Fuera el FMI, por un congreso obrero. Nota de tapa de Política Obrera N°36 edición impresa.
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La cuenta regresiva del acuerdo entre el gobierno y el FMI llega con un país en bancarrota.
Durante dos años, el gobierno del Frente de Todos destinó todos los recursos del ahorro nacional a pagarle a los usureros internacionales, y a facilitarle la fuga de divisas a los capitalistas privados.
Esa sangría fue solventada con un fenomenal ajuste contra los jubilados, contra los asalariados, ¡y contra los gastos sociales y sanitarios, en medio de una pandemia que se llevó 120.000 vidas!
Hoy, ese ataque a la salud se manifiesta en el presencialismo feroz de los capitalistas y todos los gobiernos, nacionales y provinciales, que mantienen a rajatablas la actividad laboral a pesar de la escalada de contagios y de muertos.
El “ajuste” que el gobierno dice “negociar” con el FMI ya comenzó hace rato. Por ese mismo motivo, el gobierno atraviesa otro defolt: el de su autoridad política, ante un pueblo que no tolera nuevos ajustes después de haber llegado al 45% de pobreza y 30% de desocupación real.
Saben, por eso, que la devaluación y los tarifazos que exige el FMI llevarán a una catástrofe social, y abrirán el camino de una rebelión popular.
Los banqueros y sus políticos no discuten sólo, ni principalmente, sobre los números de la deuda a pagar. Lo que está en el tapete es: cuál es el régimen político y el gobierno capaz de imponerle esta salida nefasta a los trabajadores.
En esa crisis de poder, tenemos que hacer oír nuestra voz y nuestro propio programa: repudio de la deuda; satisfacción integral de los reclamos: salario y jubilaciones igual a la canasta familiar; ningún tarifazo; asegurar el derecho al trabajo; confinamientos parciales, licencias pagas para contagiados y contactos estrechos, junto a la vacunación masiva.
Los luchadores, activistas y delegados antiburocráticos debemos preparar un congreso de trabajadores, y preparar la huelga general que necesitamos para barrer con el plan de degradación nacional y social que discuten el FMI, el gobierno y sus opositores del radical-macrismo.
La ruptura con el FMI y la charlatanería kirchnerista, escribe Jorge Altamira