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El pasado viernes 6 de enero, durante la clase de primer grado de una escuela primaria en Newport News, Virginia, Estados Unidos, un niño de seis años disparó a su maestra, dejándola al borde de la muerte. Según el informe policial, no se trató de un accidente.
El hecho generó conmoción en todo el mundo. Los tiroteos en escuelas batieron un nuevo rédord en Estados Unidos en 2022, con 257 casos hasta octubre. Pero la participación de un niño de 6 años generó el mayor de los desconciertos. “De ninguna manera creo que estuviéramos completamente preparados para que un estudiante de seis años trajera un arma a la escuela y le disparara a su maestra”, dijo George Parker, el superintendente de Newport News. “Ninguno de nosotros tiene ninguna información sobre cómo lidiar con algo como esto”, afirmó el jefe de la policía del distrito.
La primaria Richneck, el establecimiento donde sucedió el tiroteo, recibe 600 alumnos y cuenta con un dispositivo de detector de metales. Pero “no todos los alumnos son escaneados. Y menos los de seis años” (Niusdiario.es). Los directivos escolares han suspendido las clases desde entonces. El hecho ha causado gran conmoción entre padres de familia, estudiantes y la población general. El foco de la investigación policial ahora está puesto en la responsabilidad de los padres del niño, con la posibilidad de acusarlos por delito y quitarles la custodia del niño.
El informe policial explicó que el arma 9 mm. que el niño llevó a la escuela fue comprada legalmente por su madre. Las redes sociales estallaron nuevamente contra la tenencia de armas. Muchos usuarios apuntaron a la vicegobernadora de Virginia, Winsome Sears. Aclamada como la primera mujer negra en ser elegida para el cargo, Sears es veterana de la Infantería de Marina de Estados Unidos y miembro del partido Republicano. Realizó su campaña política posando con un rifle de alto calibre para promover el uso de armas de fuego.
El disparo realizado por este niño forma parte de una seguidilla histórica de tiroteos y asesinatos ocurridos en las escuelas de Estados Unidos. El último ocurrió en el mes de mayo de 2022, donde un hombre asesinó con arma de fuego a 19 alumnos y 2 maestras de la localidad de Texas. Según información oficial, se contabilizan 16 incidentes en escuelas protagonizados por menores de 10 años desde 1970 en Estados Unidos. Algunos medios recordaron que, hace 23 años un niño de seis años mató de un disparo a su maestra en Michigan.
A la par del incremento de las agresiones en las escuelas, se suma el aumento de casos de niños pequeños que acceden a armas cargadas y se disparan a sí mismos u otros en los hogares y otros entornos, según el investigador Webster (Niusdiario.es). La salud mental de las infancias se encuentra en riesgo. Es un hecho común en los países en guerra. La ONG World Vision, a propósito de la situación en Ucrania, señala que la guerra está causando estragos en la salud mental de los niños, con secuelas físicas y emocionales de gravedad. Se "enfrentan a la muerte, a ser heridos y a ver interrumpida su educación" (Europapress.es).
La campaña contra el uso de armas lleva a un callejón sin salida en un país que se encuentra en guerra contra todo el mundo. El Estado norteamericano es el principal exhibicionista de su capacidad armisticia, del fomento a la guerra en Europa y al desarrollo de una guerra contra China, sede de las operaciones bélicas. Un Estado que se encuentra en guerra permanente sólo puede sostenerse a condición de involucrar al conjunto de su población en la guerra, convirtiendo al país y a las escuelas en un campo de batalla.
A esto se suma el ataque sin precedentes a las condiciones laborales y el crecimiento de la desocupación, así como la escalada de la violencia policial, principalmente hacia la población negra. Los involucrados en las agresiones escolares actúan en el marco de un Estado en guerra, y de ataque a los trabajadores y sus condiciones de vida.