Unidad Piquetera: el "control de precios" y el seguidismo a la burocracia sindical K

Escribe El Be

Tiempo de lectura: 2 minutos

Las últimas semanas han encontrado al movimiento piquetero sumido en diferentes campañas y orientaciones políticas. Un sector de la Unidad Piquetera (integrado por el FOL, la Darío Santillán, Resistencia Popular, el FOB, el MTR por la Democracia Directa y Barrios de Pie-Libres del Sur) desarrolló acciones contra los “formadores de precios” –concretamente contra plantas alimenticias. En ocasión del encuentro anual de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) en el Hotel Sheraton, estas organizaciones protagonizaron una "vigilia" en las inmediaciones para exigir a los empresarios que bajen los precios. La acción tuvo como respuesta un desmesurado despliegue represivo del gobierno de Larreta.

El planteo contra los formadores de precios llega a destiempo. Los mentores K de esta "lucha", Paula Español y Eduardo Feletti, soldados de Cristina Fernández, tiraron la toalla.. La intención del gobierno de los Fernández era desacreditar la lucha salarial con el pretexto de la "lucha" antiinflacionaria. El "control de precios" terminó en un descontrol, con una inflación que apunta al 100% anual. El control de los precios requiere el control de la clase obrera en los lugares de trabajo. Debe acompañar la lucha por la recuperación del salario y por el ajuste mensual a la inflación

Otro sector, integrado por el Polo Obrero oficial, el MST y otros agrupamientos, movilizaron a la Anses para reclamar que “el bono (el IFE 4, de $9.000) tiene que ser para todos”. A la burocracia de la CGT le reclaman un paro general, a sabiendas de que es un agente del gobierno y de que sólo convocaría a ese paro cuando tengan que contrarrestar una huelga general que va a irrumpir desde la propia clase obrera. Revitalizar la imagen de la burocracia de la CGT, suscitando expectativas infundadas, es una labor de desmoralización de las bases.

La reunión con la CGT fue gestionada por Pablo Moyano, según informaron los dirigentes de la Unidad Piquetera. Hace dos semanas, el mismo personaje recibió al Sutna para ofrecer su solidaridad de palabra a la lucha de este sindicato por su convenio colectivo. La derrota de Caló, en la UOM, descubrió un nuevo alineamiento de la burocracia, alentado por Máximo Kirchner, firmemente anclado con el gobierno, pero que busca cuidar sus propias espaldas ante el riesgo de un colapso gubernamental. Máximo, por un lado, se ha dado al trabajo de coquetear con el PTS, en tanto Pablo Moyano se ha encargado del Polo Obrero oficial. Eduardo Belliboni se declaró presto a acompañar esta maniobra cuando hizo de anfitrión de Grabois en un acampe piquetero. El sentido de todo este manoseo es neutralizar al movimiento piquetero y arrimar votos de "izquierda" al FdT para 2023.

El llamado a la burocracia sindical a una lucha no pretende ninguna lucha; es un operativo de la burocracia para ganar tiempo y respiro, algo que escaea para el gobierno. Maniobras de toque corto para obtener una entrevista de CNN con Longobardi, en el caso del PO oficial, y para redorar el escudo "popular" de los nac & pop. La diferencia de principio entre esta política y el llamado a un Congreso obrero es patente. Los documentos que ha presentado el aparato para el Congreso oficial que tendrá lugar en dos semanas, no aluden a nada de esto. Como ha ocurrido con todos los aparatos, la estrategia es sustituida por los barquinazos.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera