Balance de dos jornadas piqueteras, con represión incluida

Escribe Polo Obrero (Tendencia)

Tiempo de lectura: 4 minutos

Ayer un conjunto de organizaciones de desocupados copó el centro porteño - la “Unidad Piquetera” , Barrios de Pie, el MST y otras organizaciones. Hoy se movilizó el Polo Obrero Tendencia junto a otro conjunto de movimientos – Resistencia Popular, Arriba los que Luchan, MP 24 de Marzo, FTC-M29, la 19 y 20 de Diciembre, Ana María Villareal. La división de la lucha en dos jornadas seguidas diferentes, obedece al veto impuesto por el aparato oficial del PO a la participación de la Tendencia, a pesar de los reclamos comunes.

Entre ellos, el incumplimiento en la asignación de planes ya comprometidos; el retaceo de la asistencia alimentaria a los comedores, y la manipulación de los padrones de desocupados en las llamadas “Unidades Ejecutoras”, como son conocidas las estructuras de trabajo precario y gratuito promovidas por las ‘orgas’ sociales del FdT y de la secretaria de Asistencia Social. Se trata de reclamos de subsistencia, muy lejos del derecho al “trabajo digno” que las agrupaciones piqueteras sostienen como su objetivo estratégico.

Las “unidades ejecutoras” no son más que una plataforma de pseudo trabajo asalariado precario, que obliga a los desocupados a prestar tareas propias de cuadrillas municipales u ordenanzas, por 16mil pesos al mes. En numerosos casos se desempeñan en beneficio de las intendencias, lo cual significa la descalificación de los trabajadores municipales que se encuentran bajo convenio, que van siendo descartados por medio de jubilaciones, ‘retiros’ y cesantías. La lucha por la autonomía de estas Unidades responde al propósito de valerse de su organización para la pelea ulterior por un salario de convenio y reglas laborales discutidas en paritarias. Este planteo del Polo Tendencia la distingue del resto de las direcciones del movimiento piquetero. El miércoles 16, por la tarde, la infantería de la Policía de la Ciudad arremetió contra la movilización que pretendía llegar con sus reclamos al Ministerio. La represión no respetó edades, como lo prueba el número de bebés heridos por el ataque de la policía de la Ciudad.

Ajuste y precarización

El gobierno ha anunciado hace tiempo su intención de proceder a un ‘ajuste’ de la asistencia social – o sea, mercaderías para los comedores y la incorporación de nuevos desempleados. Aunque la ocupación laboral ha crecido en 2021, ni llega a los niveles de 2017 ni satisface el incremento de la población en condiciones de trabajar. Es lo que ha venido haciendo y pretende llevar más a fondo, aunque no solamente por las presiones del FMI. El ataque viene en especial del gobierno nacional y popular, que pretende reservar el dinero del Presupuesto para la burguesía nacional. Por otro lado, apunta a debilitar el movimiento piquetero, para quitarle protagonismo en momentos en que se agudiza la división política en el campo oficial. De aquí que acusen a las organizaciones de desocupados movilizadas de ‘funcionales’ al macrismo, como lo están haciendo en estas horas con la huelga ferroviaria del Sarmiento.

El año pasado, el FdT lanzó una campaña para favorecer la contratación de mano de obra desocupada en el agro, de quienes hoy reciben los mencionados 16mil pesos. De este modo, buscaba compensar a los oligarcas del campo por las retenciones que se aplican a la agro-exportación. Cuando los gobiernos patronales declaran su ‘preocupación por los humildes’, se trata de explotar su vulnerabilidad para reducir el standard histórico de la clase obrera. Detrás de la pulverización de los planes, las patronales agrarias y de la construcción reclaman poder emplear trabajadores con los salarios ultramiserables del plan.

Lo mismo ocurre con las “unidades ejecutoras”: más allá de las maniobras que se denuncian, su régimen de trabajo es, para cualquiera de los “beneficiarios”, un cepo miserable. En las cuadrillas, como ya se dijo, los compañeros son obligados a actuar como competencia del trabajador estatal o municipal. El gobierno que pregona el “empalme” con el sector privado, incluso subsidiando a los capitalistas con el monto del plan, ni siquiera es capaz de utilizar a las unidades ejecutoras como ámbito para la capacitación laboral y el aprendizaje de técnicas y oficios. Todo el régimen de la “economía popular” -calurosamente aplaudido por los piqueteros oficialistas que también son funcionarios- es una condena perpetua al trabajo precario, la subocupación y, en el mejor de los casos, la autoexplotación.

Pasar a una nueva etapa

El movimiento de desocupados enfrenta un doble impasse, y por lo tanto un nuevo desafío. Firmado el acuerdo con el FMI, el gobierno ha decidido poner un freno a la atención social de los desocupados. Tiene, por otro lado, una situación insostenible, porque la crisis ha creado de nuevo una masa de trabajadores que no reúne los años para jubilarse. En medio del ‘ajuste’ se ve obligado a decretar una nueva moratoria previsional, para incorporarlos al sistema. Teme, de lo contrario, una sangría fenomenal de votos. El movimiento piquetero autónomo se ha convertido en la variable de ajuste social y política.

El otro aspecto de este desafío, es que lo que el gobierno niega tampoco alcanza. El oficialismo enfrenta una perspectiva hiper-inflacionaria. Las Unidades Ejecutoras no son una salida. Es necesario un planteo político de conjunto, un programa, una agitación de ese programa, que desarrolle la unidad de todos los sectores de la clase obrera.

Luego de las marchas de ayer y hoy han surgido propuestas a favor de una Asamblea Popular en Plaza de Mayo. Sería un hecho extraordinario, que merece una amplia preparación política y organizativa. La desocupación ya crónica de 4 millones de trabajadores plantea una cuestión de poder político –en otras palabras, una cuestión de conjunto. O reparto de las horas de trabajo o un seguro al parado equivalente al promedio salarial. Esta reivindicación refuerza la posición de los trabajadores ocupados contra la flexibilización laboral y contra las cesantías masivas. Un plan de obra pública, vivienda social y saneamiento, debe ser ejecutado bajo el control de los trabajadores, para combatir la precarización laboral. Este es el contenido concreto del planteo de ruptura con el FMI.

Nadie duda que el movimiento piquetero ha conquistado un gran protagonismo. Se trata de que se haga valer políticamente, de convertirlo en un factor importante de una lucha de conjunto.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera