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Cuando los trabajadores formoseños no terminamos de digerir el aumento a las naftas, Gildo Insfrán, el eterno gobernador, anunciaba un tarifazo de la luz del 20% al 50%. Si a esto le sumamos la aprobación semiclandestina del aumento en el agua, que oscila en los mismos porcentajes, debemos concluir que indudablemente Insfran revista en la primera fila de los ajustadores, en consonancia con el acuerdo con el FMI.
Al respecto, no hubo grieta entre el PJ y la oposición formoseños. Los cincos diputados nacionales que tiene la provincia (3 del PJ y 2 de la UCR – PRO) votaron a mano alzada el acuerdo con el FMI.
Mientras tanto, el intendente de la capital se prepara para aprobar, a pedido del monopolio Flecha Bus, un aumento en el transporte urbano de alrededor del cien por ciento. Una vergüenza, ya que esta empresa que amasa jugosos subsidios nacionales y provinciales no cumple con lo estipulado en los pliegos de la licitación, llámese cantidad de unidades en circulación, horarios, o verificación técnica obligatoria. El servicio público de transporte ha sido y es uno de los negociados más oscuros del capital privado, con la complicidad del municipio.
Para el aumentazo del boleto tampoco habrá grieta, ya que los concejales de la UCR-PRO se expresan como voceros de Flecha Bus.
Ante la unidad de los partidos gobernantes con la oposición patronal, el silencio cómplice de la burocracia sindical y los movimientos sociales afines al gobierno para aplicar tremendo ajuste, los trabajadores ocupados y desocupados debemos deliberar a través de asambleas, auto convocatorias y medidas de acción directa para resistir y derrocar este ajuste.
