Multitudinaria movilización al Puente Pueyrredón

Escribe El Be

a 20 años del asesinato de Darío y Maxi.

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El vigésimo aniversario de la masacre del Puente Pueyrredón congregó una multitud de organizaciones. Con la presencia de miles de piqueteros movilizados desde la Capital y gran parte de la provincia de Buenos Aires, se realizó un acto donde se reclamó por justicia y contra la impunidad de los responsables políticos de la masacre. Tomaron la palabra Leo y Alberto Santillán, hermano y padre de Darío, y Vanina Kosteki, hermana de Maxi.

La actividad arrancó desde el sábado 25 con una jornada cultural y una vigilia en la estación. Se realizaron festivales de música y creaciones artísticas. Maximiliano Kosteki, sobrino de Maxi, participó con el diseño de un mural en la estación en homenaje a su tío. También se realizaron exposiciones referidas a los acontecimientos de aquel 26 de junio del 2002, incluído el tratamiento que los medios hicieron de aquella jornada trágica, como la tristemente célebre tapa de Clarín - “La crisis causó dos nuevas muertes”.

La movilización de este 26 tiene lugar cuando las organizaciones sociales y piqueteras se encuentran nuevamente bajo un inconfundible ataque de Cristina Kirchner y los medios de comunicación, incluida una guerra judicial (“lawfare”) ‘nacional y popular’. El asesinato de Maxi y Darío tuvo también lugar bajo un gobierno de pura cepa peronista, luego de usurpar el gobierno, en medio de un levantamiento popular. Una campaña que busca hacer de las organizaciones sociales el chivo emisario del derrumbe del régimen político pergeñado por la actual Vicepresidenta. La vicepresidenta llamó a sacar a los piqueteros de las calles, como buscó hacerlo Duhalde, con el resultado de que tuvo que renunciar a la reelección. El kirchnerismo ha iniciado una nueva campaña por la “cultura del trabajo”, para transferir receptores de los planes a un sector del agro y de la industria, en conidición de fuerza de trabajo indigente.

La movilización al puente fue una respuesta a este ataque, como lo fue la movilización gigantesca que respondió, hace veinte años, a la masacre de Avellaneda. A lo largo de la jornada, distintos dirigentes y organizaciones denunciaron también la política de ajuste. Lo fundamental, sin embargo, es la cuestión política que plantea esta crisis, que es la organización de una respuesta de masas de una respuesta obrera independiente, cuando la mayor parte de quienes declaran militar en “el campo popular” se movilizan por un recambio de protgonistas y no de régimen ni de sociedad. Eva Gutiérrez, dirigente del Polo Obrero Tendencia, destacó que, veinte años después, siguen vigentes, pero con mayor potencia, los mismos reclamos.

En el acto se leyó un documento donde se denuncia la impunidad de los responsables políticos de la masacre. Los familiares que tomaron la palabra remarcaron que varios de los que urdieron polítcamente aquella masacre han estado en todos los gobierno kirchneristas posteriores, como es el caso de Aníbal Fernández o de Felipe Solá. Alberto Santillán planteó que la masacre del Puente Pueyrredón fue un crimen de Estado y denunció la cooptación de las organizaciones piqueteras que hoy se encuentran pululando por distintos ministerios estatales, aplaudiendo a los funcionarios que deberían estar cumpliendo una condena por dar las órdenes de matar a Darío y Maxi. Hace veinte años, el gobierno desplegó una brigada de francotiradores que disparó contra la multitud desde azoteas y edificios.

La militancia del Polo Obrero Tendencia y de Política Obrera se hicieron presentes en el Puente Pueyrredón, con un planteo decisivo – convocar a un Congreso Obrero para que la clase obrera prepare, a través de la lucha, incluida la huelga general, un gobierno de trabajadores.

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