Escribe Daniel Blanco
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La acción provocadora de las patronales de incumplir con el acuerdo salarial de la última paritaria resuelta en el mes de abril, desconociéndolos para los cosecheros en negro, y desvirtuándolo para los que están en blanco, obligando a realizar cosecha selectiva pero pagando como cosecha a granel con valores más bajos, y no pagando los aumentos acordados retroactivos a marzo, terminó provocando la reacción de los trabajadores, que por medio de asambleas decidieron parar la cosecha en numerosas fincas. Llegando en el caso de las fincas vinculadas a la citrícola San Miguel, la más grande de la provincia, a la ocupación bloqueando la entrada y salida de la empresa. En otros casos se produjeron cortes de rutas selectivas. Se bloqueaba el paso de todo vehículo vinculado a la actividad citrícola.
Como reacción, hubo distintas maniobras patronales, ofreciendo aumentos de las maletas en relación a lo que se estaba pagando pero siempre por debajo de lo acordado en la paritaria. La respuesta de los trabajadores fue rechazar y denunciar esas maniobras, lo que expresaba como iban ganando en firmeza los reclamos y acciones de los cosecheros.
Todos los acontecimientos señalaban que marchaba a una paralización total de la cosecha.
En esas circunstancia,s hizo oficialmente su aparición la dirigencia de la UATRE, quienes a través de un comunicado denunciaban el incumplimiento patronal y preanunciaban que se verían obligados a tomar medidas de fuerza. Entre el activismo llamó la atención el silencio total de la agrupación 8 de octubre vinculada a la CCC, o la denominada 3º línea, vinculada a la Multisectorial y otras menores, demostrando sus ataduras políticas con el gobierno de Jaldo y obrando como garantes de una paz social, que estallaba en mil pedazos ante la rebelión huelguística de los obreros dispuestos a arrancar el cumplimiento de los pactado en las paritarias.
El martes 10 se conoció un comunicado de la patronal de la citrícola San Miguel informando que iba a reconocer los reclamos de los trabajadores pero estos debían decidir el levantamiento de las medidas y retomar el trabajo en las fincas. Un primer gran paso de la lucha. Sin embargo faltaba la decisión de las otras empresas, en particular de la citrícola Citrusvil, la segunda más importante de la provincia, cuya la política fue más dura. Durante el fin de semana y el día lunes la patronal intentó quebrar el paro en las fincas más importantes contratando a otras cuadrillas, que lograron ingresar sorteando el bloqueo, pero luego, con una tarea de persuasión, la mayoría de los trabajadores reemplazantes decidieron también sumarse al paro. Frente a esas circunstancias la patronal decidió tomar represalias más duras aplicando suspensiones y traslados a otras fincas donde, que por las calidades de sus limones no se puede hacer una cosecha de selección y por lo tanto todos, cosecheros y capataces iban a tener una baja en los salarios.
La resolución adoptada en asamblea fue no acatar la decisión patronal y la preparación de un bloqueo más intenso, lo que obligó a la patronal a recular, a restablecer a los trabajadores en sus puestos originales y a reconocer, como ya había anunciado la empresa San Miguel, el convenio salarial firmado en la paritaria. De conjunto se logró una importante victoria de los trabajadores.
El rol de la Coordinadora de Limoneros Autoconvocados ha sido muy importante en todo este proceso, impulsando y coordinando los reclamos y las acciones. Ahora se marcha a la realización de un plenario provincial de delegados. La cuestión clave será discutir a la luz del proceso de lucha que se ha desarrollado en todo este período, los pasos para extender finca por finca, zona por zona, la organización autoconvocada, y preparar las fuerzas para disputarle la conducción sindical a las distintas camarillas burocráticas frente a los anuncios de que en el mes de diciembre se realizarían las elecciones en la UATRE Tucumán.