El gobierno vuelve a la carga con la quinta hora en la escuela primaria

Escribe Mariano Hermida

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“El ministro de Educación, Jaime Perczyk, confirmó que ya se suscribieron acuerdos con Tucumán, Santa Cruz y Chaco para agregar una hora de clase por día en las escuelas primarias públicas” (Pagina/12, 14/7). En agenda el gobierno tiene programado avanzar también en convenios similares con Santa Fe, Catamarca, Tierra del Fuego, Salta y Corrientes. El anuncio fue hecho luego de la reunión que mantuvieron Perczyk con el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, en la Casa Rosada. De esta manera el gobierno pretende reflotar la iniciativa de agregar una quinta hora en Educación Primaria, proyecto que había dejado en stand by, luego de una serie de cortocircuitos internos e incluso con los sindicatos afines.

El principal argumento que sostienen desde el oficialismo es que se necesita incrementar el tiempo de clases para recuperar “lo perdido” durante la pandemia. Perzczyk afirmó que "más tiempo (en las aulas) es también más calidad” (ídem). La burrada del ministro es mayúscula, al igualar tiempo con calidad educativa. Porque de lo que se trata es de en qué condiciones se transita ese “tiempo” en las escuelas. Hoy mismo, con una jornada de 4 horas en las escuelas primarias, no están garantizadas las mínimas condiciones para desenvolver el acto pedagógico. Esto se refleja en el miserable salario docente, por lo cual las maestras deben sobreexplotarse con dos y hasta tres cargos; en el derrumbe edilicio y en la superpoblación de cursos; en la falta de nombramiento de cargos docentes, nula capacitación en servicio, falta de materiales didácticos, etc. La argumentación del gobierno refuerza el concepto de la escuela como una “guardería” en la cual cada vez importa menos la adquisición de contenidos. No existe ningún interés por mejorar la calidad educativa.

Ahora cada gobierno provincial debe emitir su propia normativa de aplicación de la quinta hora. El gobierno explicó que la firma de los convenios con las provincias incluye el “aporte de un fondo” que irá destinado a los gastos que demanden las actividades agregadas (Infobae, 13/7). En la provincia de Buenos Aires, aunque todavía no existe resolución oficial, por abajo dejan trascender que luego del receso será opcional, para implementarse obligatoriamente a partir de marzo de 2023. Directivos ya se encuentran “ofreciendo” la suma de $23.000 (en negro) a aquellas docentes que acepten sumar una hora más de trabajo por día. Con un salario inicial por cargo de $50.000, se trata lisa y llanamente de una extorsión. En las actuales condiciones, la implementación de una hora más en las escuelas primarias significaría un incremento de la sobreexplotación laboral. La gran mayoría de las maestras están obligadas a trabajar doble turno y hasta un tercero, sobre todo aquellas que son sostenes de hogar. El trabajo docente continúa además en casa, planificando, corrigiendo y realizando tareas administrativas. Ya existe, por lo tanto, una sobrecarga laboral que es remunerada con salarios que no cubren un tercio de la canasta familiar. Por eso los anuncios del gobierno han sido recibidos con gran malestar en las escuelas primarias. La tarea del momento es organizar una lucha por un aumento general de salarios del ciento por ciento. La docencia debería poder trabajar un cargo cobrando el equivalente a una canasta familiar, hoy en los $180.000 pesos. Con esta reforma, en cambio, se pretende legalizar el trabajo a destajo, trabajando hasta 11 horas por día por salarios miserables. Un retroceso histórico respecto de la conquista de la jornada de 8 horas.

La medida que pretende aplicar el gobierno de los Fernández implica una modificación del régimen laboral actual y busca ejecutarse de manera unilateral, despóticamente, desconociendo la existencia de los sindicatos docentes. Lo que el gobierno oculta es que es él mismo quien está incumpliendo con garantizar las escuelas con Jornada Completa, como ya marca la normativa vigente.

La CTERA reconoce que “la decisión de un incremento en la carga horaria puede también significar la vulneración de los derechos laborales e implicar una intensificación y sobrecarga en el trabajo docente” (ctera.org.ar). Sin embargo, no ha convocado a ninguna instancia de deliberación para que la docencia fije posición y elabore un plan de acción. El entrelazamiento de la dirección sindical con el Estado hace inviable que se convierta en un canal para la docencia. Por este motivo, surgen autoconvocatorias docentes en varias provincias del país.

El derrumbe educativo acompaña el derrumbe político y económico del gobierno, que la sumatoria de una hora más no revertirá bajo ningún punto de vista. Está planteado para la docencia reunirse mediante autoconvocatorias y plenarios de delegados con mandato para poner en pie una lucha en defensa de las condiciones de trabajo y el salario.

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