Escribe Florencia Suárez
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Argentina llego al récord de más de 100.000 contagios, la ocupación de unidad de terapia intensiva se encuentra en un 37,5%. Las UFU se encuentran colapsadas por las largas filas de espera y el escaso personal para atender la demanda creciente. La población vacunada es del 72% con ambas dosis, lo que deja afuera a un porcentaje importante de personas. La mayoría de los cuadros graves que terminan en las UTI corresponde al sector de la población que no recibió ninguna dosis, pero hay una ‘minoría’ que si las recibió.
“No sabemos cuál va a ser el techo, estamos viendo que en otros lugares crece y baja (sic) muy rápido y esperamos que pase lo mismo (sic) en Argentina”, dijo la Ministra de Salud, Carla Vizzotti. La dulce espera. Es decir, que va a continuar la libre circulación de personas, aumentando los contagios. Vizzotti participó de la reunión de Martín Guzmán con empresarios y burócratas sindicales que reclamó que la actividad económica no se vea afectada por nuevas restricciones, mientras el ausentismo por los contagios se dispara.
El gobierno ha retirado todas las prestaciones que había anunciado en la primer ola, las IFE y asistencias sociales, generando un cuadro aún más crítico en los barrios, donde la población que changuea se ve empujada a salir a ganarse el pan diariamente y vive hacinada, sin lugar donde poder aislarse ante los casos positivos y contactos estrechos. Además de los problemas de falta de agua, un elemento básico necesario en medio de una pandemia mundial, para el cuidado de la propia salud.
El gobierno anunció por un lado, el autotest que deja a responsabilidad del individuo tanto su compra como su administración, además son orientativos, y no permiten un registro sobre la cantidad de casos positivos. Su costo esta alrededor de los 4.900 pesos, es decir que tampoco es accesible, al menos para una familia. El gobierno se desligar de cualquier política sanitaria, incluída la necesidad de tener un registro riguroso de los casos positivos para su seguimiento y conocimiento de la expansión del virus en el país. El Gobierno de la Ciudad abrió nuevas postas de testeos y aumentó el personal de enfermería en forma temporal. Ambas medidas corren por detrás de los hechos y siguen siendo escasas en comparación del aumento de casos. Todos los gobiernos se encuentran actuando bajo la presión de la crisis y el colapso sanitario.
Por otro lado, la medida del pase sanitario, y la reducción del esquema de aislamiento a cinco días, es la base para habilitar la libre circulación de personas, que es lo que aumenta los contagios y las mutaciones del virus. Como lo señala una nota publicada en el diario El País, “SARS-CoV-2 podemos decir que es un virus muy contagioso, y hasta la fecha, aparentemente poco mutante. Sin embargo, el elevado número de casos es el mejor aliado de los futuros cambios y la mejor forma de combatirlo es rebajando su tasa de copias”. Por otro lado la propia Ministra de Salud dijo que “se busca evitar los aislamientos masivos por el impacto económico”. El gobierno está interesado en no interrumpir las ganancias que genera el turismo en la estación veraniega.
Del presupuesto total nacional lo que es destinado a salud constituye el 5%, 353.824 millones de pesos. El último pago al FMI, en cambio, fue de 390 millones de dólares. Los intereses de los gobiernos ponen por encima el lucro capitalista antes que la salud de la población.
La suba de contagios ligada a la libre circulación está generando que miles de trabajadores se vean obligados a ausentarse a su trabajo debido al curso de la enfermedad, generando un parate en varias fábricas e incluso en los hospitales – en el Garrahan donde el 10% del personal se encuentra aislado.
Una reciente resolución del Ministerio de trabajo dio de baja a partir del 1 de Enero la cobertura de las ART del covid como enfermedad laboral (una extensión del DNU que había anunciado el gobierno de Fernández en el 2020, extendiendo la cobertura del covid por la ART a todos los trabajadores). Es decir, que además del contagio del virus y sus secuelas los trabajadores tampoco cuentan con una cobertura laboral.
El plan de la libre circulación para evitar el impacto económico se encuentra obsoleto frente al contagio masivo de trabajadores de todos los rubros.
El gobierno ha eliminado los paquetes asistenciales, las coberturas laborales por enfermedad, anunciando medidas que dejan en la responsabilidad del usuario su salud, generando libre circulación y el aumento exponencial de los contagios. El presupuesto nacional en salud es ínfimo, en relación a la demanda cada vez más creciente. La pandemia pretende descargarse sobre los trabajadores de la salud, sin aumentar el personal, llevándolos a la sobreexplotación laboral. En necesario el planteo de una salida que defienda los intereses de la clase trabajadores por encima del lucro capitalista.