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El radical Gustavo Valdés obtuvo la reelección como gobernador de Corrientes con el 76,76% de los votos. Se trató de una elección ejecutiva en medio de las elecciones de medio término a nivel nacional. El candidato K, Fabián Ríos, sacó el 23,24%. En 2017, la victoria de Valdés fue por el 55%, con una diferencia de 10 puntos con el segundo. Esta vez la diferencia fue de 50 puntos. En 2019 Alberto Fernández le había sacado 20 puntos a Macri en 2019. El FdT perdió significativamente, el domingo pasado, en los distritos más importantes que elegían intendente. La abstención fue del 35% del electorado, 16 puntos más que en las anteriores elecciones.
Fue una elección dirimida, en buena medida, “facón y punta de pistola”. Un diputado provincial del Frente de Todos, Miguel Arias, fue baleado en un acto político. Durante los comicios, en la localidad de Mburucuyá, el candidato a intendente del Frente Amplio, Gustavo Aromí, fue atropellado por el intendente Pablo Guastavino, de la alianza Adelante Mburucuyá (ECO + Vamos Corrientes de Valdés). Más tarde, un concejal del espacio de Aromi fue perseguido con un cuchillo por militantes cercanos a Guastavino (télam, 30/8).
La participación fue baja, del orden del 65%, cuando en las últimas elecciones había sido del 80%. El voto en blanco fue 7% (40.000) y el nulo 5.5% (31.000). Los radicales fueron a Corrientes a festejar la victoria, tratando de nacionalizar la victoria. Los radicales obtienen los dos tercios en la cámara provincial. Del lado del Frente de Todos, el gobierno guardó silencio frente a la apabullante derrota. Esto irá a “reforzar” las elecciones del FdT en las legislativas de noviembre.
Esta elección es un llamado de alarma para el gobierno nacional, que viene de perder las cuatro elecciones provinciales realizadas este año.