Ciudad de Buenos Aires: no al cierre del CeSAC 31

Escribe Yerko Angulo

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El cierre de la salita en el barrio Ilia (CeSAC 31) refleja la decadencia en la que se encuentra actualmente la salud pública. La falta de mantenimiento edilicio y la ausencia del personal de seguridad ponen en riesgo la integridad física de los trabajadores y las familias de los vecinos en el barrio. Atentan, además, con el cierre de varias salitas que se encuentran en la misma situación de precariedad laboral y abandono por parte de las autoridades gubernamentales.

Los trabajadores y vecinos se encuentran en una situación muy preocupante y de suma urgencia, debido a las negativas constantes a los reclamos enviados a las entidades correspondientes, que hicieron caso omiso de los mismos.

Se puede ver a simple vista el deterioro de las instalaciones, la falta de mantenimiento estructural, las constantes goteras y la mala instalación del cableado eléctrico, que ponen en peligro constante a los profesionales de la salud, expuestos a riesgos que dificultan la normalidad de la atención sanitaria: tuvieron que fraccionar los horarios de atención, para resguardar su integridad y la de sus pacientes, teniendo en su historial varios accidentes sufridos por las malas condiciones en las que se encuentran las instalaciones eléctricas.

En el edificio de la salita también funciona un Centro Infantil y una Biblioteca. Ésta última se encuentra todavía en peores condiciones, teniendo en su interior una notable invasión de hongos y deterioro en general, tanto en el piso como en las paredes, a causa de las goteras y el encierro durante la cuarentena. Sumado a esto cabe mencionar que los pisos superiores del edificio funcionan como viviendas familiares, algo que no es muy común en las instalaciones edilicias de las salitas barriales.

Está situación agrava enormemente la insalubridad en el barrio. Los vecinos se manifestaron demostrando mucha indignación en la mirada de los niños que se acercaron al lugar. Un abuelo que se refirió como "nazis" a los funcionarios del Gobierno de la Ciudad y hubo hasta lágrimas por parte de algunas madres y vecinos al enterarse del cierre total de la salita, que constituye una parte indispensable para los trabajadores y familias del lugar.

Los militantes de Política Obrera nos acercamos para llevar nuestro apoyo y solidaridad a estos reclamos que nos parecen fundamentales y de mucha importancia para las familias. En los barrios obreros, que ya sufren de carencias generalizadas, esta situación desintegra enormemente la estabilidad y el crecimiento en los barrios que precisan de estas instalaciones que, para muchos, son la única fuente de atención sanitaria para sus familias.

Los trabajadores de la salita manifestaron que la situación es incierta y que no tienen certezas sobre el plan de acción para la reparación de las instalaciones o la relocalización y afirmaron su interés por seguir brindando la atención de calidad e integral en un espacio seguro.

Desde Política Obrera nos solidarizamos y nos ponemos a disposición con la lucha de los vecinos y los trabajadores para hacer los reclamos pertinentes y para que el Gobierno de la Ciudad comience un plan de obras y de saneamiento, para reabrir la salita del barrió Illía CeSAC 31, que forma parte indispensable y fundamental de la atención sanitaria a las familias del lugar.

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