A la memoria de Aldo Busatto

Escribe Pablo Viñas

De los piquetes aéreos al apoyo a las ocupaciones fabriles.

Tiempo de lectura: 4 minutos

Escribo estas líneas a modo de despedida: el jueves 19 de mayo tras cinco meses de internación a raíz de un Covid que lo agarró en enero de este año, con varias enfermedades preexistentes, falleció Aldo Busatto, militante histórico del PO. Estas líneas no intentan ser un balance general de su vida, sino simples pinceladas y un homenaje, que seguramente sólo podrá recoger parcialmente aspectos de toda una vida dedicada a la lucha.

Aldo fue una suerte de “ingeniero” o súper técnico, que todo el partido conocía por su capacidad para resolver o crear las más variadas cuestiones técnicas. Desde la fabricación y armado de carpas estructurales, a la intervención de cajas eléctricas de una empresa que pretendía carnerear luchas en conflicto (como sucedió en ocasión de la ocupación de Atlántida), o el armado de escudos contra la represión en la época del Argentinazo. Su Renault 12 supo entrar con el Polo Obrero a la Plaza de Mayo, en aquel acampe piquetero en 2002 en que la policía pretendía impedir nuestro ingreso.

Pero Aldo, además, conjugaba su lucha política por un gobierno obrero con su rol como dirigente y luchador obrero del gremio de los técnicos aeronáuticos.

En mi recuerdo quedará la huelga general aeronáutica del 2005, realizada conjuntamente por los técnicos (sindicato por el que Aldo era delegado en Ezeiza) y los pilotos aeronáuticos. Como parte de esa lucha hubo una asamblea general de ambos gremios en la Federación de Box, a la que tuve el honor de asistir. Recuerdo mi sorpresa cuando al leerse por el micrófono el nombre de (mi compañero del PO) Aldo Busatto, a quien le había llegado su turno tras anotarse en la lista de oradores, pasó lo que no había pasado con ningún otro orador: la popular de la Federación de Box, repleta de jóvenes del gremio de los técnicos, se puso en pie y, mientras flameaban las banderas, se escuchaba resonar en todo el estadio cómo vitoreaban al reconocido delegado al grito de “Oléee olé olé olé, Colo, Colo”. Ese era Aldo Busatto, un delegado muy querido y respetado por sus compañeros, que siempre supo estar al frente de las luchas y los reclamos de sus compañeros. Por supuesto mocionó la continuidad de la huelga que fue lo que resolvió aquella asamblea.

Aquella huelga lo encontró a Aldo trabajando en Comisión en España (donde residía por aquella época la patronal de Aerolíneas: Marsans), tuvo que volver como “polizonte” en un avión para poder continuar la lucha acá sin ser frenado por la patronal, y estar presente en la asamblea general antes mencionada.

Al enterarnos de su fallecimiento un compañero mío de AGR-Clarín, que lo conoció por la colaboración de Aldo en nuestra lucha, dijo textual en un grupo: “Me contó que en Aerolíneas, para parar en España una salida de aviones, se acostó en la rueda del avión, un loco de las convicciones, cuando hablaba con él te daban ganas de parar el mundo”. Ya en 2001 una asamblea de aeronáuticos encabezada por Aldo se había interpuesto a la salida de un avión de Iberia, tal vez el primer piquete a una ruta aérea y a un avión del que se tenga conocimiento.

Su fallecimiento generó un duro pesar entre los trabajadores que supimos ocupar AGR-Clarín, es que Aldo fue una pieza clave para que pudiéramos hacer caminar la impresión y la salida de la revista “Viva” de los trabajadores, un hito de la ocupación, que dejó en ridículo las excusas de la patronal, que tras la ocupación pretendía argumentar la imposibilidad de que quienes quedábamos en planta pudiéramos continuar la producción.

Tras discutir la necesidad de intentar realizar una producción bajo control obrero en la comisión interna, la asamblea y con el PO (y en particular con Juan Ferro), Aldo tomó la tarea con una decisión y empeño admirables, dándonos un apoyo técnico que no amainó frente a las numerosas y complejas dificultades técnicas y a los peligros que implicaba trabajar con alta y media tensión.

Los numerosos intentos llevaron días. Junto a Aldo trabajaron otros técnicos, también de otros lugares de trabajo y de la propia AGR. Primero se intentó poder hacer marchar las máquinas con el tendido eléctrico y, luego, con dos generadores gigantes que se alimentaban con combustible y se encontraban instalados en la planta. Generadores con los que la propia patronal jamás había logrado hacer funcionar impresora alguna (sí el resto de la planta), todo lo que hacía suponer que se trataba de una proeza imposible.

Tras días sin dormir logramos hacer marchar las impresoras, las encuadernadoras y en definitiva la planta, luego con entusiasmo se fueron ocupando los puestos y salió la revista que alimentaría la difusión y el fondo de huelga por todo un período, demostrando además la superioridad técnica de los trabajadores. Fuentes nos hicieron llegar la furia de Magnetto con el resto del directorio y con la gerencia de Clarín, que les había asegurado que era absolutamente imposible que pusiéramos en marcha la planta y mucho menos las impresoras; los gerentes seguramente no debieron tener explicación alguna, no contaron con el tesón revolucionario y la sabiduría y superioridad técnica de los Aldos, es decir, de la clase obrera.

Luego del desalojo de la ocupación de AGR-Clarín, efectuado a punta de metralla, Aldo nuevamente estuvo junto a nosotros colaborando para armar una carpa estructural donde resistiríamos otros 82 días en la puerta de la planta.

Cuando Aldo comenzó su enfermedad, con algunos compañeros habíamos conversado la idea de hacerle un homenaje; luego, al enterarnos de su mejoría nos relajamos, un lamentable error, seguramente jugó su parte la negación que suele tener el humano con la muerte. En el velorio estaba colgado en la pared el primer pliego salido de máquina de la “Viva”: las luchas obreras, un trofeo que había reclamado y se lo habíamos entregado sin dudarlo un segundo en aquel momento, y que supo tener pegado en su casa.

Ahora rendimos este breve pero sentido homenaje a su memoria. Hablo en plural, porque sé que este homenaje también lo comparten mis compañeros de lo que fue la ocupación de AGR-Clarín. Nuestro saludo a su familia, a todos los compañeros que compartieron años y décadas de una vida dedicada a la lucha obrera y la militancia socialista, a sus compañeros aeronáuticos, y a todos los que lo apreciaban. Se nos fue un imprescindible. Aldo: hasta la victoria siempre. Viva tu lucha obrera y socialista.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera