Paro en Banco Santander

Escribe Maxi S. Cortés

Contra despidos y por pago de un bono.

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La Bancaria y la comisión interna del Banco Santander anunciaron un paro nacional de los trabajadores de la entidad bancaria para este 2 de diciembre y se han declarado en estado de alerta. Denuncian un plan de desmantelamiento de entre 90 y 100 sucursales. Reclaman también el pago del bono “Santander”, conseguido con la lucha, dos años atrás.

La Bancaria denuncia que luego de la absorción del banco Superville, la patronal de Santander -que ya absorbió al Banco Río- pretende una fuerte reducción de personal. Pretende reestructurar la actividad bancaria en el contexto de la “normalización de la economía”, con un régimen de atención presencial mínimo, reducido en el periodo de cuarentena. Por otra parte Santander ha iniciado una fuerte política de retiros voluntarios en el sector de call center que luego de paros de los trabajadores y la intervención del ministerio mediante conciliación obligatoria ha llegado a una tregua.

Los retiros “voluntarios” son la afirmación concreta de un plan de reducción de personal que los trabajadores podrían rechazar naturalmente. Pero ¿qué ocurre si la empresa no consigue los retiros que pretende? Esto es una extorsión por parte de la empresa y una advertencia para la gremial y el conjunto de los trabajadores. Los retiros voluntarios deben ser rechazados de forma conjunta con el método de la asamblea y denunciados como una política encubierta de despidos.

El cierre de sucursales, que plantea la reducción de miles de puestos de trabajo formal y un avance de la tercerización laboral, es de fondo la expresión del desmantelamiento del sistema bancario general. Hace décadas que los bancos públicos y privados sin excepción son un instrumento intermediario de las grandes patronales con los mercados financieros.

El desmantelamiento del sistema bancario y la consiguiente reforma laboral lleva décadas de flexibilización del convenio bancario en tareas de caja tercerizadas en servicios externos altamente precarizados (rapipago, pago fácil supermercados, etc.) o modificación de la estructura escalafonaria. La Bancaria, en su comunicado del 1ro de Noviembre le tira la pelota al Banco central y le pide una normalización, pero deslinda su propia cuota de responsabilidad en el asunto.

Lo que el comunicado no dice, es que el Banco central está vaciado de reservas, la cotización del peso alternativo se ha hundido y la corrida bancaria se contiene en la expectativa de un acuerdo con el FMI. Acuerdo que alienta la reforma laboral, a la devaluación y que se encuentra completamente empantanado, frente a explosivas consecuencias sociales en un país de 50% de pobreza. Lo que la dirección de La Bancaria no dice es que ellos son impulsores junto a la CGT de este acuerdo contra los trabajadores.

El paro del 2 de diciembre de los trabajadores de Santander debe ser fuertemente apoyado por los trabajadores. Tiene el defecto de no estar inscripto en un plan de asambleas y lucha general de toda la Bancaria, pero debe ser puesto en consideración como punta de lanza de cara a la reapertura de las paritarias en diciembre y la defensa de un salario igual al costo de la canasta familiar, contra los retiros voluntarios, el cierre de sucursales y el pago del bono Santander y de fin de año para todos los trabajadores.

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