de las luchas de las masas salteñas, el gobierno de Sáenz sabe que las verdaderas pruebas están por venir.

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