Conadu Histórica: la impotencia continua o la huelga general

Escribe Diego Toscano

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El congreso ordinario de Conadu Histórica se reunió a comienzos de mes para aprobar la Memoria y Balance 2021-2022.

Girado a las asociaciones de base apenas tres días antes del Congreso, no hubo tiempo de establecer mandatos ni debates de lo que debería haber sido un balance general en serio del accionar de la federación en un año tan crítico para la docencia universitaria.

En los 3 años de gobierno del Frente de Todos, los salarios de los trabajadores universitarios no sólo no recuperaron un peso de lo perdido con Macri sino que retrocedieron con relación a épocas anteriores. Mes a mes y año a año, el salario ha quedado por detrás de la inflación sin que ninguna de las conducciones sindicales universitarias rompa su vínculo con el gobierno. Este año, y como consecuencia de esta política entreguista, se partió la burocracia de Conadu. El dato no es menor, ya que desde hace más de 20 años esta burocracia es la clave de todos los acuerdos salariales a la baja.

El congreso de Conadu Histórica no pudo debatir una orientación para abordar semejante escenario. Debatirlo hubiese significado poner en cuestión su propia política zigzagueante con relación al gobierno y a la propia burocracia yaskysta. De firmarles 2 paritarias en el segundo semestre 2021, Conadu Histórica llamó a más de 15 jornadas de paro en 2022, pero todas de carácter aislado. El resultado está a la vista: una depreciación salarial histórica y un violento ajuste contra el presupuesto universitario.

La denuncia al acuerdo con el FMI -que votó reiteradamente la federación y también recogió en el documento- no pasa de una declaración para la tribuna si no se establece una ruptura práctica con el gobierno que está llevando el ajuste a la práctica. En este sentido, constituye una capitulación el voto favorable que recibió la Memoria de parte de compañeros que integraron la Multicolor –la Naranja del PO “oficial”, Rompiendo Cadenas, IS y MST. La conducción aceptó retoques menores a un documento que encubre una capitulación política ante el gobierno y una impotencia sistemática para defender los derechos docentes. Solo la delegación de ADIUNT -el sindicato de la docencia universitaria de Tucumán- votó en contra de la Memoria, con estos señalamientos.

También reclamamos que se había dilapidado la movilización nacional de más de 100 delegados sin debatir una orientación para el fin de año y el comienzo del 2023. Desde ADIUNT venimos impulsando la necesidad de preparar una huelga general de No INICIO.

La conducción convocó a un Plenario de Secretarías Generales para este miércoles 16, sin ninguna orientación más que la de reclamar el pago a los docentes universitarios de un bono similar al que recibió la FATUN ($22.000). Pero ese bono ´le pone el moño´ a la paritaria entreguista que han firmado las burocracias a lo largo de todo 2022. La Comisión Directiva de ADIUNT debatió la necesidad de denunciar esta maniobra, exigir un doble aguinaldo y una actualización inmediata y mensual de los salarios y las jubilaciones. Llevamos al Plenario -nuevamente- la propuesta de un congreso que prepare -con tiempo y decisión- una huelga general.

Por último pero no por eso menos importante, corresponde señalar que, en toda la Memoria de Conadu Histórica, no se hace ni la más mínima mención a la guerra ni a la comprensión de sus consecuencias catastróficas sobre la vida de los pueblos. Sin embargo, desde el mismo comienzo de la guerra, hemos insistido en plenarios y congresos en la necesidad de que la federación debata sobre la guerra y tome una posición. Esto fue sistemáticamente ignorado por su conducción “maoísta”. Una federación de docentes universitarios podría haber llamado a sus pares de todo el mundo a una acción común contra la guerra imperialista. Nada de eso se hizo, pero todavía se puede hacer. Llamamos a reflexionar, a debatir y actuar.

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