Escribe Fernando Lothar (locutor LRA1, Radio Nacional, de Bs. As.)
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Hola. Les propongo tocar el vaciamiento en Radio Nacional y en el resto de los medios públicos. Un gobierno detrás del otro NO respeta no sólo los derechos laborales, sino que tampoco el importantísimo rol social de la emisora pública.
Les comento sucintamente la situación como trabajador de esa radio. Soy locutor y me desempeño como locutor-redactor en el servicio informativo. Hace 26 años que trabajo allí. El deterioro ex profeso es muy grave en las 49 emisoras que existen en todo el país. Los sucesivos gobiernos patronales las fueron destruyendo, desde planchar el salario (hoy es de indigencia), hasta despedir compañeros, no tomar más personal desde hace años, salvo excepciones con gente "acomodada", hija de algún funcionario o conocida de la burocracia sindical, dejar de invertir en tecnología, dejar venir abajo los edificios, no reparar hace tiempo la base de la única antena de AM activa en la planta transmisora de Gral. Pacheco (prov. de Bs. As.) con el peligro inminente de que una tormenta la voltée; obligar a las emisoras del país a conectar con Capital Federal en ciertos horarios lo que conlleva suprimir programación propia; cerrar las emisoras de las provincias los fines de semana y conectar con Bs. As.; limitar el horario del correo rural o mensaje al poblador, un servicio local clave porque muchos habitantes no tienen otro medio para informarse (por ej., esperar el aviso de la llegada de una receta, o del médico o de una encomienda, etc.). Hasta en varias emisoras los compañeros deben llevar, desde hace mucho tiempo, elementos de limpieza. Además, con el gobierno fascista de coalición de Milei se impuso directamente un cerrojo informativo, censura que se vivió con todos los gobiernos precedentes: no podemos difundir nada que huela a reclamo al Ejecutivo, ni siquiera, una huelga por salario u otro motivo; tampoco, podemos emitir informes de las provincias que publiciten hechos locales, salvo que tengan vinculación con lo nacional...una tremenda locura, una situación que me hace viajar sin escalas a las dictaduras genocidas cívico-militares-eclesiales. No tengo dudas de que estamos sufriendo una dictadura civil, falta pintar de verde oliva la Casa Rosada. Y el gremio de los trabajadores de prensa, SiPreBA, bien, gracias. Hace mucho se rindió, entregó el salario y los demás derechos.
Para concluir, en la radio tenemos desde el nacimiento de la emisora, allá por 1936, un tremendo cáncer: unos 10 gremios burocráticos, la mayoría del viejo Correo Argentino, que firman sistemáticamente salarios a la baja y otras porquerías en paritarias, y hay un gremio al que ayudé a fundar en 2008, que se denomina ATRANA (Asociación de Trabajadores de Radio Nacional). Es un sindicato clasista, combativo, antiburocrático e independiente de todo gobierno y patronal, que, por ahora, no logró la personería completa para sentarse a la mesa paritaria producto de las chicanas que vienen interponiendo todos los gobiernos. La desgracia que hoy sufrimos es que todavía no dirigimos y nos cuesta mucho retomar la asamblea general a través de la cual muchas veces obtuvimos buenos resultados, como buenos aumentos de sueldo y mejores condiciones laborales. ATRANA nació de la lucha que sostuvimos muchos compañeros cuando fuimos contratados cuatro años (primero formamos una agrupación que se llamó "Radio Nacional En Lucha). Hoy gremios como SiPreBA y ATE hace rato se bajaron de la Intersindical que se había conformado, pero de manera muy endeble. Yo nunca estuve de acuerdo con ese engendro porque veía que iba a terminar como terminó, producto de la descomposición de los gremios que hace mucho vienen dando muestras de sus traiciones, de hacer la plancha. Hoy los compañeros están asustados porque la burocracia les bajó línea de que hay que ser "inteligentes" (???) para emprender un reclamo por el riesgo de que echen, porque hay que priorizar la fuente de trabajo (???). Sin palabras. Ni siquiera los compañeros quieren reclamar por falta permanente de insumos, como rotura de impresoras, falta de cartuchos, de papel, hasta de papel higiénico y de manos y cara en los baños. Los compañeros ya naturalizaron todo lo descripto por el miedo a perder el laburo. Y en el caso de la agencia Télam, la motosierra mileista la redujo a la mínima expresión, casi no existe. Estaría bueno que nos inviten al programa a visibilizar todo esto, que, en definitiva, es lo que sufre la clase obrera, con sus matices, claro está.
Un saludo fraternal.