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Los trabajadores de Atucha, nucleados mayoritariamente en el sindicato de Luz y Fuerza del Paraná, han salido a la lucha para que se efectivice el acuerdo paritario establecido, de un 100%.
Una paritaria que va desde febrero a febrero y que contemplaba un aumento del 60% hasta septiembre ha sido desvalorizada por el proceso inflacionario, llevando a los trabajadores a reclamar un adicional del 40% hasta diciembre, con el fin de alcanzar un 100% anual, y reforzándolo con una cláusula de revisión para enero previendo una nueva disparada inflacionaria. Este reclamo estaba acordado previamente con la patronal, con un 10% en octubre, 15% en noviembre y otro 15% en diciembre.
En tanto Atucha II se encontraba fuera de servicio por dificultades operativas apareció la secretaria de energía Flavia Royón, para afirmar que no iba a revalidar el acuerdo -"Tenemos limitaciones en materia de presupuesto"- tirando para atrás el acuerdo, escudándose en la falta de fondos.
Ante esta respuesta por parte de la empresa, los trabajadores han resuelto declararse en estado de alerta con asambleas y trabajo a reglamento desde el pasado jueves 27, con reuniones en diferentes horarios y sectores que concluyeron en una gran movilización del viernes 4 en la puerta de la central, con unas 300 personas. El sábado 5, continuó el conflicto con asambleas en los sectores y una enorme concentración en el acceso con más de 500 compañeros.
El estado de ánimo de los trabajadores de Atucha se conjuga con una enorme conciencia de lo que está en juego. Con la Central de Atucha ll que continuará parada y sin presupuesto, Atucha l, con una extensión de vida programada, pero sin que el estado disponga los recursos necesarios para su efectivización, existe la certeza de que el futuro de la industria nuclear estará signado por el ataque de las condiciones de trabajo y el salario por parte del gobierno.
Luego de la muerte del joven obrero Juan Salazar, quien sufriera una descarga de 6600 voltios en un accidente evitable y que provocara el masivo repudio sobre la gerencia de Nucleoeléctrica, en Atucha l, luego de la ruptura del acuerdo salarial y ante el recorte presupuestario que se llevará a cabo durante el próximo año, la percepción de sus trabajadores es la de una salida colectiva que ya se viene desenvolviendo, por lo que está planteado el desafío de unificar los reclamos y coordinar con las otras dos empresas que tampoco han cerrado el acuerdo salarial.
El telón de fondo del ajuste salarial es una disputa entre la Secretaría de Energía y el directorio de Atucha, que se traduce en "(im)precisiones sobre el futuro de la central Atucha III, otro proyecto que China considera clave y que Estados Unidos resiste explícitamente" (El Cronista, 19/8). La ministra Royón ha declarado que la prioridad es invertir en “energías renovables y energías nuevas” y “en generar nuevos acuerdos con grupos norteamericanos que tengan interés en invertir en la Argentina” (Economía sustentable, 23/9).
La salida de los trabajadores
Se está desenvolviendo la firme conciencia en los trabajadores de Atucha, que la decisión de recortar el presupuesto afecta la operatividad de las tres centrales nucleares en funcionamiento en el país, Atucha I, Atucha II y Embalse.
Este lunes está prevista una reunión en el Ministerio de Trabajo y, si no se efectiviza el acuerdo, el martes 8 estará planteado un paro y una nueva movilización a la rotonda para enfrentar este ajuste.
La alternativa que proponen los trabajadores es defender las centrales energéticas y el salario, impulsando la deliberación para confluir en una acción común.
El estado de ánimo, el clima de camaradería que se respira dentro de la planta abre la perspectiva de una lucha victoriosa.
