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La reapertura de las clases por parte del Gobierno Nacional y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es una política destinada a propagar la pandemia. Argentina apenas llega al 40% de su población adulta con ambas dosis. Sin embargo, las campañas electorales oficiales se ufanan de la “salida”, de lo cercano del “día 100”, y de la nueva normalidad, en medio de un brote de la variante Delta, mucho más contagiosa y mortífera.
Esta política que cierra la “grieta” entre gobierno y oposición, es requisito sine qua non en la negociación con el FMI, que pretende forzar la reapertura escolar y de las empresas y fábricas. Minimiza, la vez, los “costos Covid” de la patronal (comisiones médicas).
El ministro de Educación, Trotta, había indicado que sólo se necesitaban pocos centímetros de separación entre los chicos en las aulas, incluso por debajo del metro, desconociendo las recomendaciones internacionales. También indicó que se eliminarían las burbujas, de la mano de la ampliación del “aforo” en los lugares públicos. Las aulas son espacios de contagio, porque son ámbitos cerrados y el contagio de coronavirus se transmite a través de aerosoles, que pueden encontrarse incluso en ductos de ventilación y se esparcen con mucha facilidad. Las escuelas son verdaderas incubadoras de la variante Delta, ya que puede transmitirse entre los alumnos que no están vacunados. Las trasmisiones comunitarias se retroalimentan con las escuelas, y las de las escuelas con las de las comunidades adyacentes. Separar a las “escuelas” de las comunidades es un error metodológico y científico grave.
En diferentes países del mundo que ha reabierto las escuelas, tuvieron que inmediatamente cerrarlas debido a la variante Delta. El Centro de Control y prevención de Enfermedades de EEUU (CDC) emitió un comunicado el mes pasado en donde indica que la variante Delta, altamente contagiosa, “había reconfigurado las líneas de batalla de la pandemia” (NYT, 3/8). En Israel, un enorme brote de la variante Delta se produjo cuando se abrieron las escuelas, “cuando las autoridades retiraron temporalmente la obligación de utilizar mascarillas y los alumnos se amontonaron en las aulas con aire acondicionado” (ídem).
“Datos recientes sugieren que las personas infectadas con delta pueden ser portadoras de una cantidad de virus mil veces mayor”, indican los especialistas (ídem). incluso las personas que están vacunadas, pueden acarrear altos niveles de virus en nariz y garganta, lo que significa que los riesgos de transmisibilidad aumentan. Cuando el procentaje de contagios supera el 1%, “Delta tarda entre 3 a 4 semanas para ser dominante” (La Voz, 28/8). Ya el hecho que haya propagación comunitaria de variantes, indica que la capacidad de mutación del virus compite con las tasas bajas de vacunación y de inmunización, alargando la pandemia y los peligros y secuelas sobre la población. A medida que la pandemia sigue evolucionando, nuevas variantes más peligrosas terminarán emergiendo.
CABA comenzó el 4 de agosto la presencialidad plena en los diferentes niveles educativos (La Nación, 11/9). Más de 200 docentes fallecieron según relevamientos de las propias organizaciones de docentes durante la pandemia.
En el colegio ORT de Belgrano hay 43 niños contagiados, presumiblemente debido a la variante Delta, aunque todavía no están los resultados de los tests en el Malbran. Los chicos son de diferentes cursos, y todos rápidamente presentaron síntomas. En un colegio en donde hay 500 alumnos, “se han detectado 43 casos positivos de Covid-19 entre nuestros alumnos y alumnas de la sede Belgrano -Nivel Primario-, cuyas burbujas se encuentran aisladas a partir de haberse confirmado los resultados” (La Nación, 11/9). De confirmarse que los contagios son debido a la variante proveniente de la India, se trataría de la confirmación de la existencia de circulación comunitaria de la variante Delta (ídem).
Clarín indica que “La sospecha de que algunos casos de los 43 puedan corresponder a la variante Delta surgió por los análisis provisorios que se realizaron en el Hospital Ricardo Gutiérrez. Cuando aparece la mutación L452R en la secuenciación clásica da esa pauta, ya que es la única variante de preocupación en la Argentina en la que está presente. Si hubiese aparecido la mutación E484K, en cambio, hubiera sido una pauta clara de que se trata de la variante Gamma (Manaos). Por ese motivo es que en el caso de la escuela ORT surge la sospecha y se mandan las muestras a secuenciar al Malbrán, donde deben terminar de confirmar si se trata de la Delta” (11/9). Hasta ahora había sólo cinco casos positivos de Delta en CABA.
Desde el inicio de las clases presenciales se contagió el 1,7 por ciento de los alumnos y entre los docentes los casos positivos alcanzan el 6,7 por ciento desde marzo. Pero estos números se pueden disparar rápidamente. En medio de un brote Delta las cllases son imposibles de manera presencial. Muchos padres no quieren enviar a sus hijos por miedo al contagio, pero están presionados por la patronal para volver a la presencialidad en empresas y fábricas. Hay chicos que completaron pocos días de clases desde la vuelta a las aulas, debido a los contagios y aislamientos preventivos.