Escribe Lucas Benvenuto
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En los últimos días se han desarrollado una serie de ataques contra los trabajadores del Puerto de Buenos Aires y Dock Sud que “cierra la grieta” entre empresarios, massistas y kirchneristas.
Una nota del diario Cronista del 12 de septiembre se refiere a la Terminal 4 (operada por APM Terminals) como un verdadero “tetris” debido al sobrestock de contenedores, como resultado de que Maersk descargó entre siete y ocho buques con contenedores vacíos que hicieron colapsar la terminal. Lo cierto es que, como consecuencia de la falta de operación de la Terminal 5 por una decisión política de la AGP, la carga que ingresa al puerto se reparte entre las demás terminales afectando no solo la “logística portuaria” sino, fundamentalmente, los ritmos de trabajo dentro de la terminal 4 y también la extensión de las jornadas de trabajo. Lo señalan en distintos medios los “dueños de la pelota” Guillermo Michel (Aduana), Alexis Guerrera (ministro de Transporte), José Beni (AGP): "desde hace 15 días ha resultado prácticamente imposible para los operadores del comercio exterior la obtención de turnos para entregar y retirar cargas", ni una palabra sobre las condiciones en que desarrollan sus tareas los trabajadores de la Terminal 4.
A la desorganización de la Terminal 4, se suma ahora la persecución de las empresas del puerto hacia los delegados y activistas encuadrados en el sindicato de capataces y estibadores portuarios, por el solo hecho de apoyar las acciones de lucha que vienen llevando adelante los trabajadores de la Terminal 5.
El Ministerio de Trabajo (Moroni) actuó a pedido de la UIA, dictando la conciliación obligatoria al declarar “servicio esencial” la operación del Puerto de Dock Sud, en momentos en que 60 trabajadores de Exolgán llevaban adelante una medida de lucha (paro por 48 hs.) reclamando que los estibadores inscriptos en el Sindicato de Camioneros y Logística sean incorporados en su representación gremial (SUPA). Los trabajadores actualmente se encuentran trabajando en empresas tercerizadas encuadradas en el sindicato de camioneros y exigen encuadrarse bajo el convenio que les cabe por la realización de actividades portuarias (esto no solo implica la mejora salarial, sino que implicaría la jubilación con 55 años).
El tándem de la UIA y el gobierno contra los trabajadores se completa con la actuación de las distintas burocracias sindicales. Por un lado, el sindicato de camioneros enviando varios micros a la puerta de Exolgán para “disuadir” a los trabajadores de su reencuadramiento al SUPA y, por el otro lado, la FEMPINRA (Federación portuaria) aislando las luchas de cada uno de los sectores portuarios.
Los problemas “operativos” que se están desarrollando en el Puerto de Buenos Aires y en Dock Sud son responsabilidad del gobierno y de las distintas operadoras portuarias, que son incapaces de resolver los reclamos de los trabajadores porque, claro, el gobierno actúa en rescate de las operadoras internacionales en momentos en que se ha encarecido toda la cadena logística por el desarrollo de la guerra imperialista mundial.
Las asambleas conjuntas de todos los trabajadores portuarios, las coordinadoras de lucha que abarquen a todos los sectores que voten un paro del puerto de Buenos Aires y de Dock Sud y un plan de lucha puede ser un principio de salida para que triunfen todas las reivindicaciones de los trabajadores portuarios que están luchando. La burocracia sindical dio sobradas muestras de agotamiento.