UATRE: elecciones en manos mafiosas

Escribe Daniel Blanco

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El 21 de diciembre se reunió el congreso nacional de delegados de la UATRE en la ciudad de Bahía Blanca. Con veedores de la justicia Federal, el Ministerio de Trabajo y la presencia de la directora nacional de Asociaciones Sindicales, fueron reconocidos 584 delegados alineados, por primera vez, en dos listas y no en una sola.

Una de ellas era la de José Voytenco, quien resultó electo al frente del sindicato. Venía conduciendo provisoriamente la Federación, luego de la muerte por Covid de Ramón Ayala el 20 de octubre del 2020, quien, a su vez había ocupado ese cargo en 2017 por el fallecimiento de Gerónimo “Momo” Venegas.

La otra lista estaba presidida por Pablo Ansaloni, representante de los estibadores rurales. Fue electo diputado nacional en 2017 por el partido FE, fundado por Venegas, en aquel entonces alineado con Cambiemos. Llegado al parlamento, Ansaloni se ´borocotizó´ y se incorporó al interbloque con el massismo. Ansaloni, en UATRE, ocupaba la vicepresidencia de la obra social Osprera.

El proceso preparotorio del Congreso estuvo signado por maniobras de todo tipo. La primera, que detonó la fractura de la conducción nacional, fue la expulsión de Ansaloni y otros 4 directivos nacionales, acusados por el robo de 10 millones de pesos de la obra social. La justicia nunca pudo determinar el hecho, pero Voytenco pasaba a detentar la mayoría del secretariado nacional. Osprera tiene ingresos mensuales por 2.800 millones de pesos.

A partir de aquí, Voytenco obtuvo el reconocimiento del Ministerio de Trabajo nacional para conducir el gremio y convocar a elecciones para normalizar la conducción. Para llegar al congreso Voytenco procedió a remover a varios delegados representantes de regiones o provincias, como ocurrió en Tucumán, Río Cuarto y otras provincias, donde se designaban a interventores con la función de normalizar las federaciones provinciales, pero a posteriori de lo que resolviera el Congreso nacional.

Todas estas acciones burocrática elevaron el choque entre las dos fracciones, con acciones violentas como las que en julio de este año sufrió un directivo de Osprera y luego, el 18 de noviembre, el asesinato de Mauricio Cordera, chofer y dirigente alineado con Ansaloni. Un crimen de características mafiosas (está detenido Ramón Vallejo, sicario vinculado al clan de los Romeros, unos de los clanes mafiosos que actúan en Rosario). Hasta ahora la justicia no avanzó más allá pero hay fuertes indicios de que el atentado criminal iba dirigido contra Ansaloni para sacarlo de la cancha y de allí la sospecha de que en el mismo estuvo vinculado la camarilla de Voytenco.

El resultado de la elección (solo votaban los delegados reconocidos) favoreció por apenas 8 votos a Voytenco, quien ocupará el cargo de secretario general hasta el 2026. Ansaloni, por su parte, retomará la conducción de Osprera.

Al calor de todo este proceso se coló la interna del Frente de Todos. Voytenco contó con el apoyo de los sectores sindicales K y, en especial, de Pablo Moyano. Por su parte, Ansaloni tuvo el respaldo de los sectores vinculados a Massa.

La Federación ha quedado virtualmente dividida por la mitad. Se trata de un botín de 12 millones de dólares de ingresos mensuales: 600 millones por la cuota sindical de aproximadamente 400 mil trabajadores rurales registrados, 2.800 millones por vía de la obra social (Osprera) y otros fondos que administra la federación, como es el fondo de desempleo, o un fondo especial del tabaco que se recauda con la venta de los cigarrillos. La lucha por su reparto los va a volver a dividir. En lo único en que han actuado unidos ha sido en la entrega del salario y las condiciones laborales.

Voytenco ha declarado que sólo 7 de cada 10 trabajadores rurales está en blanco. Los trabajadores rurales, tanto los permanentes de actividad continua (que se rigen por el régimen nacional de trabajo agrario), como los trabajadores permanentes pero de actividad discontinua (limoneros, yerbateros, algodoneros, de la uva, la aceituna y el ajo, etc.) que se rigen por convenios específicos, suman más de 1 millón y medio de obreros rurales y de producciones específicas.

La nueva conducción ahora tiene mandato para proceder a normalizar región por región, provincia por provincia, seccional por seccional.

Las perspectivas que se abren son explosivas, pues los salarios y condiciones laborales se han ido degradando en todos lados. Está retrasada la revisión paritaria del 2022 y en febrero se abren las paritarias de varias producciones, como la limonera.

En varios escenarios, se han producidos procesos de luchas y organización independientes de la burocracia, como ha ocurrido con la Coordinadora de Limoneros Autoconvocados en Tucumán.

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