“Compatibilización de los planes”: primer paso hacia la reforma laboral

Escribe Pablo Busch

Con un decreto, busca convertir la asistencia social en un subsidio al capital.

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La reunión entre Alberto Fernández y la CGT dejó como saldo, por un lado, el reintegro de 7.000 millones de pesos a las Obras Sociales; por el otro, un nuevo intento de reforma laboral en agenda, vinculada principalmente a los planes sociales. "El saldo que más destacaban ayer en la "mesa chica" de la CGT es la cumbre que se prepara para la semana que viene con empresarios de varios rubros en Azopardo 802. Se trata de una reunión del Gabinete socioeconómico que, según los funcionarios a cargo de la convocatoria, será tripartita con integración de ejecutivos de empresas". Así lo registraron distintos medios.

"Si bien al oficialismo no le gusta llamarlo reforma laboral por una cuestión políticas y electorales, lo cierto es que el debate se acelera y las reuniones con sectores clave, también. Pensando en la postpandemia y con la mira puesta en los próximos 2 años que el presidente Alberto Fernández intentará usar para revertir presente y expectativas pesimistas, la Casa Rosada viene encarando una serie de encuentros con industriales y sindicalistas. La pata principal de la etapa que viene son los planes sociales. El Gobierno comenzó a desarmar varios de ellos para integrarlos en el Programa Potenciar Trabajo. A su vez, los gobiernos provinciales y sus ministerios de Trabajo ya están en condiciones de adherir al decreto 514/2021 con el que se compatibilizan los beneficios y asignaciones con el trabajo rural registrado” (Urgente24). El esquema se extendería a sectores como el textil, la construcción, el reciclaje y la producción alimenticia.

La “compatibilización” de los planes sociales con el empleo temporal o discontinuo en el agro significa que al trabajador no se le dé la baja del plan social que percibe una vez registrado en el Renatre. Si bien no se ha dado a conocer aún la reglamentación del decreto, es probable que el empleador pase a pagar durante los meses de contrato sólo la mitad del salario mínimo a los trabajadores que incorpore, complementado con el subsidio del Potenciar Trabajo. Una suerte de Repro permanente. Fuera de temporada, el trabajador continuará percibiendo los poco más de 14 mil pesos que paga el plan, o sea, medio salario mínimo. La canasta famiiar, recordemos, alcanza actualmente los 130 mil pesos.

La campaña mediática de los empresarios del agro contra los planes, que supuestamente los dejaban sin mano de obra, ha dado su resultado: el Estado los ha convertido en un subsidio a las patronales. Es una reivindicación de la clase capitalista. La Confederación de la Mediana Empresa (Came) fue una de las cámaras empresarias que más presionó por esta compatibilidad, sobre todo en el agro. “Será un beneficio para todos: para los productores, para el Estado, y para los trabajadores del agro, uno de los sectores más vulnerables”, anticipó a Ámbito Pablo Vernengo, de Came. El plan Empalme, en cambio, “nunca funcionó, tardaban en volver a dar de alta los planes y los trabajadores se quedaban meses sin cobrar, por lo que era dificultoso luego que quisieran trabajar. Ahora lo van a seguir cobrando todos los meses”.

Por otra parte, los trabajadores rurales que no perciben el Potenciar Trabajo correrán serio peligro de ser despedidos -o directamente de no ser contratados-, para ser reemplazados por quienes sí lo perciben, porque al empleador le saldrían un 50% más baratos. Como se ve, el objetivo de integrar a los desocupados al "mundo del trabajo" puede terminar en una andanada de despidos.

El Gobierno busca ampliar esta compatibilidad a otras cinco ramas de actividades: construcción, producción de alimentos, actividad textil, economía del cuidado y reciclado. Son gremios que tienen en común salarios que bordean la indigencia Todo indica que la modalidad será la misma: el capitalista pagará durante el contrato del trabajador del plan solamente el 50% del salario mínimo. Con la integración de trabajadores más baratos a sectores industriales como el textil o alimenticio ocurre lo mismo que en el agro, los trabajadores bajo convenio correrán el riesgo de ser despedidos.

Cómo anticipara Política Obrera, la agenda post electoral viene con una reforma laboral (y una previsional) a la medida del FMI, pero de ninguna manera se reduce a convertir los planes en subsidios al capital: "El oficialismo entiende que es inevitable analizar eso y ahora intenta retomar la iniciativa. Indemnización, jubilaciones, alivio tributario y más está puesto sobre la mesa a la hora de sentarse a dialogar."

Este es uno de los problemas fundamentales que están en juego para los trabajadores en estas elecciones.

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