Escribe Iñaki Aldasoro
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Recientemente tomó estado público una circular del ministerio de hacienda jujeño -007-CP-2020- que dictamina un recorte de entre el 10% y el 15% del salario docente correspondiente a marzo. La circular elimina el pago de $2.000 a cuenta de la paritaria nacional, elimina el adicional “frente a alumno” y establece el pago del ítem “asistencia perfecta" en la modalidad vacacional (enero y febrero), como si los docentes, quienes siguen en actividad obligados a trabajar desde sus casas sin las herramientas ni la capacitación necesarias, no dictarán clases por voluntad propia. Por último, se termina de absorber el suplemento no remunerativo y no bonificable de 2018, quedando solo un acumulado de $150 para la categoría más baja (salarios inferiores a $25.000).
“Primero los docentes”
Como ya lo habíamos advertido cuando el gobierno anunció la donación de sueldos del funcionariado y en ocasión del discurso de apertura de sesiones de la Legislatura (https://politicaobrera.com/politicas/812-morales-confiesa-su-impotencia-ante-el-covid-19-y-la-crisis-provincial), el gobernador Morales busca aprovechar la crisis abierta por la pandemia de coronavirus para recortar el salario de los estatales, en nombre de la crisis y la caída de los recursos fiscales. Pero quienes nunca son recortados son los acreedores de la provincia, quienes solo este año se llevarán más de 3.660 millones de pesos del presupuesto provincial; y los empresarios y terratenientes radicados en la provincia, beneficiados con miles de millones de pesos a través de los diferentes regímenes de subsidios y exenciones del estado. Estos empresarios son los mismos que violan los protocolos de bioseguridad gubernamentales y que recortan salarios, suspenden y despiden trabajadores a mansalva, bajo la misma excusa del gobernador.
Es claro que los más de los 1100 millones de pesos que enviará el gobierno nacional a Jujuy (50% de ATN y 50% de un crédito blando), Morales no piensa destinarlo para garantizar el pago los salarios. Así pasó ya con los 400 millones de pesos recibidos por Morales a principios de año, que ni siquiera pagó el miserable bono nacional de 4 mil pesos. El planteo de privilegiar los salarios de los trabajadores de la salud, policías y docentes se demostró como un chamullo en menos de lo que canta un gallo.
Este no es el primer ataque a la docencia por parte del gobierno. Días antes, se dio a conocer un cronograma de pagos “extendido” en donde se aplazó el pago de los salarios hasta el 12 de abril inclusive. Antes, miles de docentes quedaron sin la posibilidad de tomar los nuevos cargos o reemplazos ya que se suspendieron los actos públicos para cubrir dichos cargos en nombre de la emergencia sanitaria.
La burocracia sindical docente no ha dicho una sola palabra hasta el momento ante semejantes atropellos. Antes ha dejado pasar la eliminación de las paritarias libres y su reemplazo por aumentos por decreto, o el descuento de los días de paro y todas las reformas anti educativas del gobierno.
Ningún descuento a los docentes y estatales
Es necesario garantizar el cobro íntegro de los actuales haberes docentes, la prórroga de todos los reemplazos y el reparto de la matrícula estudiantil entre el conjunto de la masa docente disponible, para garantizar en lo inmediato un seguimiento educativo adecuado del alumnado fuera del aula; y el distanciamiento necesario una vez que se retomen las clases.
Este recorte salarial a los docentes debe ser rechazado también por el conjunto de los trabajadores estatales, que siguen en la mira del gobierno. Todos juntos además deben imponer el estricto cumplimiento de la cuarentena para sus sectores no esenciales y la garantía de insumos y condiciones de bioseguridad adecuas para quienes deben prestar servicio. Bajo este marco es necesario además abrir una deliberación sobre la necesidad de un aumento salarial inmediato y la defensa de paritarias libres para que los salarios estatales no sigan siendo carcomidos por el aumento sistemático del costo de vida.
Solo la clase obrera y los trabajadores pueden garantizar las medidas necesarias para preservar sus vidas y la del conjunto de la sociedad, no los gobiernos que recortan salarios y nos mandan desarmados al matadero del coronavirus.