La situación de los trabajadore/as de la salud privada

Escribe Soledad Domínguez

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La situación de los trabajadores y trabajadoras del sector privado de la salud no es distinta a la de los trabajadores y trabajadoras del sector público. La alta demanda de consultas médicas e hisopados han afectado principalmente a los servicios de laboratorios de los sanatorios privados, las solicitudes de médico a domicilio o teleconsulta y todas las áreas de atención al COVID. El personal contagiado no se remplaza con nuevas contrataciones. Es decir, se afronta una gran cantidad de demanda con menos personal que antes. Las patronales, previamente a la resolución del Ministerio de Trabajo que elimina el aislamiento de contactos estrechos asintomáticos, ya presionaban a trabajadores y trabajadoras a que trabajen y no se aíslen si no presentan síntomas. Las presiones patronales, además, recaen sobre todo sobre los trabajadores y trabajadoras nuevas o contratadas o bajo la modalidad de monotributo, quienes por miedo a perder el trabajo no se animan a declarar que son contactos estrechos o deben asistir a trabajar con síntomas. En varios establecimientos ya empezaron a cancelar las vacaciones.

El sindicato de Sanidad (ATSA Bs As) se limitó a llamar a la ´empatía´ de la población frente a las agresiones de público conocimiento al personal de salud. Menciona que, si sigue esta situación, no van a dudar en tomar acciones. Pero lo cierto es que el sindicato funciona como correa de transmisión del gobierno y las patronales. Daer, secretario general del sindicato y cabeza de la CGT, empuja junto con la UIA un pase sanitario, pero no dice ni mu de la eliminación de los contactos estrechos, ni de los contagios en los sanatorios, clínicas y empresas de emergencias médicas.

No toma el reclamo de aumento de personal, es cómplice de que los trabajadores y trabajadoras trabajen enfermos, con síntomas y contagiando a sus compañeros y compañeras. Las acciones de la burocracia en función de proteger a las patronales y al gobierno, son repudiadas en las clínicas y sanatorios: a falta de asambleas en la mayoría de los establecimientos, los trabajadores y trabajadoras repudian sus acciones en Facebook y otros canales de comunicación. Exigen que la conducción pelee por esto y por el bono de fin de año, que la conducción Celeste y Blanca ni siquiera reclama.

La posición de la conducción del sindicato frente a este reclamo es que los gremios que acordaron bono de fin de año cerraron acuerdos por debajo de la inflación, mientras que el acuerdo de Sanidad lo superó. Mentira: el sueldo promedio de un trabajador del área asistencial en marzo recién alcanzaría los $79.000/ $80.000. Recientemente, la actualización del salario de trabajadores de droguerías lleva a los sueldos a 100.000 en el mes de febrero. Pero la canasta básica familiar esta valorizada en $150.000, y la canasta entera en alrededor de $200 mil. La inflación interanual ha sido del 51%; mientras las patronales de la salud privada se siguen garantizando el REPRO, el aumento de las cuotas de las prepagas, los aumentos de los medicamentos y facturan realizando hisopados y cobrando copagos por atenciones médicas.

Frente a la complicidad de ATSA con las patronales, es necesaria la organización desde abajo en los lugares de trabajo. Empujemos asambleas y acciones para reclamar aumento de personal, bono para sanidad, aumento de salario igual al costo de la canasta básica familiar, que se aíslen los contactos estrechos y que se efectivice a todos los contratados. Tomemos el ejemplo de los trabajadores y trabajadoras del Hospital Moyano, organizados en asamblea permanente por estos reclamos.

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