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A día de hoy, la patronal de Royal Canin no ha podido consumar el despido. Esta tentativa de la empresa, desde el primer momento, y a todas luces, se trató de una acción antisindical. El conflicto lleva casi dos meses. Pero, ¿por qué éste ataque a la organización obrera en la fábrica y contra el derecho al trabajo? ¿Qué roles han jugado y están jugando el Sindicato y el Ministerio de Trabajo, o sea, el estado?
En los últimos dos años, fundamentalmente a partir de la pandemia de Covid, el choque obrero-patronal ha sido muy agudo. Royal Canin, enmarcada en la producción de alimentos para mascotas, no ha cesado la producción en todo el periodo pandemia. Esto obligó al conjunto obrero a una lucha en defensa de sus propias vidas y de sus familias. Imposibilitados de recurrir al aislamiento, asamblea tras asamblea, le impusieron a la empresa protocolos varios, desde la segregación de turnos, distanciamientos, elementos de cuidado, etc, hasta el pago de los remises, incluido un bono económico extraordinario.
En todo este proceso se destacaron los compañeros más activos, los que se pusieron a la cabeza de los reclamos, y han quedado expuestos los elementos menos activos. Ésta es la experiencia reciente que nos trae hasta este momento. Porque es indudable que todo un sector de la fábrica sacó conclusiones, como lo han hecho también la patronal y el sindicato. La lista de candidatos postulados a las elecciones de delegados la integran los compañeros más destacados. Uno de ellos es el que quiere despedir la empresa.
La elección de delegados se tuvo que haber realizado hace ya mucho tiempo. La habilitación a las mismas, luego del decreto que prorrogó los mandatos por pandemia, data de septiembre del año pasado. Es el sindicato quien se ha rehusado a realizarlas una y otra vez (los trabajadores realizaron asambleas, en su momento virtual, luego presencial, y juntaron firmas con esta exigencia). Lo del sindicato responde a no poder conformar una lista cien por ciento subordinada a él. Es decir, una lista que compita, que confronte, y desplace al activismo de la fábrica de su posición de liderazgo. (Veré que haces y te diré qué intereses defiendes).
Es esta dilación a la convocatoria a elecciones, la que expone a los compañeros (voz populi candidatos) y posibilita el ataque de la patronal. Nadie sabe si contaban o descontaban, y en qué medida lo hacían, la reacción del conjunto de la fábrica, que rechazó el despido con una huelga general. Al sexto día de paro, el Sindicato toma el despido como antisindical y coloca la denuncia en el Ministerio de Trabajo (MdT). Éste dicta la conciliación obligatoria (CO) por conflicto colectivo, obliga a la empresa a retrotraer lo actuado, al momento previo al conflicto. Con el compañero en su puesto de trabajo, y con la vista puesta en arrancarle al Sindicato la convocatoria a elecciones, se levanta la medida de fuerza. Ahora sí, por fin, no pudo escapar: el sindicato realiza la convocatoria a elecciones para el 14 y 15 de abril.
Pero, la conciliación obligatoria (CO) empieza a desplegar todo su bagaje. Porque, es esta CO (es decir, el MdT) quién le otorga el rol de "ponerse a la cabeza" al sindicato. Sentándolo, audiencia tras audiencia, como representante de los trabajadores (es quién cuenta con la representación legal).
Con esto el sindicato empezó a desandar lo andado. Lo que demuestra que lo andado fue a regañadientes, y se debió a la presión obrera. (Especuló, entendiendo la conveniencia de realizar una demagogia que lo acerque a los trabajadores). Hoy, está intentando imprimir una orientación de "negociación", "prioridades": "que el compañero no pierda el trabajo pero que renuncie a su candidatura". Al mismo tiempo que borró de su vocabulario las palabras "despido antisindical". Otro elemento para este desandar, es que la patronal descontó casi 30 mil pesos a cada trabajador por los 6 días de paro. ("Venga!, algo más para negociar!"). Al mismo tiempo que mellan una futura acción de fuerza que implique nuevos descuentos.
El MdT extiende y extiende la CO. Dice tener una línea política de que no haya despidos, "no tiene que haber quilombo". Es decir, que no es que no quiera despidos, lo que no quiere es la lucha contra ellos. (Al momento de escribir estas líneas nos enteramos de 30 despidos en la fábrica Panificación G&M, también en La Matanza, en San justo, en represalia a una movilización realizada en el mes de diciembre en reclamos de sueldos adeudados).
Con la extensión de la CO y con el argumento de una "posible multa por llevar adelante elecciones en medio de una CO", el sindicato suspende las elecciones. La patronal por su parte impugna mediante carta documento la postulación del candidato. El sindicato no lo rechaza e incluso deja por escrito que "desestima la postulación". A todo esto le suma, a sugerencia del MdT, la conformación de un "comité mixto" con la empresa para negociar. Sin consulta, elige a dedo a los integrantes de este comité. Con lo cual, podemos decir, que se trata de la tentativa de un golpe que destituya a los verdaderos representantes de los trabajadores: los que impulsaron la reacción obrera, que obtuvo las conquistas parciales que vimos.
Estos actores del comité mixto no tienen mandato alguno de nadie para ir a realizar ningún planteo. Es decir, que hoy por hoy los trabajadores enfrentan una situación, que podemos llamar, de "doble poder": por un lado el comité mixto con la orientación del Sindicato, y por el otro los representantes de los trabajadores, o si se quiere, los candidatos a representarlos como delegados. (Uno de ellos es delegado, claro está, que con mandato prorrogado).
Este comité propone, por ejemplo, el pago de los días descontados y que la empresa evalúe la reubicación del compañero en otra planta. La empresa toma esto y deposita, "pendiente de revisión", 25 mil pesos a cada trabajador. Y ofrece el traslado a planta Don Torcuato, donde no hay trabajadores dentro del convenio molinero, e incluso todo indica que ésa planta (algunas oficinas administrativas) marcharía al cierre, porque sistemáticamente se trasladaron casi todas sus funciones a la planta Moreno. El ofrecimiento no viene sin antes remarcar, que pone a disposición una suma mayor de indemnización, y que es la "última oferta económica". La empresa deja por escrito, en el acta de la última audiencia, que "el puesto de trabajo en Don Torcuato no existe", pero que "lo crearía a fin de encontrarle una solución al conflicto".
No más preguntas señor juez, a confesión de partes, relevo de pruebas: Si el puesto no existe, pero se crearía, está clarito que el tema no es expulsarlo de la empresa, sino que el tema es expulsarlo de la planta de Virrey del Pino. ¿Por qué? Porque es ahí donde es candidato a delegado.
Se trata de un despido antisindical, discriminatorio e ilegal. Los candidatos ya están postulados. Que se realicen las elecciones.