Sobre el balance de las elecciones de la UBA

Escribe Luis Trombetta

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Parece que cuesta admitir que no se trata de un avance del rectorado sino de la votación de un alumnado que gira a la derecha, si es que alguna vez estuvo a la izquierda.

La tendencia derechista se evidencia en el avance electoral de Milei y en su discurso reaccionario, saludado según los sondeos, por una importante base social de la juventud y en particular de la Ciudad.

Los resultados de las elecciones universitarias demuestran que en este tiempo la juventud que accede a la universidad estatal, deposita sus expectativas en la derecha y en las agrupaciones oficialistas que gobiernan las facultades.

La pregunta que debemos hacernos, si es que pretendemos entender hacia dónde se dirige el estudiantado universitario, es qué expectativas se depositan en un secor social claramente privilegiado, ya que además de acceder al nivel de educación superior, puede afrontar el gasto que conlleva. Es una clase media que no tiene un comportamiento lineal y además tampoco tiene otros fines más que la obtención del título universitario.

Estamos ante un estudiantado que después de dos años de virtualidad, inasistencia a las aulas, descontento con su propia situación, aspira a concluir el ciclo universitario para profesionalizarse.

Nuestra universidad es profesionalista. Entrega un título que habilita al desempeño laboral con la sola acreditación del título de egresado. Otras universidades, en otros países, entregan un título académico pero el egresado no está automáticamente habilitado para desarrollar la profesión.

Esos egresados requieren la autorización del estado (o de una corporación) para el desempeño profesional.

De ahí que nuestros estudiantes universitarios una vez egresados, como en el caso de medicina y otras carreras de la salud, pueden ejercer libremente sin requerir una habilitación estatal.

Este asunto no es menor, ya que en dos años, los estudiantes de medicina avanzaron en las materias que debieron ser presenciales, en el ejercicio del conocimiento junto al docente y con el paciente... y con exámenes virtuales que fueron o deficitarios o directamente fraudulentos. No es una cuestión menor, ya que egresarán como Médicos... con escasa formación de grado.

Esta característica del actual proceso de enseñanza, no puede desligarse de la orientación política de los estudiantes. Entonces no puede sorprender que el promedio de la opinión de los estudiantes, o sea su voto en las elecciones, se haya inclinado por el apoyo al actual estado de la enseñanza, incluyendo los recursos didácticos, es decir, la virtualidad.

Pero lo importante es analizar correctamente la situación y no buscar atajos para explicar el profundo retroceso político de la izquierda universitaria. La pregunta que deberíamos hacernos es qué expectativa depositamos en la juventud universitaria, respecto a la construcción de una organización socialista, un partido de clase, y si creemos que el germen del partido pueda desarrollarse en las facultades.

Personalmente no lo creo.

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