Los trabajadores ante el default

Editorial Política Obrera N°7

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En la jerga financiera, un deudor atraviesa una “crisis de liquidez” cuando no tiene plata en caja para pagar sus obligaciones, pero está esperando un cheque jugoso a corto plazo por una venta ya asegurada. La misión del FMI que vino a auditar las cuentas de Argentina llegó a la conclusión de que Argentina no tiene un problema de ‘iliquidez’ sino que es insolvente. No tiene nada en el bolsillo ni espera que le ingrese algo. Para no declararla insolvente (default en inglés) se valió de un subterfugio, dijo que la deuda externa es “insostenible”. El mono, sin embargo, aunque se vista de seda, mono queda. ¿Por qué tanta delicadeza? Porque como dice Fernando González en Clarín, subrayado por el editor del diario, a la directora del Fondo (y no sólo a ella) “le preocupa especialmente el derrumbe de la credibilidad de los organismos financieros y la repetición de los fracasos del Fondo Monetario en los países a los que auxilió” (23/2). ‘Il malatto’ no es Argentina sino el FMI y el sistema financiero internacional. La estampida de dólares al exterior desde Turquía, desde comienzos de año, podría poner al ‘malatto’ en terapia intensiva.

El asunto no podría haber sido presentado en forma más clara: Argentina es convocada a rescatar, “económica y políticamente”, como dice el comunicado del ‘staff’ del Fondo, al FMI. Los u$s150 mil millones que el estado debe a Anses, el Central y el Nación, ni los Fernández, los Macri o los Lavagna tienen la intención de pagarlos nunca, como por otra parte no lo han hecho hasta ahora. Lo que debemos discutir abiertamente los trabajadores es, por un lado, si debemos salir al rescate económico y político del FMI, y qué debemos hacer ante un régimen político y económico insolvente que pretende seguir lucrando sobre nuestro sacrificio.

En el movimiento de jubilados y en los sindicatos docentes y de empleados públicos de toda Argentina, esto ya se viene discutiendo en un tono cada vez más alto, y en muchos casos -Tucumán, Santa Fe, Jujuy- se han lanzado movilizaciones y acciones de huelga. La discusión envuelve a otros sindicatos, como aceiteros y camioneros, pero también se desarrolla un movimiento transversal a través de “coordinadoras”. Esto ocurre en el sur del gran Buenos Aires y, recientemente, con la larga ocupación de Minetti. El tema va a repercutir en el movimiento de la mujer, cuando Alberto Fernández informe del proyecto de legalidad del aborto en la versión que le escribió el chupacirios Gustavo Béliz –antiguo ‘speechwriter’ de Menem y socio de Domingo Cavallo, los dos grandes inspiradores de AF y su ‘dream team’. De acuerdo a Clarín, Kristalina no le va a la zaga a Béliz, pues la pinta como una seguidora fidelísima de la iglesia ortodoxa. Francisco es un peronista ‘omnipresente’, está en todos lados –sin descuidar al banco del Vaticano.

El rescate ‘político’ del FMI tiene su aspecto internacional. Los Fernández no han abierto la boca contra la proscripción política de Evo Morales, por parte del gobierno clero-fascista de Bolivia, en el mismo momento en que Felipe Solá recorre América Latina para conseguir “elecciones libres” en Venezuela. El gobierno argentino se maneja con la duplicidad de Trump. Defender la autonomía nacional y la democracia en Bolivia implica claramente una lucha contra Trump y también contra el FMI, en donde el poder de veto lo tiene Trump. La cúpula del Frente de Todos le pone todas las mañanas una vela a la Patria Grande, para sabotearla con la conciencia tranquila el resto del día.

Llamamos a organizar una lucha decidida en defensa de la movilidad jubilatoria y salarial, a partir de una recuperación inmediata del poder adquisitivo confiscado por el macrismo (que tuvo el apoyo parlamentario peronista). Incluido el no inicio de clases y las huelgas. Por la vía de la lucha implementaremos el repudio a una deuda impuesta a los trabajadores, que refuerza la explotación social y el sojuzgamiento nacional.

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