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La cuestión de los precios de los medicamentos impulsó una fuerte polémica entre los laboratorios y las clínicas y sanatorios privados.
Según un informe de la UAS (Unión Argentina de Salud), que nuclea a la mayoría de las organizaciones de medicina privada, “En comparación con Estados Unidos, en la Argentina los precios de los medicamentos más utilizados se duplican, triplican y hasta cuadruplican en relación al salario mínimo. Es el caso de la Bayaspirina, cuyo precio en nuestro país es 4 veces más alto que en Estados Unidos en relación al salario mínimo. El ibuprofeno en Argentina casi duplica el precio (también el paracetamol) y supera el doble si se compara con Brasil”. Por otra parte, el documento plantea que “si se compara con el año anterior (2020), el aumento de precios (de los medicamentos) alcanzó 74,70% en el mercado total: 77,11% en los medicamentos de venta bajo receta y al 57,45% en los medicamentos de venta libre, superando en más de 23% la variación interanual a agosto de los precios al consumidor que según el INDEC fue de 51,4%”. La entidad denuncia además que durante agosto 2021 los precios de los medicamentos continuaron aumentando de manera descontrolada por encima del índice inflacionario en el caso de algunos fármacos y que la evolución de precios de los medicamentos de internación durante dicho mes con respecto al mes anterior fue del 4% representando una duplicación del porcentaje de aumento general de precios. Sostienen que los precios de los medicamentos de alto costo en la Argentina también superan ampliamente los de otros países y que el Estado no controla los precios de estos fármacos dificultando la cobertura y accesibilidad a los mismos.
La Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA) le respondió a la UAS planteando que “los precios de los medicamentos en la Argentina, de acuerdo a las mediciones oficiales, y considerando los precios del PAMI que representan casi un 40% del mercado, crecieron un 24% en 2020, 12,1 puntos porcentuales por debajo de la inflación. En 2021 acumulan un incremento de 33,7%, apenas por encima del incremento del IPC general, que fue de 32,3%”. Al tiempo, sostienen que “el precio de los medicamentos con relación al salario mínimo no es el resultado de las discrepancias de precios, sino que resultan de la diferencia de los niveles salariales. Actualmente el salario mínimo de Estados Unidos es 5,3 veces superior al salario mínimo en la Argentina, tomando el tipo de cambio oficial (al dólar paralelo la diferencia se agiganta a 9,6 veces). Por lo tanto, si los precios en relación al salario mínimo en Argentina son entre 1,5 y 3,5 veces superiores a los de Estados Unidos, significa que los precios locales de los medicamentos son inferiores”. El Observatorio del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar) publicó que, durante el primer semestre de 2021, según un relevamiento de la evolución de los precios de los medicamentos más usados en la Argentina, los fármacos más usados subieron en promedio un 31 %, mientras que la inflación general (IPC) en el mismo período fue del 25,3 %. El incremento por sobre la inflación sería del 5,7 %. El informe advierte que estos medicamentos ya habían sufrido un incremento de un 10 % por encima de la inflación a lo largo de 2020. Así, los aumentos acumulados en 2020 y lo que va de 2021, superan ampliamente a la inflación general llegando a una diferencia del 15,7 %.
Por su parte, según el informe presentado por el INDEC, en el segundo trimestre de 2021, la facturación total de la industria farmacéutica en la Argentina alcanzó los 135.420,5 millones de pesos lo que representa un incremento de 75,8% en relación con el mismo trimestre de 2020. Estos grupos empresarios, en el marco de la pandemia y la miseria social, han aumentado un 72,7% en la facturación de producción nacional y de 83,8% en la reventa local de importados. En la facturación de producción nacional, se observan incrementos de 76,9% en las ventas al mercado interno y de 42,8% en las exportaciones. Las ventas de producción nacional representaron 70,5% y la reventa local de importados, 29,5% sobre el total de la facturación.
Los laboratorios, de la mano de todos los gobiernos de turno, lucran incrementando los precios de bienes que son imprescindibles para la salud y la vida del conjunto de las mayorías laboriosas que ven cada vez más pauperizadas sus condiciones de vida en el marco de una crisis humanitaria del capitalismo que produce un cuadro de peste y de miseria. Se impone luchar por el control por parte de los trabajadores de la producción y distribución de los medicamentos, por una investigación científica y técnica al servicio de las necesidades del pueblo trabajador y no de las ganancias capitalistas. Esto sólo va a ser posible bajo un gobierno de trabajadores.